Nº9 Enero-Febrero. 1999

Especial Euro

El Euro y la Economía Española
El Euro: La Nueva Moneda Europea
¡Adiós Rubia!
El Euro, ya
Entrevista a Nieves Álvarez
Encuesta

El Euro y la Economía Española
Laura Bedoya Bascones, alumna de 1º Bachillerato del IES Jose María de Pereda de Santander

Un análisis completo de las consecuencias que tendrá el Euro en los distintos aspectos de nuestra economía:

España es uno de los once países que inician, en el final del siglo, una nueva fase de integración en Europa a partir de una moneda única. Un desafío que todos coinciden en señalar como el mayor de los que ha afrontado la Unión Europea.
Para nuestro país supone colocarse en la cabeza de la carrera y aprovechar las oportunidades que esta nueva posición ofrece. ESPAÑA ARRANCA EN PRIMERA LINEA

La Europa de la moneda única y el euro comienzan ya.
España, por primera vez, se encuentra entre los once países que inician esta aventura sin precedentes. La gran pregunta a hacerse es si estamos preparados para afrontar este reto en el que la marcha atrás es imposible, y qué consecuencias traerá para todos nosotros.

España ha logrado estar desde el principio en este proceso, algo que tendrá unas consecuencias notables para nuestro país.
Para España esto implica que estará en la primera línea frente a los Estados Unidos y Japón.
"Estar en la creación de una moneda única es un hito histórico para España, que no estuvo en la Revolución industrial ni en el Tratado de Roma", ha manifestado el delegado de la Oficina de La Comisión Europea en España, Miguel Moltó.

España ha logrado crecer más que los países de su entorno, pero con un crecimiento más saneado.
Anteriormente, los ciclos expansivos o de crecimiento generaban fuertes desequilibrios al aumentar la inflación, las importaciones y los salarios. Al final desembocaba en crisis de endeudamiento, elevación de los tipos de interés y paro, sin haber sido capaz de aprovechas la época de bonanza para aumentar el empleo.
Se han realizado los ajustes necesarios para llegar en buenas condiciones al comienzo del euro.
Los expertos consideran que a partir de ahora vendrán las recompensas. Así lo manifestaba también el presidente del Gobierno, José María Aznar, al afirmar que la Unión Monetaria es la oportunidad de alcanzar el mayor bienestar que Europa ha conocido en el periodo de la posguerra.

Pero, ¿qué conseguiremos concretamente? Todos los expertos han señalado como las grandes contrapartidas para España las siguientes:

• Mantener nuestra capacidad de crecimiento.
• Conservar la disciplina en las cuentas públicas al obligarnos a cumplir unos compromisos mutuos.
• Mantener los tipos de interés en niveles sumamente bajos.
• Eliminar los riesgos de cambio con los países del euro y ponernos en situación de fortaleza frente a países terceros.
• Mayor competitividad para nuestras empresas.

En definitiva, una economía saneada capaz de mantener el crecimiento del empleo.

La construcción europea ha experimentado un paso de gigante con la entrada en vigor de la Unión Monetaria y el euro. Culmina el proceso de confirmación del denominado mercado único y abre la puerta a la unión política.

El euro surge en un momento de especial protagonismo económico de Europa. Es el área mundial que tiene más asegurada la capacidad de crecimiento de su economía a medio plazo, y puede llegar a disputar a Estados Unidos y al dólar su capacidad de influencia en los mercados financieros mundiales.
Finalmente, serán 11 los países que conformen este área:
España, Portugal, Italia, Alemania, Francia, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Austria, Irlanda y Finlandia.

La fortaleza que otorga el euro a estos 11 países se ha puesto de manifiesto en la reciente crisis financiera asiática, que ha hecho que las bolsas y los mercados de capitales se tambalearan.
Las monedas de los países del euro y sus economías son las que mejor han resistido la virulencia de esta crisis.

España se ha convertido en uno de los países que más en serio se ha tomado la integración europea. Nuestro país ha sido uno de los que ha mostrado una actitud más abierta, favorecida por haber comprobado las ventajas que trajo para nuestro país la entrada en Europa en 1.986, en términos de bienestar y elevación del nivel de vida, pero también de estabilidad y normalización política.

Banco Central Europeo (BCE): Es el eje sobre el que pivota la moneda única. Marca la política monetaria común de todos los países, es decir, los tipos de interés, y se ocupará de controlar aquellas magnitudes que influyen en la inflación.

EURO XII: Es el instrumento político de la Unión Monetaria y lo constituyen los ministros de Economía y Finanzas de sus países.

TARGET: Es el sistema de pagos al por mayor del euro y garantiza la seguridad de dichos pagos, la eficiencia de las operaciones entre distintos países, y la articulación de la política monetaria común por parte del BCE.

Pacto de Estabilidad: Es la articulación del compromiso de los países que han accedido al euro para seguir controlando sus economías dentro de los límites de los criterios de Convergencia o requisitos de Maastricht.

El español medio debe convencerse de que con el euro podrá comprar lo mismo que con pesetas. La introducción del euro no producirá milagros para el consumidor. Con 100 euros podrá comprar lo mismo que con las 16.800 pesetas que equivalen aproximadamente.
El poder adquisitivo del consumidor seguirá siendo el mismo con pesetas que con euros. Lo que cambiara serán las expectativas.

España entra en la Unión Monetaria en condiciones de estabilidad de precios, es decir, de control de la inflación.
En estos momentos nos encontramos en un nivel de inflación en torno al 1,5%, y unos tipos de interés sumamente bajos, que se consolidaran con el euro, permitiendo que los consumidores puedan disfrutar de un largo periodo de precios estables y bajos tipos de interés.

La moneda única va a incrementar notablemente la llegada de productos de otros países del euro, como consecuencia de la libre prestación de servicios, que supone que cualquier empresa de otros países del área puede vender en España. Al mismo tiempo, se van a incrementar las decisiones de los españoles de comprar fuera de nuestro país, ya sea por catálogo, a través de Internet o cualquier otro medio de compra. En este sentido, la Comisión Europea ya ha propuesto una directiva para asegurar las condiciones de este tipo de transacciones en el mercado único y que garantizan la libre prestación de servicios y el libre establecimiento en la Unión Europea.

La protección del consumidor ante las diversas incógnitas que plantea el euro se articula en el caso de España a través de la Ley de Introducción del Euro, aprobada por el Parlamento.
Se trata de una ley que no aporta elementos nuevos a la legislación sobre el euro, cuyo entramado jurídico se compone de los reglamentos comunitarios, del Reglamento CE 1103/97 del Consejo de 17 de junio de 1997, y el reglamento CE n1 974/98 del Consejo de 3 de mayo de 1998. Sin embargo, la citada ley española trata de adecuar la normativa interna a la entrada en vigor del euro.

El artículo 34 adelanta que se establecerá en el futuro un régimen de protección de los derechos de los consumidores y usuarios de especifica aplicación al periodo de transición hasta la plena utilización del euro. Este régimen se referirá, principalmente, a la forma de presentar el doble etiquetado y la manera en que deberá hacerse la conversión entre pesetas y euros.

Doble etiquetado: El doble etiquetado, es decir, que los productos muestren en sus etiquetas el precio en pesetas y euros, es una práctica de gran valor didáctico. Así lo han manifestado los distintos expertos que han trabajado en este tema para la Unión Europea.

De hecho, en su momento se barajó la posibilidad de que el doble etiquetado fuera obligatorio. Se ha llegado a la conclusión de no hacerlo obligatorio durante el periodo transitorio por los costes que ello acarrearía, y por la gran variedad de formas de presentar los precios.

Los expertos consideran que sin ser obligatorio, en la práctica se generalizará de forma abrumadora el uso del doble etiquetado por parte de fabricantes y comerciantes como arma comercial puesto que los consumidores lo demandarán de forma creciente. En este sentido, la Comisión Europea recomienda a los comerciantes que las inversiones que realicen en aquello que tenga que ver con el etiquetado y los precios, contemplen la posibilidad de ir introduciéndolo de cara a sus clientes.

Sin embargo, los comprobantes de compra sí tendrán que estar en los dos valores, al menos, en la cantidad total resultante de la compra.

La moneda única va a ser un mal negocio para los cambistas, para quienes reciben sus beneficios del cambio de moneda.
Este proceso no sólo va a afectar a los bancos, que dejarán de percibir importantes cantidades que hasta ahora recibían como comisiones por cambio de divisas de países que ahora pertenecen al euro, sino a todos aquellos con capacidad legal para cambiar divisas, que van a registrar una fuerte disminución de su negocio: los change points que han florecido como hongos en los últimos años y las oficinas de cambio próximas a las playas o los lugares de aglomeración de turistas; pero también los hoteles y las agencias de viaje, que están autorizadas legalmente a cambiar divisas a sus clientes.

El consumidor, por tanto, se va a beneficiar de la desaparición de todas esas comisiones que le hacían perder dinero sin ganar nada a cambio, y va a acabar en cierto modo con esa especie de Torre de Babel monetaria que tanto perjudica a los turistas.

Gasto mensual de una familia:

41.832 pesetas: Alimentación =250,00 euros
11.713 pesetas. Equipamiento personal=70,00 euros
30.119 pesetas: Hogar=180,00 euros
10.040 pesetas: Servicios (agua, electricidad,...)=60,00 euros
15.059 pesetas: Sanidad=90,00 euros
30.119 pesetas: Transportes y comunicaciones=180,00 euros
28.445 pesetas: Ocio y cultura=170,00 euros
Total:167.327 pesetas = 1000.00 euros

España necesita que la moneda única impulse nuestro empleo por encima de los demás países del resto de la unión.

La Unión Europea ha aumentado su sensibilidad por el empleo, algo que se viene manifestando en diversas iniciativas, empezando por el Tratado de Amsterdam, que coloca esta cuestión como uno de los objetivos de la Unión Europea y que ha tenido su traducción en las ultimas cumbres, especialmente la de Luxemburgo, primero, y la de Cardiff, el pasado junio, en la que los Estados miembros han tenido que presentar sus Planes anuales de empleo, una exigencia reciente de la Unión Europea para comprometer a los Estados miembros en políticas activas a favor del empleo.

Nuestro país parte de una situación de desempleo muy superior a la media de Europa. No todos creen que la UEM vaya a ayudar a combatir el paro. Son muchos los que, por el contrario, consideran que la rigidez que comporta este sistema para los países miembros, a los que obliga a mantener una disciplina presupuestaria extraordinaria, puede derivar, especialmente cuando llegue un ciclo de recesión, hacía una intensificación del desempleo como la única vía para ajustar las economías nacional y sus desequilibrios, al no disponerse de otros mecanismos, como la actuación en los tipos de cambio -devaluaciones- ni la posibilidad de potenciar notablemente el gasto público, ya sea para inversiones o para financiar los costes de una mayor protección a un número mayor de desempleados.

El presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, rechaza esta alternativa. Será un incentivo para la competencia que, a medio plazo, creará empleo, si bien admite que a corto plazo la competencia va a suponer la reestructuración de ciertos sectores.

La Comisión quiere fortalecer los valores propios de los jóvenes como futuros ciudadanos de la unión, y que la formación y el empleo actúen como soporte de la cohesión social.

La política comunitaria respecto a los jóvenes tiene muy en cuenta un factor característico de la población joven: su gran facilidad para la movilidad. Algo que permitirá en el futuro que los jóvenes españoles viajen a estudiar su carrera o un curso de posgrado a cualquier facultad de la Unión.
En este sentido, la comisión Europea está trabajando también para aumentar la protección y hacer efectiva la extensión de las prestaciones de la Seguridad social para los jóvenes que estudien en otro Estado miembro.
Se han desarrollado diversos programas y proyectos. En el ámbito de la formación y el estudio, los principales son:

• Programa Juventud con Europa: se basa en la gran movilidad de los jóvenes y favorece el intercambio y los viajes de más de 40.000 jóvenes entre países europeos en estancias que van de los tres días para asistir a seminarios a los seis meses para un servicio voluntario. Tiene tres convocatorias anuales, en febrero, mayo y octubre.
• Programa Sócrates: Para potenciar la dimensión europea de la educación. Ofrece la posibilidad de estudiar en el extranjero e incluye ayudas para intercambios de estudiantes de ciclos superiores.
• Programa Leonardo: destinado a mejorar la calidad e innovación de la formación profesional. Se centra en la formación continuada para mantener la competitividad.
• Programa Alfa: sirve para poner en contacto centros de enseñanza superiores de 18 países latinoamericanos con los de la UE, y articula el reconocimiento de títulos y los intercambios de posgraduados para doctorados o masters.

Por lo que se refiere al empleo, el Programa Empleo-youthstart es el nombre de la iniciativa comunitaria que trata de integrar en el mercado de trabajo a jóvenes, mujeres y minusválidos. Está dirigido a jóvenes menores de 20 años, parados o subempleados, especialmente con déficits de formación o capacitación. La gestión de estas acciones está en manos, en España, de los Ayuntamientos y las Comunidades Autónomas.

1958: Entra en vigor el Tratado de Roma. Walter Hallstein es el primer presidente de la Comisión Europea.
1960: Se pone en marcha la Política Agraria Común (PAC)
1965: Se fusionan las instituciones de la CEE, la CECA y el Euratom.
1968: Se establece la unión aduanera.
1971: Se acepta el plan Werner, debido al Primer Ministro luxemburgués Pierre Werner, que propone crear una unión económica y monetaria en la próxima década. Al mismo tiempo, se establece una banda máxima de fluctuación entre las divisas de los países miembros: la serpiente monetaria.
1972: La serpiente monetaria establece una banda máxima del 2,25%
1973: Se suman Gran Bretaña, vetado por De Gaulle en 1963, Dinamarca e Irlanda a la CEE
1977: El presidente de CE, Roy Jenkins, revitaliza la idea de la Unión Monetaria.
1978: El Presidente francés Valéry Giscard d´Estaing y el Canciller alemán Helmut Schmidt se reúnen y acuerdan acelerar la Unión Monetaria y crear en el futuro un Banco Central Europeo.
1979: El Sistema Monetario Europeo sustituye a la serpiente monetaria para dar estabilidad a la relación entre las divisas de los países miembros.
1981: Grecia ingresa como país número 10.
1985: España firma el Tratado de Adhesión, e ingresa en la CEE en enero de 1986 como país número 11. Portugal es el 12.
1987: El Acta Única supone el espaldarazo del mercado interior.
1989: Los jefes de Estado miembros se reúnen en Madrid y aprueban el informe Delors que prevé el paso del Sistema Monetario Europeo a la Unión Monetaria Europea, la creación del Banco Central Europeo, unos tipos de cambio fijos y una convergencia de las magnitudes macroeconómicas.
1990: Primera fase de la UEM. Se inicia la desaparición de las restricciones a los movimientos de capitales.
Todos los países, salvo Gran Bretaña, acuerdan iniciar en 1994 la Segunda Fase de la Unión Económica y Monetaria. Se establece la idea de una moneda común.
1991: El Tratado de Maastricht crea la Unión Europea y propone a los países miembros la creación de una moneda única en 1999.
1992: Tras el no danés y la dificultad en Francia para aprobar el Tratado, se suceden las dudas sobre el futuro de la Unión. Se crean fuertes tensiones especulativas en los mercados de divisas que fuerzan la salida de Gran Bretaña e Italia del SME.
1994: Se crea el Instituto Monetario Europeo, antecedente del Banco Central Europeo. Arranca la segunda fase.
1995: Austria, Finlandia y Suecia ingresan en la Unión Europea, elevando a 15 el número de Miembros.
Se aprueba el nombre de euro para la nueva moneda y las tres fases para llegar a ella.
1997: El diseño de la nueva moneda es aprobado. En este año se reforma el Tratado de Maastricht mediante el Tratado de Amsterdam que entra en vigor en 1999. Además, surgen como candidatos a incorporarse a la UE Hungría, Polonia, Estonia, Eslovenia, República Checa y Chipre, en una primera fase, con los que se ha empezado a negociar. En una segunda fase están Eslovaquia, Letonia, Lituania, Rumania y Bulgaria.
1998: Se seleccionan los 11 países que formarán la UEM.

El 1 de enero del 2002 termina el periodo transitorio. A partir de esa fecha el euro será la única divisa y el sistema monetario utilizará solamente euros.