Los padres de los alumnos del CP Quirós de
Cóbreces llaman la atención sobre la
inseguridad de sus hijos a la entrada y salida del
centro. Piden que se coloque un semáforo más
cercano y se reubique el paso de cebra.
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Varios niños
del colegio Quirós, en Cóbreces,
cruzan la carretera ante la vigilante mirada
de dos madres. / DM. |
La Asociación de Padres de Alumnos del CP Quirós
de Cóbreces ha vuelto a llamar la atención
sobre la inseguridad que sus hijos sufren cada día
a la entrada y a la salida del centro, que está
ubicado junto a la carretera CA-131 y donde la circulación
de vehículos es una constante.
Ya hace seis años la junta vecinal de Cóbreces
solicitó la instalación de un semáforo
en esa zona para obligar a los vehículos a
reducir la velocidad al paso, tanto por el municipio
como por el centro escolar, pero comoquiera que ese
semáforo está ubicado a unos 400 metros
de la entrada del colegio, y las señales de
aviso de reducción de la velocidad por paso
de escolares no son muy visibles, los vehículos
pasan, en ocasiones, sin respetar las señales
limitadoras, obligando a los padres a ser ellos mismos
los que tengan que parar la circulación para
evitar el atropello de sus niños.
Esa misma carretera, conforme va de Comillas en dirección
a Santillana del Mar, tiene una curva con escasa visibilidad
justo antes de la puerta de entrada del colegio, por
lo que los vehículos tienen un margen de metros
escaso para poder frenar cuando llegan al paso de
cebra, lo cual entraña un enorme riesgo para
los niños que sus padres no quieren que pase
desapercibido. De ahí su llamada de atención
a las autoridades para que, en la medida de lo posible,
aporten soluciones.
Por lo visto, hace sólo unos días se
dio cuenta de tal problema al Ayuntamiento de Alfoz
de Lloredo, que recordó a la APA la existencia,
en la puerta de este centro, de un paso subterráneo,
medida, ésta, que no parece satisfacer a la
asociación.
Aseguran los padres, preocupados, que el paso "tiene
una pendiente muy inclinada, carece de barandilla
para que los niños se puedan sujetar y, además,
está extremadamente sucio".
De la misma manera, se requirió a la Guardia
Civil de Santillana del Mar que regulara el tráfico
durante las horas de entrada y salida de los estudiantes
del colegio, pero su presencia ha sido intermitente
pues, aseguran los padres, "dijeron que no era
su obligación ese cometido, aunque estarían
presentes cuando pudieran atender este servicio".
Para intentar solucionar el problema, el alcalde
de la localidad, Enrique Bretones, sugirió
una tercera vía: recurrir a aquellas personas
que por causas diversas tienen que realizar trabajos
sociales para que ayudaran a regular el tráfico
a la entrada del colegio, alternativa que no parece
muy factible porque el horario de los trabajos que
realizan estas personas no se ajusta a las horas de
entrada y salida de los escolares.
Así las cosas, la APA sigue buscando por su
cuenta soluciones para prevenir posibles accidentes,
que pasarían por "colocar señales
de aviso y reducción de velocidad más
grandes, instalar un semáforo más cercano
a la entrada de las aulas con un bacheado, reubicar
el paso de cebra allí existente, acondicionar
el paso subterráneo y colocar a alguna persona
que de manera fija regule la circulación a
esas horas".
MARGARITA FERRANDIS/ EL DIARIO MONTAÑÉS

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