En el siglo XX, durante la Segunda Guerra Mundial, uno de los mayores falsificadores de la época, Salomon Sorowitsch, fue capturado por los nazis, tras ser descubierto por falsificar dinero, y enviado al campo de concentración de Mauthausen.

Título: 'Los falsificadores' Año: 2007 Dirección: Stefan Ruzowitzky Guion: Stefan Ruzowitzky (Historia: Adolf Burger) Música: Marius Ruhland Fotografía: Benedict Neuenfels Intérpretes: Karl Markovics, August Diehl, Devid Striesow, Martin Brambach, August Zirner, Veit Stübner, Sebastian Urzendowsky, Andreas Schmidt

Para librarse de hacer trabajos forzosos en el campo de concentración empieza a retratar a militares y a realizar murales, trabajo con el cual empieza a hacerse famoso. Tras un tiempo, es trasladado al campo de concentración de Sachsenhausen, donde el mismo militar que le capturó, Herzog, le pone a trabajar junto a otros falsificadores y grafistas en la Operación Bernhard, que consistía en reproducir la libra esterlina para introducirla en el país y así hundir la economía británica, hecho que les daría ventaja en la guerra. Pero no trabajaría en condiciones insalubres como el resto de presos, sino que tendría cama cómoda, buena alimentación, duchas…
Al principio, Sorowitsch parece no querer colaborar, pero es amenazado. Al final comienza a trabajar consiguiendo una falsificación perfecta de la libra, que es aceptada incluso por los mejores especialistas del Banco Británico.
Pero aquí no terminó su misión, puesto que ahora tendrá que falsificar el dólar, aquella moneda que se le había resistido y por la cual había sido capturado. Aunque no le sería fácil porque un compañero, Burger, saboteará su trabajo para así evitar que los nazis ganen la guerra. Además, un amigo suyo había contraído la tuberculosis, una enfermedad que sin tratamiento pronto le mataría y que es muy contagiosa. Sorowitsch decide no decir nada a los alemanes, sobre ninguno de los dos temas, por miedo de que acabaran con ambos. Sin embargo, el retraso en la producción del dólar empezó a hacer mella en la paciencia de estos últimos y amenazaron a todos los judíos con la muerte. Entonces Sorowitsch es llamado a casa de Herzog, jefe de esta operación, quien les había suministrado las comodidades de las que disponían frente a otros presos. En esta pequeña reunión llegan a un pacto: Sorowitsch falsificará el dólar y él suministrará a su amigo la medicina que necesitaba para superar su enfermedad. Así realizó una falsificación en secreto para que Burger no pudiera sabotearla y la entregó justo cuando a los alemanes se les estaban empezando a crispar los nervios. Sin embargo, no pudo salvar a su amigo porque fue asesinado por un soldado por miedo al contagio.
Poco tiempo después, ordenan al grupo que desmonten y empaqueten todas las máquinas, herramientas y plantillas para ser transportadas a un lugar seguro. Entonces Burger empieza a sospechar que los nazis están teniendo problemas en la guerra y decide sabotear el trabajo de Sorowitsch por última vez para que no pudieran falsificar más dólares. Tras esto, el protagonista descubre a Herzog robando unos billetes que anteriormente había escondido, se los roba y amenaza con matarle, pero al final le deja marchar pues para él la guerra ya había terminado. Y efectivamente, al poco rato un grupo de judíos les descubrieron y amenazaron con matarles puesto que estaban en muy buenas condiciones y pensaron que eran nazis que se habían disfrazado de judíos para salvarse. Pero Burger, con mucha astucia, les mostró los números que les identificaban como prisioneros y consiguió salvar a todos sus compañeros. Más tarde se descubrió que si Burger no hubiera saboteado los planes de falsificación la guerra podría haberse inclinado hacia el otro lado de la balanza.