Padres,
médicos, especialistas y educadores se han
implicado los últimos años para que
los niños sigan una dieta sana y equilibrada
pero los datos demuestran que el esfuerzo realizado
ha sido insuficiente. Casi 22 millones de niños
europeos, uno de cada tres, superan el peso saludable
que les corresponde para su edad. De ellos, más
de cinco millones padecen obesidad. El consumo desmedido
de productos dulces y ricos en grasas y la tradicional
reticencia de los niños a comer frutas y hortalizas
frescas a diario explican parte del problema. La falta
de actividad física hace el resto.
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Es importante
trasmitir hábitos alimentarios saludables. |
La elevada y
preocupante tasa de obesidad infantil -en España
asciende al 16% en niños de entre 6 y 12 años-
ha propiciado que la Unión Europea apruebe
varias resoluciones en apoyo de políticas escolares
que ofrecen oportunidades a los niños para
que elijan alimentos sanos y nutritivos. El objetivo
prioritario de la política europea de prevención
sanitaria es poner en marcha programas de educación
alimentaria en los centros escolares para promocionar
la salud y la prevención, sobre todo, de la
obesidad infantil. Algunas de estas propuestas incluyen
la distribución gratuita leche o fruta y la
promoción de practicar deportes de forma regular.
La mala alimentación que en general siguen
los niños y jóvenes ha obligado a adoptar
diferentes iniciativas para tratar este trastorno
alimentario como un grave problema. Cualquier acción
encaminada a cumplir dicho propósito pasa por
sensibilizar tanto a los niños como a los implicados
en su educación alimentaria, sobre todo familia
y profesorado, del impacto que genera en la salud
una mala alimentación.
El último proyecto aprobado
por el Parlamento Europeo a finales de 2008 es el
'Plan de consumo de fruta fresca en las escuelas'
('School Fruit Scheme'), cuyo objetivo es que todos
los escolares europeos coman fruta fresca a diario.
Este plan paneuropeo es una de las propuestas que
se incluyen dentro del proyecto europeo de mayor envergadura
en prevención de salud a través de la
nutrición, conocido como la 'Estrategia para
Europa sobre la nutrición, el sobrepeso y la
obesidad' . Se basa en el establecimiento de las medidas
concretas que puedan adoptarse a escala comunitaria
con objeto de que la mala
alimentación y la falta de actividad física
dejen de ser las principales causas de enfermedades
evitables y de fallecimientos prematuros en Europa.
Ahora corresponde a los gobiernos de los Estados miembros,
entre ellos España, decidir si desean participar.
Esta decisión llega
pocos meses después de que la Eurocámara
aprobara otro informe en el que rechaza la venta de
productos de alto contenido en grasas, sal y azúcares
en las escuelas, al tiempo que pide que los programas
escolares dediquen al menos tres horas semanales a
la asignatura de educación física.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda
el consumo diario de al menos 400 gramos de fruta
y verdura para los menores de once años, pero
la mayoría no alcanza este objetivo. En este
sentido, la creación de un plan de distribución
gratuita de fruta en las escuelas podría ser
determinante para mejorar la dieta de los niños.
Les ayudaría a desarrollar su sentido del gusto
y adquirirían hábitos saludables. Se
ha comprobado que las personas que desde muy jóvenes
siguen pautas correctas de alimentación las
mantienen durante toda su vida.
Está previsto que el
plan se aplique de manera promocional al inicio del
curso escolar 2009-2010 en un número reducido
de centros. Si funciona bien, se extenderá
al ámbito nacional y se acompañará
de campañas de difusión y programas
de educación alimentaria.
Este proyecto, que primero
comenzará con el reparto de fruta fresca y
que prevé continuar con el reparto de hortalizas,
se une a otro que ya se puso en marcha hace más
de 30 años, 'Leche en las Escuelas' ('European
School Milk Scheme'). Gracias a este programa, los
niños de los centros escolares adheridos cuentan
con la oportunidad de consumir a diario un vaso de
leche o un derivado lácteo, poco graso -yogur
u otras leches fermentadas y queso-, alimentos esenciales
en su dieta diaria por su valor nutricional.
Un proyecto similar de distribución
gratuita de fruta fresca en las escuelas, el 'USDA
Fresh Fruit and Vegetable Program', se implementó
en 2002 en Estados unidos. El programa, que comenzó
como un proyecto piloto en poco más de 100
escuelas de cuatro Estados, ha dado tan buenos resultados
en cuanto a los correctos hábitos entre la
población infantil que se ha convertido en
una acción permanente que en estos momentos
llega a las escuelas de todo el país.
En España, bajo las directrices de la Estrategia
para la Nutrición, Actividad Física
y Prevención de la Obesidad (NAOS), y a partir
del apoyo del Ministerio de Sanidad y Consumo y el
de Educación, Política Social y Deporte,
se está desarrollando desde el curso escolar
2006-2007 una iniciativa pionera de educación
alimentaria: el Programa Perseo, un programa piloto
escolar de referencia para la salud y el ejercicio
contra la obesidad.
Una propuesta que se diseñó
con el fin de promover hábitos alimentarios
saludables y estimular la práctica de actividad
física regular desde la escuela a un sector
concreto de la población. Los participantes
son niños de entre 6 y 10 años de las
seis comunidades
autónomas (Galicia, Castilla y León,
Extremadura, Murcia, Andalucía y Canarias)
y de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla,
regiones que registran la mayor tasa de obesidad infantil
en nuestro país. El principal atractivo de
este programa es que las intervenciones educativas
trascienden del colegio; implican la participación
activa de las familias y se trabaja sobre el comedor
escolar y el entorno para facilitar a los escolares
la elección de alimentos más sanos.
La Administración valora en estos momentos
extender el programa a otras comunidades
Pero no es la primera experiencia
española en materia de educación alimentaria
pública en colegios. Dos años antes,
en 2004, la Asociación para la Promoción
de Frutas y Hortalizas '5 al día' puso en marcha
el Programa Educativo '5 al día', dirigido
a todos los centros interesados en la buena alimentación
de los niños. El objetivo no era diferente
al de las actuales políticas europeas: cambiar
los hábitos de consumo a favor de la ingesta
de frutas y hortalizas de los niños por medio
de la educación alimentaria en los ciclos de
la educación infantil y primaria. Los colegios
adheridos, además de aceptar el compromiso
de aplicar el programa pedagógico, debían
comunicar su apuesta educativa a las familias e incorporar
de forma habitual las frutas y las hortalizas en los
menús escolares y transformarlos en saludables.
Hasta el momento, más de seis millones de estudiantes
de más de 20.500 escuelas han seguido el programa
de educación en hábitos alimentarios
saludables.
A esta iniciativa educativa
se suma el Programa 'Apadrina un Colegio'. La figura
del padrino la representa una entidad pública
o privada, vinculada a la Asociación para la
promoción de Frutas y Hortalizas '5 al día'
y sensibilizada con el deterioro de la alimentación
infantil. Su principal actividad es responsabilizarse
en su región de un número determinado
de colegios, facilitando la financiación para
que puedan disponer del programa educativo y promocionar
así el consumo de frutas y hortalizas entre
los niños.
Aunque pueda resultar paradójica, una de las
fórmulas en las que más se confía
para educar en salud y nutrición a los más
jóvenes, y combatir de manera interactiva la
obesidad, es la misma a la que se atribuye el aumento
del sedentarismo en la última década:
los videojuegos.
A través del juego,
los niños aprenden las características
nutritivas de los alimentos, a elegir los más
saludables y a elaborar un menú diario conociendo
las recetas de los platos. También les ayuda
a entender las etiquetas de los productos y la información
nutricional para que conozcan los nutrientes que contienen
los alimentos que más les gustan.
Por tanto, a partir de
los videojuegos y los juegos online sobre alimentación
saludable se pretende aprovechar esos momentos de
ocio en los que jóvenes recurren a la consola,
con el fin de fomentar tanto el aprendizaje virtual,
como el ejercicio físico. Según los
diseñadores de algunos de estos videojuegos,
la fórmula de persuasión verbal sobre
lo que es bueno y malo para la salud en los más
pequeños no está funcionando. No basta
con decirles a los niños lo bueno que es comer
verdura, sino que es necesario cambiar, además
del mensaje, el entorno en el que se le proporciona
dicha información, y eso se consigue en la
red y mediante este tipo de juegos educativos.
REVISTA CONSUMER

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