Seguramente
todo alumno que acaba 2º de Bachillerato y realiza
la selectividad se le presenta el mejor verano de
toda su vida. El mío ha sido así. Después
de haber terminado en el colegio La Salle y despedirme
de la que ha sido mi segunda casa durante muchos años
y superar la selectividad, recibí una gran
noticia. A mediados de julio, tras haber ganado el
Europeo sub.-18, me comunicaron que había sido
seleccionada para jugar el Mundial sub.-21 que se
celebraba este año en la ciudad de Boston,
EE.UU.
|
Un momento del
encuentro deportivo. |
Se había cumplido mi objetivo y comenzaba el
sueño por el que había estado luchando
durante toda la temporada.
El 26 de julio llegamos a Boston
para iniciar una semana de concentración pre-campeonato.
Durante dicha semana, además de entrenar, disputamos
sendos partidos amistosos contra Argentina y Alemania.
Ambos acabaron con resultado adverso para el combinado
nacional. Pero, tras esos días de adaptación,
en los que entre otra cosas debíamos superar
el jet lag, y de preparación, llegó
el gran momento: comenzaba el Campeonato. En nuestro
grupo que jugaba España estaban las selecciones
de China, Nueva Zelanda y Holanda. Primero jugamos
contra China, luego contra Nueva Zelanda y finalmente
contra Holanda, con no muy buenos resultados, lo que
no nos permitió clasificarnos para disputar
la siguiente fase de grupos. Por ello y tras no haber
cumplido con el objetivo, que era quedar entre las
ocho primeras, aspirábamos únicamente
a quedar decimoterceras de dieciséis equipos
participantes. Esta nueva meta la conseguimos ganando
a Lituania 5-2, a Bielorrusia 3-1 y a Francia 6-0
en un partido y 3-2 por strokes en otro.
|
Beatriz Pérez
luchando por conquistar el Mundial. |
El Mundial lo conquistó Holanda,
que se impuso en la final a Argentina en un partido
espectacular. El tercer puesto fue para Corea. Una
vez concluido el Mundial, la organización del
torneo celebró una fiesta donde nos reunimos
y disfrutamos los dieciséis países que
disputamos el campeonato.
|
Posando con
David Beckham. |
La anécdota del viaje fue
encontrarnos con el futbolista inglés David
Beckham, actualmente jugador de Los Ángeles
Galaxy, mientras hacíamos turismo por Boston
y conseguir hacernos una foto con él. Tampoco
puedo olvidarme de haber jugado en el campo de hockey
del complejo universitario de Harvard.
Finalmente el día 18 de agosto regresamos a
nuestro país con la sensación de haber
vivido una experiencia que seguramente nunca olvidaríamos.

SUBIR
|
|