Las novelas de Federico Moccia se ha convertido en todo un referente para los jóvenes, fortalecidas además por sus adaptaciones al cine. 'Tengo ganas de ti', segunda parte de 'A tres metros sobre el cielo', mantuvo el tirón de su antecesora gracias de nuevo a la mezcla de amor, deseos y sueños.

Título: 'Tengo ganas de ti' Autor: Federico Moccia Año de publicación: 2009 Género: Narrativa Editorial: Planeta Páginas: 608

El libro comienza con la vuelta de Hugo a Roma, quien huyó de la gran Italia para olvidarse de su primer amor, Baby. Para Hugo la ruptura con Baby no fue fácil y el aprender a vivir sin ella tampoco lo fue. Como única solución encontró huir a Nueva York a estudiar y, por supuesto, su familia, que había escuchado de él cualquier cosa menos la de formarse, le permitió hacerlo. Pero el tiempo pasa y él se ve en la obligación de volver a su país natal, dándose cuenta entonces de que su madre tenía razón cuando dijo aquello de "se puede cambiar el cielo pero no el corazón".
Poco después de llegar a Roma de nuevo, Hugo conoce a Ginn, una joven alegre y que se toma la vida con un tono de broma que él añoraba. Ella es lo opuesto a Baby, mucho más alegre, y menos preocupada por la sociedad o por lo que ésta puede pensar de su relación; y aunque Hugo no lo sabe, lleva mucho tiempo esperando por su regreso y por encontrarse con él. Nunca pensó que iba a enamorarse de nuevo, pero lo hace y se da cuenta de que Baby ya no representa para él todo lo que representaba antes.
La hermana pequeña de Baby también sufre algún que otro cambio, obsesionada por perder la virginidad antes de cumplir los dieciocho se acostó con un chico en una fiesta y se quedó embarazada, lo que junto al estrés familiar por la boda de su hermana mayor se convierte en todo un drama para Baby. Sin embargo, la única preocupación es el arreglo floral de la mesa del banquete y el vestido de novia.
La ausencia de Pollo se sigue notando en la novela. Pase lo que pase hay que seguir adelante, que amor verdadero no hay solo uno y que hay que tener la valentía de luchar por lo que se quiere, no dejar ningún cabo suelto cuando estamos en vida, porque no se sabe cuando ésta va a acabar.