Un gran
error de la sociedad es pensar que el machismo sólo
se encuentra en la violencia doméstica, las
violaciones o la desigualdad salarial. Y aunque estos
son asuntos muy graves hay otros actos que suceden
en nuestra vida cotidiana, pero al estar ya acostumbrados
a ellos muchas veces no nos damos cuenta del machismo
que esconden detrás. Son los denominados "micromachismos".
Decía Luis Bonino Méndez, el creador
de este término, que "son pequeñas
tiranías, terrorismo íntimo, violencia
blanda", que "producen un daño
sordo y sostenido a la autonomía femenina
que se agrava con el tiempo". En mi opinión,
la sociedad debería ser más sensible
ante los micromachismos. Si una persona va andando
con un paraguas y comienza a llover, abrirá
el paraguas nada más comenzar a chispear,
no esperará a que diluvie. Porque para cuando
llegue ese momento ya se habrá calado. Lo
mismo sucede con el machismo, no hay que dejarlo
crecer. No olvidemos que, aunque hayamos avanzado
mucho en la lucha por una sociedad igualitaria,
todavía queda mucho camino por recorrer y
todos tenemos en nuestra mano dar un paso más.
Y es que el avance no está solo en disminuir
el porcentaje de desigualdad salarial -que es, por
supuesto, importante-, sino que va desde una llamada
al 016 hasta un padre o madre que corrige a su hijo
cuando dice "no quiero eso porque es de niñas",
pasando por una adolescente que no deja que su novio
le diga cómo debe vestir.
Pero esto no quita que en ocasiones
se tomen medidas contra estos micromachismos sin
mucho sentido y que pueden llegar a causar el efecto
contrario al de igualdad de género. Este
es, en mi opinión, el caso de los semáforos
"feministas" instalados en Valencia este
año.
Pero antes de cuestionar la medida
que se ha tomado pensemos primero si de verdad existe
un problema en nuestros semáforos. ¿Son
o no son sexistas? Y lo primero que yo me pregunto
es: ¿por qué el monigote que hay actualmente
tiene sexo? ¿por qué es un hombre?
Yo cuando llego al paso de cebra y miro el semáforo
lo que veo es una representación simplificada
de un ser humano, no distingo ni sexo, ni raza,
ni orientación sexual. Por lo tanto, ¿dónde
está la discriminación? Sí
que es cierto que la sociedad suele considerar este
monigote un hombre, así que quizás
sería más apropiado usar otro símbolo
que no deje lugar a dudas, como una mano indicando
que se puede o no pasar. ¿Pero de verdad
la solución propuesta por el ayuntamiento
de Valencia es correcta? ¿Poner una falda
a los monigotes de los semáforos promueve
la igualdad? Es imaginable la cantidad de críticas
negativas que recibió esta iniciativa. Comentarios
como "¿Ahora sólo si eres mujer
y llevas falda puedes cruzar?" llenaron las
redes sociales de quejas hacia el Ayuntamiento de
Valencia. En mi opinión, se debería
usar otro tipo de simbología o, por lo menos,
poner en el semáforo al hombre y a la mujer,
y no solo a la segunda. Pero poner un monigote con
falda no hace más que empeorar la situación.
Y para conseguir algo así es mejor no hacer
nada, ya que en esta ocasión es peor el remedio
que la enfermedad.
Así que, en conclusión,
se deben tomar este tipo de decisiones con más
cabeza y reflexionando si de verdad la solución
es mejor que el problema. Este tipo de medidas no
hacen sino promover aún más el machismo,
ya que vuelven al tópico de siempre de "mujer
con falda y hombre con pantalón". Debemos
luchar contra el machismo, no incitarlo aún
más.
Más
información:
http://politica.elpais.com/politica/2016/03/07/actualidad/1457350973_388253.html
http://www.abc.es/espana/comunidad-valenciana/abci-mujeres-tambien-cuentan-semaforos-paritarios-valencia-201603071422_noticia.html
http://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/2016/03/05/56dac09cca4741d13c8b45ae.html