Hace casi dos años
decidí irme un año a Estados Unidos
(Carolina del Sur), durante el curso escolar. No lo
tenía fácil, dado que el inglés
no era mi fuerte, pero eso contrastaba con las ganas
que tenía de vivir nuevas experiencias y sobre
todo la posibilidad de practicar deportes típicos
de América.
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Álvaro
de la Fuente, completamente equipado. |
Al principio me costó adaptarme
a las nuevas formas de vida de allí, sobre
todo la distribución del tiempo en las distintas
actividades del día, tanto con mi familia anfitriona
como con mis estudios en el instituto. Lo que más
me costó fue acostumbrarme a los horarios de
comida, dado que allí comen a las 12 y cenan
a las 6. Pero todos estos pequeños problemas
se resuelven poco a poco, porque llega un momento
en el que te acostumbras a estos horarios. El idioma
no fue el principal problema porque al tercer mes
más o menos ya pude mantener una conversación
normal.
Lo más interesante de vivir
allí fueron los deportes. En América
están divididos en tres estaciones: verano,
otoño y primavera. En cada una de las estaciones
puedes hacer un deporte; yo hice fútbol americano
durante el verano, lucha libre en otoño y rugby
en primavera. Los tres deportes me ayudaron a hacer
amigos y a divertirme más de lo que imaginé.
Además me ayudaron a desarrollarme tanto físicamente
como mentalmente porque la exigencia era bastante
alta, sobre todo en la lucha libre; los entrenamientos
eran comparados con el entrenamiento militar, además
de que muchas veces tenías que ir casi sin
comer para poder dar el peso en la competición
del día siguiente. Pero todo eso tuvo su recompensa
porque quedamos los segundos de estado por equipos.
El rugby fue mi favorito porque después de
los partidos nos íbamos todo el equipo a cenar
a algún sitio aunque hubiéramos perdido.
Esta experiencia americana acabó siendo una
de las mejores de mi vida porque hice muchos amigos
americanos y estudiantes de intercambio que coincidieron
conmigo, franceses, alemanes etc. Aunque la vuelta
a España fue más difícil de lo
que pensaba, porque tuve que dejar atrás a
todos los amigos que posiblemente no vuelva a ver
en una temporada o quizás nunca. Si a mí
me propusieran volver de nuevo no lo dudaría,
porque aunque dejes un tiempo sin ver a tus amigos
y a tu familia compensa, ellos te esperan. Al final
vuelves aquí con mucha experiencia humana y
hablando inglés de una manera bastante aceptable,
además de haber visitado New York, Washington,
Texas, Florida, Bahamas etc.

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