Espe, alumna
del taller de 'Tertulias Literarias' en el CEPA Los
Corrales de Buelna, realiza una aproximación
a dos novelas de Haruki Murakami: 'Al sur de la frontera,
al oeste del sol' y 'Tokio Blues'.
Soy lectora desde hace tiempo y
lo que antes casi tenía que hacer a hurtadillas
porque en casa no me lo permitía ahora lo hago
por placer. Gracias al CEPA de Los Corrales de Buelna
puedo acudir al taller de 'Tertulias literarias' donde
he descubierto el universo narrativo de Haruki Murakami.
Nada mejor que una frase escrita por él para
reflejar cómo me sentí cuando leí
por primera vez un libro suyo: "No quiero que
entiendan mis metáforas ni el simbolismo de
la obra, quiero que se encuentren como en los buenos
conciertos de jazz, cuando los pies no pueden dejar
de moverse bajo las butacas marcando el ritmo".
El primer libro que leí del
autor japonés, el cual me introdujo al mundo
de la literatura nipona, fue 'Al sur de la frontera,
al oeste del sol'. En él sentí que el
escritor me transportaba en un viaje a mi adolescencia
donde todos nos dejamos capítulos no acabados,
que si no somos capaces de cerrar no nos dejan vivir
ni disfrutar del presente. A Hajime, el personaje
central de esta novela de Murakami, se le presenta
la oportunidad de cerrar el capítulo poniendo
en peligro su estabilidad conyugal. Sin embargo, como
en la vida misma, los personajes están llenos
de misterios y fantasmas y las decisiones son difíciles
de tomar. Misteriosa e incierta es Shimamoto, la mujer
que hace dudar al protagonista y le tienta a empezar
una nueva vida.
Creo que 'Al sur de la frontera'
es una obra abierta, siguiendo la terminología
de Umberto Eco, en la que el escritor nos presenta
a los personajes y las situaciones envueltos en un
mar de interrogaciones donde nuestra interpretación
no se deja esperar. Finalizado el libro nos seguimos
quedando con dudas porque hay sombras sobre los personajes:
¿en qué negocios turbios se ve involucrado
el suegro de Hajime? ¿Por qué Hajime
se enamora de una mujer extraña que presenta
una tara física y que no tiene un trato humano
fácil?
La obra de Murakami va acompañada
de un gusto especial por la música, cobrando
esta un papel muy importante en cada una de sus novelas.
Vuelvo a encontrármela reflejada en otro de
sus libros, 'Tokio Blues', llevado al cine. Sin embargo,
la versión cinematográfica ha sido incapaz
de llegarme de forma intensa como lo hizo la novela.
Aun con todo, tengo que reconocer que la película,
aunque lenta, se muestra hermosa, con planos estudiados,
muy bien arropados por la música, lo que hace
que nos olvidemos de las mutilaciones o recortes realizados
a la novela. También en la película
el duelo de Toru, solo y pensativo en una playa, aislado
en una cueva, supera en belleza a la escena descrita
en la novela.
En este libro veo un triángulo
amoroso con tres vértices: tres diferentes
personajes están acompañados de fantasmas
y miedos, y son sus temores los que nos transmiten
el pánico a afrontar el paso de la juventud
a la vida adulta. Cuatro de los personajes optan por
el camino del suicidio como única vía;
la presión de la sociedad cobra mayor papel
que el paso de la guerra.
En este libro Murakami nos presenta
diferentes personalidades que en la película
han quedado bastante incompletas, como son Midori,
o el compañero de habitación, que en
la película apenas aparece y que pone la única
nota de humor en la novela.
Sea como fuere, estas dos lecturas
y el visionado de la película me han permitido
corroborar una vez más que un libro es el mejor
viaje que alguien puede realizar. En este caso, el
destino ha sido exótico y fascinante. ¡Gracias,
Murakami!
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