Unos hombres de Alcohólicos
Anónimos vinieron hace unos días al
instituto a darnos una charla sobre lo que puede hacernos
a nosotros mismos y a otras personas (por nuestra
culpa) de alrededor no saber controlar las cantidades
de alcohol que se toman.
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Un hombre consume
su vida ante la botella. |
Dos de ellos dieron sus testimonios,
ambos fueron muy duros, ya que les ocurrieron muchas
desgracias, incluso uno de ellos estuvo cerca de morir
porque el riñón ya no le funcionaba
bien y el otro ya ni funcionaba, pero ahora tiene
uno implantado, limpio de todo resto de alcoholismo.
Él mismo (se llamaba Eugenio), se consideraba
alcohólico y recordaba que si vuelve a tomar
una copa de alcohol, volverá a la perdición
y no podrá salir de ello tan fácilmente.
Ya hablando del físico, todos ellos se veían
desmejorados (aparentaban más edad de la que
tenían) y estaban delgadísimos. Otro,
por ejemplo, nos contó lo duro que fue que
su hijo le dijera que estaba enfermo, además
de llegar a perderle durante unos años y divorciarse
por culpa del alcohol. Esto también le hacía
ponerse agresivo, hasta podía llegar a hacerles
daño psicológicamente.
Hoy por hoy, todos están
'curados', aunque no del todo porque es una enfermedad
incurable. La asociación a la que acudieron
les ayuda a mantenerse sobrios y a llevar una vida
normal como cualquier otra persona, sin ser excluidos.
Es más, ahora se les trata mejor, ya que se
sabe que han hecho un gran esfuerzo para poder salir
adelante sin caer de nuevo y sin llegar a abandonar.
En resumidas cuentas que el alcohol
no es algo malo, lo malo es no saber controlarlo,
que tomando con responsabilidad se puede hacer. Es
más, los médicos hay en ocasiones que
mandan tomar un vaso de vino a la hora de comer, eso
sí, si se toman medicamentos cero gota de alcohol,
porque esa mezcla es como una bomba. A mí en
concreto si me llegó la charla y me parece
un buen tema del que tratar con adolecentes, ya que
así saben lo que les puede llegar a pasar dentro
de unos años si beben excesivamente.
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