|  Todo el 
                            mundo conoce de la existencia de los concursos de 
                            belleza infantiles, pero no todos saben lo que esconden. 
                            Pequeñas muñecas de carne y hueso, uñas 
                            postizas, bronceado artificial, fundas en los dientes 
                            blancas y relucientes, sonrisas ensayadas, lentillas 
                            de colores, extensiones en el pelo, tacones altos 
                            y relucientes vestidos… el sueño de cualquier 
                            niña en Estados Unidos, contando con las probabilidades 
                            de que este sueño acabe convirtiéndose 
                            en una pesadilla. 
  En mi opinión, estos horribles concursos 
                            son un retroceso de la humanidad donde las apariencias 
                            y el exterior siempre ganan. No se juzga a las participantes 
                            por el nivel de cultura que tengan, ni por sus opiniones, 
                            sino por sus vestidos y su cara llena de maquillaje 
                            y todo tipo de artificios. Todo el mundo es libre de enseñar y educar 
                            a sus hijos como les parezca pero no creo que la mejor 
                            forma para hacerlo sea intentando que los traumas 
                            de los padres (especialmente de las madres en este 
                            caso) desaparezcan convirtiendo a sus bonitas hijas 
                            en maniquíes. Estos concursos deberían ser ilegales porque 
                            lo único que consiguen es hacer que la niña 
                            que gane se sienta superior al resto y crear traumas 
                            infantiles y futuros horribles en las niñas 
                            que no tengan la SUERTE (y sí, recalco suerte, 
                            porque para ellos es una suerte que los jurados juzguen 
                            a su hija como la más guapa sobre las demás) 
                            de haber triunfado en el mundo de las superficialidades. Además, en el caso de que las niñas 
                            no ganen también muchos de los padres se lo 
                            recuerdan y las culpan por no haberlo hecho, con lo 
                            que consiguen convertirlas en mujeres llenas de inseguridades 
                            y culpabilidades en un futuro. Lo bueno que pueden aportar estos concursos son millones 
                            de dólares, porque lo malo creo que ya lo he 
                            resaltado bastante: conseguir que este mundo se convierta 
                            en un lugar donde reine la superficialidad. Cada vez hay más gente que lucha contra los 
                            estereotipos y por que cuenten más la inteligencia 
                            y la opinión que las marcas que uses en tu 
                            estilo. Aunque ya lo he dicho antes, para mí la definición 
                            perfecta de diccionario de estos concursos sería 
                            un retroceso de humanidad. Mi conclusión creo que sería que una 
                            niña lo que tiene que aprender es a jugar, 
                            a imaginar y a expresarse y no a saber andar con tacones.   Más información http://www.elmundo.es/f5/2016/11/15/5829f718268e3e05748b45cb.html http://www.voanoticias.com/a/concursos-belleza-infantil-reinas-esclavas/1518427.html 
  
                            
                           
                             
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