"Los
ayuntamientos pagan al año 240.000 euros por
limpiar las calles. Pintar grafiti es ilegal en muchos
lugares, ponen multas e incluso penas de cárcel,
especialmente en las ciudades en las que no está
considerado como arte, sino como un problema. Una
muestra de estas contradicciones la tenemos con los
gobernantes de Torrelavega.
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Un joven pinta
un grafiti en una pared. |
Hace poco un joven de Santander, como premio de un
concurso, realizó un grafiti en la fachada
principal de la Sede del Consejo de la Juventud de
Torrelavega y en la actualidad se empeñan en
borrar todas las pintadas hechas ¿Hay un grafiti
legal (arte) y uno ilegal (vandalismo)? Tal vez la
diferencia esté en el uso que se dé.
Para una mayoría de ciudadanos los grafitis
son pintadas en casas, portones, monumentos, postes,
escuelas, mercados hechas en una propiedad sin el
permiso de su dueño. Son borrones ilegibles
y sin significado. Es un delito, una falta de respeto.
Son degenerados, enemigos del orden y de la limpieza.
Son una plaga. Vándalos. Pero también
hay "una minoría" que piensa que
es una expresión de libertad, una forma de
salir del anonimato de la masa, de dejar constancia
de nuestro paso por el planeta, de búsqueda
de conocimiento, de apoderarse de un entorno que ha
sido robado por la publicidad, las grandes marcas
y el mobiliario urbano.
¿Pero que es en realidad el grafiti? Es arte
plástico, urbano y juvenil, vinculado a la
subcultura hip hop y a la música rap. Son dibujos,
imágenes, palabras, diseños… generalmente
en muros u otras superficies, mediante spray u otras
técnicas. Este tipo de "muralismo moderno"
nace en los años 60 en Nueva York con un carácter
reivindicativo y ligado a los jóvenes de las
comunidades afroamericanas y latinas. En España
aparece con un estilo propio y peculiar ligado a la
movida madrileña de los 80 (estilo flechero).
Posteriormente, se extendieron los estilos de grafiti
más similares al resto de Europa. Tal vez,
los orígenes no ayudaron a dar una buena imagen:
fue creado por una generación que no creía
dócilmente en los políticos, en los
militares y demás criaturas de la institución
social. Fue un arma privilegiada de combate de lo
nuevo contra lo viejo. Lo que había que decir
necesitó de una nueva manera de decirlo. Lo
innombrable, lo que sólo circula como rumor,
es allí denunciado, escrito a vista de todos.
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Una señora
camina por una calle "adornada" con
grafitis. |
Aunque la costumbre de pintar sobre paredes, muros
o edificios no es nueva. Ya en arqueología
se utiliza el término "grafito" para
referirse a inscripciones realizadas sobre muros o
letreros arañados sobre cerámicas y
en edificios romanos se han encontrado inscripciones
con insultos, declaraciones de amor, etc. (Más
de 20.000 grafitis se han encontrado en Pompeya).
Los primeros artistas se dedicaban a firmar. TAKI
183 fue uno de ellos. Entrevistado por el 'New York
Times' en 1971, afirmaba que ponía su firma
en todos los sitios donde entregaba documentos y paquetes.
Pronto, cientos de jóvenes en dicha ciudad
empezaron a seguir sus pasos. El objetivo era dejar
su firma en el máximo número de sitios...
En la Cueva de Altamira, junto con las imágenes
de bisontes y caballos, siempre se encuentran manos
estampadas, hechas por humanos, seres con la misma
necesidad de identificarse y dejar un rastro de su
presencia en este mundo.
Según la Real Academia de la Lengua grafiti
es "Letrero o dibujo circunstanciales, de estética
popular, realizadas con aerosoles sobre una pared
u otra superficie resistente”. Precisamente,
uno de los problemas con que se encuentran es la escasez
de espacios para pintar, para expresar su creatividad,
sus sentimientos, sus emociones, para desahogar sus
inquietudes. De ahí el uso de espacios 'ilegales'
y de ahí también la visión del
grafiti como un delito al estar "estropeando"
una propiedad. Pero es verdad que esa ilegalidad sirve
para llamar a los jóvenes, para que se convierta
en una forma de rebeldía. El graffitero ve
un lienzo donde los demás ven una pintada.
El grafiti es efímero, tiene una vida limitada
(el deterioro de la pintura o lo que tarda alguien
en borrarla). Este carácter temporal es lo
que lleva a perpetuarlo (como las grandes obras de
arte) por medio de las fotografías. De ahí
la exposición de arte más grande, 'Urban
Art', que comenzó el 17 de abril en el Centro
Europeo del Patrimonio Industrial y Arte situado en
Alemania, con obras de 34 artistas procedentes de
Nueva York, Paris, Berlín, Copenhague y Sao
Paulo.
Así pues, algunos artistas han pasado del
circuito marginal a un espacio institucionalizado
o de negocios. Las técnicas han evolucionado
al punto de alcanzar la categoría de obras
de arte. Muchas galerías y museos de todo el
mundo abrieron sus puertas al 'street art'. Les ha
supuesto un reconocimiento pero quizás también
una pérdida de libertad y del sentido de denuncia
social. ¿Perderá fuerza u originalidad?
Ya, algunos de sus seguidores afirman: el verdadero
grafiti está en la calle, no en una galería...
Ser grafitero "hace que te sientas diferente".
"Me ha ayudado a crecer, a ser lo que soy”.
"Coger un bote de aerosol es coger algo prohibido".
"Me gusta ver escrito mi nombre por ahí".
Hay gente que hace de esto su profesión, como
Kool que ejerce de monitor de grafiti en el programa
de actividades de 'La noche es joven', del Ayuntamiento
de Santander.
Quedémonos con que gamberro es quien estropea
el mobiliario, el grafiti no es eso. Es una forma
de no sentirse excluido.
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