En
esta ocasión hemos querido entrevistar a una
persona cercana a nosotros, ha sido profesor nuestro
de Sociales, tutor y hasta el año pasado responsable
de la ONG PROYDE en el colegio La Salle de Santander
con la que se fue con antiguos alumnos el pasado verano
a Argentina. Desde septiembre coordina, con acierto,
la Jefatura de Estudios de Secundaria.
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Pablo Espinar
con nuestros reporteros.
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Pregunta.- Pablo, ¿habrías
imaginado alguna vez que te eligieran a ti como jefe
de estudios?
Respuesta.- Pues no, porque siempre
ves a otras personas que te da la sensación
que están más preparadas o que lo van
a hacer mejor. Es un cargo complejo y hay gente con
más experiencia que yo en la educación,
con más experiencia que yo en el colegio. Y,
bueno, es algo que sabes que está allí
pero que no te lo acabas de esperar. A mí sí
que me sorprendió en su día cuando se
me propuso.
P.- ¿Es muy intensa la preparación
para ser jefe de estudios?
R.- En mi caso, yo estuve el curso
pasado, que fue cuando me plantearon la posibilidad
de coger la jefatura, haciendo un curso de directivos
durante un mes, creo recordar, o mes y medio, en Madrid
junto con más profesores de colegios La Salle
de toda España. Un curso evidentemente muy
intenso porque fue tratando temas de todo tipo, desde
legislación hasta lo que es más burocrático
de documentación o lo que es el trabajo con
el grupo de profesores. Además, tuve la suerte,
cuando ya casi sabía con seguridad que iba
a coger la jefatura, de poder estar el año
pasado trabajando con Marcos, que era jefe de estudios,
ayudándole, y de esa manera también
aprendiendo un poco lo que es el día a día.
P.- ¿Te gusta dedicarle tanto
tiempo al colegio o lo ves como un sacrificio?
R.- El colegio es mi trabajo, pero
además de mi trabajo también es mi vocación.
Entonces, ¿te gusta dedicarle tanto tiempo
al colegio? Pues, lógicamente hay muchos días
que me gustaría tener más tiempo para
mí, no entrar el primero y salir el último.
Pero no lo veo como un sacrificio. Lo veo más
bien como un servicio. Es decir, la jefatura es un
trabajo que hay que hacer sí o sí. También
es verdad que luego te vas dando cuenta de que muchos
profesores, te van ayudando en esa tarea porque es
mucho lo que hay que abarcar. Pero yo, sacrificio...
No lo diría así, sino más bien
como una responsabilidad mayor o un servicio que estás
haciendo a los demás.
P.- Si te lo ofreciesen ahora mismo,
¿seguirías siendo jefe de estudios o
lo dejarías?
R.- Si tuviera la posibilidad de
elegir, como tal, yo desde luego preferiría
seguir siendo profesor, seguir teniendo mi tutoría.
Pero la realidad es que alguien tiene que hacer la
jefatura de estudios. Y, bueno, ahora ha tocado a
mí y me lo planteo también como un reto
porque es algo que me exige mucho más. El primer
año entiendo que es complicado porque muchas
cosas no te las esperas, porque tienes que afrontar
la realidad según va llegando pero, como os
decía, también estoy encontrando mucha
colaboración en los profesores.
P.- ¿Ha sido un cambio muy
grande el pasar a ser jefe de estudios y profesor
al mismo tiempo?
R.- Completo. A mí lo que
más me gusta de la profesión que tengo
es la relación y el trato con los alumnos y
siento que desde que estoy en la jefatura no puedo
dedicar el tiempo que antes podía a los alumnos.
Muchas veces me toca estar haciendo trabajos más
de documentación, de organización del
centro y pierdo un poquito lo que es la esencia de
mi vocación. Aunque sigo dando clase y sigo
siendo tutor personal de muchos alumnos, eso sí
siento un poco que lo he perdido, pero, repito, es
algo que hay que hacer. Un colegio necesita esa función
también, esta vez me ha tocado a mí
y dentro de un tiempo le tocará a otro.
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Los estudiantes
tomaron notas durante la entrevista.
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P.- Si pudieras volver un año
atrás en el tiempo y rechazar ser jefe de estudios,
¿lo harías?
R.- Yo creo que he contestado un
poco ya a esa pregunta. Si fuera por gusto realmente
no lo haría, porque me gustan más otras
cosas, pero yo entiendo que es trabajo, que es algo
que hay que hacer y ahora me toca a mí ocupar
ese lugar. Pero que no se extienda demasiado en el
tiempo, hay que ir rotando y todos tienen que ir pasando
por ahí.
P.- Ya sabemos que el jefe de estudios,
entre otras cosas, organiza a los profesores pero,
¿qué otras tareas realizáis los
jefes de estudios?
R.- Está por un lado el tema,
como decías, de los profesores, la organización
de horarios, de actividades... Todo eso pasa por mí.
Tengo que analizar todo eso para ver que está
bien, que encaja con el resto de actividades y demás.
Está también la labor con las familias.
Yo soy el encargado de presentar a las familias los
cambios que puede haber por motivo de legislación
o por decisiones del centro. Ahora, por ejemplo, también
estoy recibiendo a las familias que están pensando
en el colegio como una opción para sus hijos
de cara al año que viene, para matricularlos
aquí. Soy yo el encargado de explicarles cómo
funciona el centro y de mostrárselo. Y también
tengo una labor enfocada a los alumnos. De alguna
manera a veces me da la sensación de que soy
el tutor de trescientos alumnos porque cada recreo,
cada cambio de clase tengo chicos que vienen al despacho,
que me encuentran por el pasillo. Me preguntan, me
piden ayuda. Bueno, pues también es un poco
esa función. Quizás no tanto esa imagen
que se puede tener de un jefe de estudios como que
es el que está ahí para echar la bronca
siempre al alumno más díscolo sino como
una figura que lo que está tratando es de que
todo funcione y de ayudar a que sea posible todo,
tanto a los profesores como a los alumnos como a las
familias.
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Escuchando las
respuestas del jefe de estudios de La Salle.
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P.- Ser jefe de estudios lleva mucho
tiempo, más que cuando eras profesor, ¿consigues
seguir dedicándole tiempo a PROYDE, organización
de la que eres encargado?
R.- Bueno, evidentemente la jefatura
de estudios lleva mucho más que ser profesor.
Y además lógicamente no he dejado de
ser profesor. El primer año de la jefatura
es complicado porque hay que hacer muchas cosas para
las que no estás preparado, vas aprendiendo
día a día. PROYDE es una realidad diferente.
Yo PROYDE no lo considero un trabajo sino algo que
forma parte de mí. Es verdad que tengo menos
tiempo pero el tiempo que tengo trato de darlo y de
estar disponible para todo aquello en lo que pueda
echar una mano.
P.- ¿Cómo vives la
experiencia de irte un mes de voluntario a países
empobrecidos?
R.- Es una experiencia, yo siempre
lo he dicho, única. Única y además
muy recomendable para todos. Tú no vas a cambiar
nada al lugar al que vas. Vas un mes, con un proyecto,
haces un montón de cosas, pero pasado ese mes,
si lo analizas fríamente, dices: "Yo no
he cambiado nada, no he hecho que el mundo sea mejor,
ni mucho menos". El cambio se produce en ti,
a partir de la convivencia con otras personas. Te
das cuenta de que cambia un poco tu escala de valores,
que das importancia a cosas que antes no la tenían
y dejas de darle importancia a cosas que para ti sí
la tenían antes. Yo creo que, como os decía,
es algo que, al menos una vez en la vida, si tenemos
oportunidad debiéramos probarlo porque te da
una perspectiva diferente del mundo. A veces, aquí,
nos creamos problemas que en realidad no lo son tanto,
y no lo son tanto cuando tienes la oportunidad de
compararlos con los problemas que tienen otras personas
en otros lugares del mundo.
P.- Muchas gracias.
R.- Gracias a vosotras.
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