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Nº 134
EN EXCLUSIVA

Restaurando con Nendo Dango

Por el equipo de redacción del colegio Purísima Concepción de Santander.

Los alumnos de Infantil del colegio Purísima Concepción de Santander realizaron un taller de bombas de semillas, también conocidas como Nendo Dango, con dos educadores ambientales de la cooperativa sin ánimo de lucro Ecoherencia. Los escolares han aprendido a restaurar una zona degradada o destruida tras una tala o un incendio con las Nendo Dango, esferas de semillas encapsuladas.

Presentación a los escolares del proyecto.

Este método de restauración de ecosistemas desarrollado por Masanobu Fukuoka, pionero de la Agricultura Natural, respeta la naturaleza y permite recuperar zonas erosionados por el hombre, sin usar arados ni agroquímicos. Consiste en desperdigar bolitas de semillas por la tierra a restaurar, unas cuatro por metro cuadrado, y esperar a que germinen. Para ello, hay que hacer bolas de arcilla, con semillas de diferentes especies, y esparcirlas por el terreno. La capa de arcilla, una vez seca, evita que las semillas se conviertan en alimento de pájaros, roedores y otros animales, y es la lluvia la que libera a las futuras plantas de su cascarón.

Haciendo las cápsulas en el huerto escolar.


Dos educadores ambientales explicaron a los alumnos cómo hacer las Nendo Dango. Les hablaron de los diferentes ingredientes que necesitan para su elaboración y cómo conseguir con ellos las bolitas. Semillas, arcilla, algún tipo de materia orgánica como el humus de lombriz, suelo local, sustancias repelentes como el ajo y sustancias compactantes como la fibra de coco era todo lo que necesitaban.
Una vez que ya sabían hacer las bombas de semillas solo quedaba ponerse manos a la obra en el huerto escolar.

Educador ambiental enseñando a hacer las Nendo Dango.

 

Con la ayuda de los educadores de Ecoherencia, los alumnos mezclaron los ingredientes en seco. Añadieron agua poco a poco hasta conseguir una consistencia homogénea que no se pegase en las manos ni se resquebrajase, e hicieron las bolitas. Después solo las han tenido que dejar secar un día a la sombra y dos días al sol. Acabado este proceso, los alumnos han tirado las bombas de semillas en el huerto.

Los escolares han disfrutado mucho elaborando sus propias Nendo Dango. Les ha encantado sentir el contacto con la tierra y contribuir a mantener sano el planeta. Ahora están emocionados por ver germinar las semillas de sus bombas de semillas, de las que brotarán patatas, pimientos, perejil y brócoli.

Los escolares haciendo las Nendo Dango


El taller de Ecoherencia ha conseguido hacer una simbiosis entre disfrute, aprendizaje y respeto al medioambiente.

Esta actividad se engloba dentro del Proyecto de Huerto Escolar que lleva a cabo el colegio. Según Carlos Rodríguez, director del centro, “el huerto es un excelente recurso para convertir el centro escolar en un lugar que otorgue a los alumnos múltiples experiencias acerca de su entorno natural, entendiendo las relaciones y dependencias que tenemos con él”. También permite practicar actitudes y hábitos de cuidado y responsabilidad con el medio ambiente.

 


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