¿A
quién no se le ha pasado por la cabeza alguna
vez cómo sería la vida con toda clase
de lujos? o lo que nunca deseamos… tener que
vivir en la calle. Esto es lo que experimenta, entre
otras cosas, Samanta Villar, quien protagoniza el
programa '21 días' en Cuatro.
|
Samanta en
el programa dedicado a la vida en la calle. |
La periodista se encarga de vivir 21 días
durante las 24 horas en la piel de otras personas,
porque como ella dice "hay problemas que sólo
se entienden cuando se viven en la propia piel, no
es lo mismo contarlo que vivirlo". Durante el
día va acompañada de un cámara
y por la noche sólo lleva una de mano.
El capítulo que dio estreno a este programa
fue ’21 días entre cartones', donde estuvo
por las calles madrileñas viviendo como una
indigente y se sintió arropada por todos, que
constantemente la estaban dando consejos. Afirma que
después del rodaje fue varias veces denunciada
por robo de objetos.
Más tarde rodó ’21 días
sin comer’, un programa que se centró
más en la vida de los jóvenes, en la
anorexia y bulimia, aunque siempre estuvo bajo seguimiento
médico. Nos pudo dar una buena visión
de lo que se siente y lo negativo que puede resultar
estar comiendo muy poco al día… Aunque
quizás el programa que más puede interesar
a la gente joven, por decirlo de alguna forma, fue
el que rodó centrándose en el mundo
de las drogas, '21 días fumando porros', porque
España es el primer país europeo donde
más cannabis se consume (11,2% frente al 6,8%
de media europea).
También estrenó un reportaje muy interesante
sobre el chabolismo. La reportera vivió durante
21 días en un barrio chabolista, que es el
más vetusto de España, con los residentes
del Vacie. Samanta trabajó, comió y
vivió en una chabola de la multitud de casas
prefabricadas que hay allí y así demostró
a todos el tipo de vida que tienen que llevar a cabo
de forma diaria. Se asentó durante 21 días
en la chabola de Manuel y Rocío. Estos llevan
más de treinta años sobreviviendo allí
y tienen siete hijos. La reportera convivió
con Manuel, Rocío y sus cuatro hijos, con dos
nietos. Además han acogido a una chica con
sus tres hijos.
Samanta ayudó a recoger chatarra junto a Manuel
para saber cómo es su día a día
en el trabajo; y realizó las tareas de la casa
junto a Rocío y la ayudó a alimentar
a la familia sin apenas tener mucho dinero. También
se relacionó con el hijo mayor de la pareja,
llamado Pinto. Tiene 29 años y hace un tiempo
consiguió salir de aquel pueblo chabolista.
Desde ese día tiene una mejor vida social,
ya que se casó y tuvo un hijo. La reportera
descubrió durante esos 21 días que la
Iglesia Evangélica tenía un gran poder
en el poblado.
Samanta también realizó un reportaje
sobre la vida que tiene la gente sin papeles en Mazagón,
en un campo subsahariano, en el que vivían
más de 800 personas sin papeles. Ella nos comunicó
que no había ni luz ni agua, sólo existía
chabolas de plástico y mucha pobreza. Durmió
sobre palés. También tuvo que buscar
trabajo en una recolectora de fresas y tuvo que beber
agua de riego. La mayoría de estos inmigrantes
llevan buscando trabajo desde hacía varios
años y ninguno lo consiguió durante
esos 21 días, pero la reportera sí.
Trabajó por un sueldo de 35€ al día
recogiendo fresas.
Ahora pasamos de la pobreza de los sin papeles al
lujo de los famosos. En este reportaje Samanta nos
mostró lo que vivió con la familia Turzi.
A Giuseppe, el cabeza de familia, le gusta ir en su
velero. Alex, su hijo, posee varios negocios y le
encanta todo lo relacionado con el lujo. La reportera
fue con él a todos los lugares donde él
iba.
Samanta se relacionó con Carlos en Mallorca,
quien pasó de ser un carpintero a vender barcos
de lujo. Ahora es un hombre con una vida bastante
acomodada.
Samanta conoció a una persona a la que la gusta
mucho el arte y la moda, Carmen Lomana. La reportera
la acompañó a un pasarela de moda de
Dior, a la joyería 'Chaumet' que era de la
realeza, y a las bodegas de 'Moët&Chandon'.
También quiso probar la vida de un invidente,
y estuvo tres semanas sin poder ver, duro ¿verdad?;
aunque antes de empezar el reportaje estuvo acompañada
de personas de la ONCE que la enseñaron a hacer
las tareas de la casa, a usar el bastón, a
cruzar la calle…, estuvo rodeada de bastante
gente, aunque los casos que más sorprendieron
fueron el de Lola, una mujer de 50 años que
perdió su visión por un desprendimiento
de la retina, provocado por un herpes; y el de Mª
José y Luis Miguel, una pareja (los dos ciegos)
que gracias a la ayuda de su hija de 4 años
puede ir por la calle con menos dificultad.
Samanta en estos reportajes nos enseña la realidad
de la vida y cómo en un momento dado cualquiera
de nosotros puede pasar por uno de estos momentos,
de tener una vida llena de amarguras, tristeza, problemas
y desesperanzas, a otros momentos en que tienes toda
la vida resuelta, llenos de lujos, riquezas y bienestar.
Incluso tiene un foro abierto en el que cualquier
persona puede dar una idea para un nuevo reportaje,
ella puede aceptar cualquier tema siempre que sea
de interés público.
Hay gente que dice que este nuevo programa, con un
formato tan innovador, traspasa los límites
de la ética. Quizás sí, porque
si no estás acostumbrado a algo (pongamos el
ejemplo del programa en el que estuvo sin comer),
no puedes, de repente dejar de comer durante varias
semanas, es poner en riesgo tu salud; pero ya se sabe,
en la TV todo vale con tal de lograr audiencia…
Samanta Villar durante el trascurso del programa ha
tocado temas que han sido muy duros y complicados.
Por eso, cada reportaje no ha durado más de
21 días, para que ella no perdiera la objetividad
del proyecto. Ha estado controlada por médicos
y psicólogos.
SUBIR
|
|