Peces guitarra,
pez luna, tiburones chiquines... Los alumnos del Colegio
Cumbres descubren el mundo marino en el Museo Marítimo
del Cantábrico.
Salimos del colegio, bajamos
la cuesta y cogimos el autobús que nos llevaría
al museo a las 9:40 horas. Cuando llegamos nos dividieron
en grupos y nos saludaron las guías; una se
llamaba Ainoa y otra Ana, eran las que nos iban a
enseñar todas las cosas y además muy
simpáticas. ¡Al fin empezamos la visita!
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El acuario -
Carolina Lombó |
Lo primero que vimos fue el
esqueleto de una ballena, de un cachalote y de varios
delfines. Nos dijeron que el de la ballena es el único
que hay montado en su totalidad, que es de una especie
que se llama 'roncual común', tiene 24’5
metros de largo y es el más grande de su especie
expuesto en el mundo. Nos dio mucha impresión,
porque era grandísimo. También había
focas disecadas, leones marinos, gaviotas y otras
especies dentro de una sala con cristales, y todo
este piso estaba lleno de muchos animales conservados
en frascos de cristal; la pena fue que no pudimos
ver a la sardina de dos cabezas porque le estaban
cambiando el formol (que es el líquido en el
que se mete para conservarla).
Luego fuimos a otro piso y
nos enseñaron los utensilios que se usaban
para la pesca y cómo era la vida de los pescadores,
las escafandras de los buzos, unos buzos entrando
en un barco, los barcos de pesca, los puertos antiguos
y los nuevos. Vimos cómo se hacían los
antiguos barcos pesqueros en unos talleres llamados
Atarazanas. También nos hizo mucha ilusión
ver unos barcos que, dijo Paco, había hecho
el padre de nuestro profesor de educación física,
Quique; eran muy bonitos.
Después bajamos a los
acuarios. Había una piscina muy grande, las
demás eran más pequeñas, y tienen
animales que viven en el Cantábrico entre rocas
y arena, como si estuvieran en la naturaleza. Nos
dijeron cómo se llamaban muchas de las especies,
pero los que más nos gustaron fueron unos tiburones
chiquitines, las rayas, los peces guitarra y sobre
todo el pez luna que es muy grande, plano y además
no tiene cola ¡es muy raro!.
En los acuarios pequeños
había: erizos y estrellas de mar, lapas y peces
más pequeñitos, también algunos
pulpos, pero sólo le vimos a uno un poco del
tentáculo con las ventosas porque se asustaban
y se escondían detrás de las rocas.
Si hubiéramos llegado
sobre el mediodía, habríamos visto a
unos señores que se meten en el acuario grande
para dar de comer a los peces, pero era justo la hora
de salir otra vez para el cole.
La salida del museo daba a
una tienda en la que había muchas cosas bonitas
y algunos compramos algo (un delfín de peluche
que hacía ruido cuando apretabas la aleta,
lápices...).
Antes de marcharnos a coger
el autobús hicimos preguntas a las guías
sobre cosas del museo. Nos dijeron que está
situado en el muelle de San Martín Bajamar,
junto a la playa de los Peligros; vienen 75.000 visitantes
al año y es el más visitado de toda
Cantabria; se hacen investigaciones sobre el mar y
tienen más de 9.000 objetos repartidos por
todas las partes del museo.
Fue una mañana
muy divertida. ¡Nos lo pasamos muy bien!
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