Un año
más el colegio Kostka ha celebrado su semana
más solidaria los días 20, 21, 22 de
febrero y los tres primeros días de marzo.
Han sido seis días para disfrutar y concienciarse.
Cuidar el planeta es combatir la pobreza. Así
nos lo explican en la web de Entreculturas: Nuestra
acción se centra en los campos de refugiados
y desplazados de Mabán, uno de los condados
del estado del Alto Nilo, al noreste del país,
colindante con Etiopía y Sudán.
En esta zona confluyen tres poblaciones diferentes:
más de 130.000 personas refugiadas sudanesas
que se encuentran ahora atrapadas entre las dos guerras,
más de 13.000 personas desplazadas internas
sur sudanesas y la población local (60.000
personas aproximadamente).
Nuestro objetivo es acompañar a los más
vulnerables (mujeres y niñas, personas mayores
y personas con discapacidad). Para ello, ofrecemos
apoyo psicosocial y ponemos en marcha iniciativas
con las que ofrecer acceso a la educación a
pesar del contexto de inseguridad o de temporalidad,
precisamente porque creemos que es muy importante
que, especialmente los menores y los jóvenes,
no pierdan su proceso formativo y sigan labrando sus
oportunidades de futuro. Además de que las
escuelas suelen constituir un espacio de refugio y
de estabilidad emocional para todos ellos. Junto a
esto, promovemos también actividades lúdicas
y espacios de relación en los que reflexionar
acerca de lo que sucede e identificar maneras de contribuir
a la construcción de la paz.
Durante estos años hemos llevado a cabo
la rehabilitación y equipamiento de escuelas,
hemos atendido a 18.000 alumnos y alumnas anualmente,
hemos formado a 1.500 docentes y hemos acompañado
a más de 100 comunidades escolares. En nuestra
labor educativa hemos prestado especial atención
a las niñas, las más vulnerables en
estos contextos, promoviendo su escolarización
a través de becas escolares, la distribución
de kits higiénicos, la habilitación
de letrinas y dormitorios para ellas y hemos realizado
todo un trabajo de sensibilización familiar
y formación para la prevención de violencia
sexual y de género.
Lo que comenzó en el curso 2002-2003 con una
cena de bocadillo en el colegio para recaudar fondos
a favor de distintos proyectos de la ONG Entreculturas
está derivando en un movimiento solidario colegial
y del entorno que implica cada vez más tiempo
-este año, por primera vez, se incluyen los
proyectos 'Aulas en acción' durante dos horas
lectivas diarias- y cada vez más impacto. Este
curso por Sudán del Sur, a través de
la ONG citada, haciéndonos conscientes de la
importancia del aprovechamiento de los recursos naturales
y básicos del mundo.
Y es que a los proyectos que los alumnos desarrollan
en el aula se le suman los talleres que muchos y diversos
miembros de la comunidad educativa proponen para todos
con una aportación simbólica. Si habéis
querido aprender nociones sobre baloncesto, repostería
creativa, tejidos de punto... habréis podido
hacerlo estos días por las tardes.
Todos los recreos se venden bocadillos por un euro
que va directamente al proyecto. Y el último
día, con la comida solidaria y las actuaciones
benéficas de los alumnos, el colegio se divierte.
Una semana después, el segundo domingo de
marzo, celebramos la carrera solidaria en el parque
de Las Llamas. También organizada por Entreculturas,
es una prueba deportiva donde se corre por el derecho
a la educación de las personas.
Completo y variado: así es nuestro menú
solidario. Y, sobre todo, sano, ya que intenta promover
derechos básicos y hacernos ver que en el mundo
no somos tan distintos, pero que a unos se nos hace
la vida cómoda y apacible y a otros se les
priva de la más mínima dignidad.
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