A finales
del mes de febrero nosotras, Sara y Claudia, tuvimos
la suerte de representar a Cantabria en la fase nacional
del Modelo de Parlamento Europeo, celebrada este año
en Santiago de Compostela junto a otros centros de
toda España. Tras realizar un trabajo sobre
la ciudad sostenible y la integración de las
personas con discapacidad en la sociedad, y entrevistar
al diputado nacional Javier Puente y al concejal Cesar
Díaz, fuimos seleccionadas y con entusiasmo
nos dirigimos a Galicia junto a nuestro profesor José
Javier Martínez.
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Sara y Claudia
se convirtieron en diputadas. |
Con nosotros vino
una antigua alumna, Cristina Alburquerque, antigua
alumna del colegio y que fue invitada por la organización
para hacer las funciones de vicepresidenta de la Asamblea.
Estábamos nerviosas, se suele decir que lo
desconocido produce nerviosismo, incluso miedo, pero
todo ello concluyó cuando vimos cómo
era aquello... Lo bueno es que no éramos las
únicas que desconocíamos el funcionamiento
del MEP, con lo cual nuestros nervios no eran una
excepción. Tuvimos la suerte de hacer migas
con todos los demás participantes en cuestión
de minutos; fue gracioso escuchar todas las presentaciones,
todos los "hola, ¿cómo te llamas?",
en acento gallego, catalán, andaluz, madrileño...
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Claudia durante
su discurso. |
Quizá fuera
la muestra de respeto que todos y cada uno de los
participantes mostraban lo que más nos llamó
la atención, poder exponer tus ideas y mientras
ver cómo te miran con total detalle. Para aquellos
que crean que fue un campamento de descanso y vagancia,
decirles que están muy equivocados... Estuvimos
tres duros días trabajando sobre nuestros temas,
buscando soluciones hacia un mundo mejor, eliminando
las barreras que tienen las personas con discapacidad
en la sociedad, aprendiendo a escuchar, a pensar y
a hablar. Todo para elaborar una resolución
que después de ser debatida pudiera ser aprobada.
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Las alumnas
representantes de Cantabria con su profesor
José Javier. |
La palabra, ésa
era nuestra única arma, con la cual tuvimos
que debatir el cuarto día intentando convencer
al resto de nuestros compañeros de que nuestras
resoluciones eran las mejores. La despedida fue amarga,
todas lo son, pero logramos llevarnos una experiencia
inolvidable en nuestra memoria. Las promesas de volvernos
a ver se dispararon, incluso alguna lágrima
también... Pero sinceramente, y a pesar de
que no creíamos que fuera a ser así,
el virus MEP del que se nos había hablado nos
ha contagiado, y es un virus del que nadie se quiere
curar.
No podemos olvidar
los agradecimientos de las personas que estuvieron
detrás del programa MEP, como la Fundación
San Patricio, el colegio Peleteiro y la Fundación
Barrié.
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