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Red-acción
II Época / Nº55
Junio
2012
ÉRASE UNA VEZ

El haiku mágico

Por el equipo de redacción del CEIP Quirós de Cóbreces.

Una de las actividades relacionadas con el proyecto de Asia ha sido la creación de un cuento encadenado, desde 6º a 1º. Está ambientado en Japón y en él ocurren cosas que nos enseñan a compartir y ayudar a los demás.

            

La flor del cerezo, sakura en japonés, es la flor nacional de Japón.


CAPÍTULO I

Un hermoso día de primavera, en Japón (Asia), varios amigos, cuatro niños y cuatro niñas, que habitaban en la ciudad de Kirosiko iban de camino a la fiesta del Hanami.

En el parque de los cerezos en flor conmemoraban la venida de la primavera numerosas familias.

Los ocho amigos eligieron el cerezo más bonito, repleto de sakuras de color rosado. Entre todos se repartieron las tareas para poner el pic-nic.

En el árbol que estaba a su lado surgió un conflicto: dos familias pretendían instalarse bajo el mismo...

 

CAPÍTULO II

Los ocho amigos, hambrientos y preocupados, se pusieron a merendar sin quitar ojo a las familias que discutían acaloradamente.

Cerca de ellos había otra familia llamada Fa que también contemplaba atónita la conflictiva situación.

En el cerezo de la discusión estaba el pájaro Ki, que huyó despavorido. Esto era señal de... ¡muy mala suerte!. Además, de repente, empezaron a caerse las preciosas flores del cerezo.

En ese momento apareció Chito-Xin, un antiguo samurai muy justo y paciente, que junto a los chicos y la familia Fa pensaron la forma de solucionar la discusión.

Lo mejor sería subir a la Colina Azul y superar las pruebas del cerezo rojo. Estas pruebas eran...


CAPÍTULO III

... Eran las siguientes:

La primera prueba consistía en imitar el canto del pájaro Ki para que volviera y se terminase la mala suerte.

La segunda prueba era que cada familia hiciese una figura con las flores caídas del cerezo.

En la prueba tercera y final tenían que buscar al hada Lalo en el laberinto de Japón-Ki, ya que ella poseía la fórmula secreta para que los cerezos volvieran a florecer.


CAPÍTULO IV

Las dos familias acompañadas por los ocho amigos, la famila Fa y el samurai Chito-Xin, tras una larga caminata llegaron a la cima de la Colina Azul.

Allí, el samurai recordó la primera prueba y les dio una pista fundamental:
"Si al pájaro Ki queréis encontrar,
juntos habéis de trabajar."

Las dos familias entendieron que tenían que colaborar para atraer al pájaro Ki, así que cantaron juntos los siguientes haikus:
"Ven con nosotros
para contentos estar
y no irte más.

Ven pajarito
ven ya, que si tu vienes
la suerte vendrá"

Después se pusieron todos a piar, y al cabo de un rato vieron cómo el pájaro Ki volvió al cerezo rojo y empezó a cantar.
Por fin consiguieron superar la primera prueba. Ahora había que...

 

CAPÍTULO V

... Había que realizar la segunda prueba, que consistía en coger las flores del cerezo rojo y formar figuras con ellas.

Pero había un problema ¡Los pétalos estaban envenenados y no podían tocarse con la mano! Al poco tiempo se empezaron a quedar adormecidos. Cuando el samurai Chito-Xin se dio cuenta dijo que había que ir a la Montaña Suzuka (Kususiva), Kawasaki y coger las hojas de la planta Ibaikón, con las que se preparaba el antídoto para el veneno de las flores.

Después de coger las hojas tenían que machacarlas, mezclarlas con agua y lavar las manos de los que habían tocado los pétalos con aquel brebaje.

Más adelante, comenzaron a despertar de su letargo. ¡El antídoto había hecho efecto!

Todos, tanto los chicos como la familia Fa y el samurai Chito-Xin, se lavaron con el brebaje que actuaba como si de un guante se tratase e impedía que el veneno hiciera efecto.

Una de las figuras representaba al pájaro Saky, que cobró vida gracias al brebaje que habían preparado con las hojas del Ibaikón.

Otra de las figuras era un cerezo rojo, el cual también cobró vida. ¡Se quedaron boquiabiertos!

La segunda prueba estaba superada. El samurai Chito-Xin les explicó que sólo las cosas podían cobrar vida cuando se trabajaba colaborando juntos para lograr nuestros objetivos.

 

CAPÍTULO VI

Todos entendieron el mensaje del samurai y decidieron ir juntos hacia el laberinto con el pájaro Ki.

El pájaro Ki les llevó montados en su lomo. Llegaron al laberinto y encontraron al guardián: ¡Un dragón grande y verde que escupía fuego!

El dragón sólo les dejaría pasar si acertaban el haiku mágico:
"Verde por fuera,
furioso por dentro, que
escupe fuego"

-"¡El dragón!"- exclamó el pájaro Ki.
El dragón explotó y todos pudieron encontrar la salida del laberinto. Entre los arbustos encontraron al hada Lalo y vieron una luz resplandeciente que salía de una cueva.
- ¿Sería la varita mágica que había perdido el hada?...

 


CAPÍTULO VII


-¡Siiiiiiiiiiii!, por fin encontraron la varita.

Todos juntos con el hada Lalo y su varita caminaron por el Parque de los Cerezos y allí estaba el cerezo... sin flores.

El hada Lalo, con su varita mágica, dio tres toques al cerezo y dijo:
"Haiku salvador
haz que este cerezo
vuelva a florecer"

Una vez conseguido el hechizo el hada puso una condición.
"El próximo año compartiréis este mismo cerezo en la Sakura (Fiesta de la Primavera) y yo volveré a celebrarlo con todos".

Así fue como los ocho amigos, la familia Fa, el samurai Chito-Xin, el hada Lalo y las otras dos familias continuaron la fiesta y disfrutaron con sus nuevos amigos.



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