El estreno
de la serie '13 Reasons Why' el pasado 31 de marzo
ha tenido un gran impacto no sólo en los usuarios
de Netflix (plataforma de vídeo americana en
la que se ha estrenado), sino también en la
sociedad, sobre todo adolescente, que nos rodea.
Semanas antes del inicio de la serie, a través
de los distintos medios de comunicación, hemos
recibido un bombardeo constante de anuncios sobre
ella y sobre la participación de la celebrity
Selena Gómez como productora ejecutiva.
Pero, ¿de qué trata realmente 'Por
trece razones'? La trama, inspirada en el libro de
Jay Asher, se basa en la historia del suicidio de
una chica adolescente en el instituto Liberty. Toda
la serie gira en torno a 13 cintas de vídeo
que deja grabadas antes de suicidarse la protagonista,
Hannah Baker, en las que explica las trece razones
o personas que la han llevado a tomar la decisión
de quitarse la vida.
La historia refleja con una perfección asombrosa
la vida de muchos jóvenes en todo el mundo
y habla sin tapujos del acoso escolar, los asaltos
sexuales y la relación padres-hijos durante
la adolescencia, lo que permite que también
resulte interesante para el público adulto.
La acción es lenta y se desarrolla a través
de flashbacks (para entender lo que está ocurriendo
tienes que ver lo que ha sucedido antes), de forma
que se entrelazan continuamente secuencias en las
que aparece la protagonista y situaciones posteriores
a su muerte. También tengo que destacar como
aspectos positivos de la serie lo bien escogida que
está su banda sonora, la buena actuación,
la interpretación de los jóvenes actores
y el poco reparo que tienen en mostrar el acoso y
las agresiones tal como son.
Lo que más me ha impactado ha sido la forma
que tiene la serie de mostrar que los personajes cómplices
(es decir, los que no realizaron el acoso de forma
directa pero tampoco hicieron nada para frenar el
abuso) son responsables de igual manera del suicidio
de la joven. Creo que es algo sobre lo que todos deberíamos
reflexionar.
En definitiva, '13 Reasons Why' deja marca y no es
una serie de la que te puedas olvidar fácilmente;
hay que sufrir poco a poco a lo largo de sus trece
capítulos y asumir que todo lo que cuenta no
es ninguna tontería sino una realidad que está
más presente en nuestras vidas de lo que pensamos.
Recomendable al 100% y muy necesaria en la actualidad.
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