|   El día 11 
                            de diciembre fuimos a visitar el aeropuerto de Parayas. 
                            Una salida didáctica apasionante que hizo que 
                            el día se nos pasara "volando". 
                          
                          Una señorita nos explicó 
                            dónde se deben poner las maletas y recoger 
                            la tarjeta de embarque. Luego pasamos el control de 
                            la guardia civil; a algunos compañeros y a 
                            los profes les pitó el detector, pero no les 
                            registraron.  
                          Ahora viene lo más interesante: 
                            cómo tienen limpias de aves las pistas para 
                            evitar accidentes. Pudimos ver de cerca a dos de las 
                            rapaces que se encargan de ello. Su cuidador las tenía 
                            sobre un guante de cuero como el Conde Olinos. 
                          Los bomberos nos enseñaron 
                            lo rápido que se ponen su traje y nos explicaron 
                            el calor que pasan cuando hay incendios. En el aeropuerto 
                            todavía no han tenido que intervenir, pero 
                            sí han ayudado en otros fuera de Santander. 
                            Luego, algunos se pusieron en equipos de dos manejar 
                            la manguera, como hacen ellos; no practicamos todos 
                            para no derrochar agua. 
                          Finalmente subimos a 
                            la torre de control. Desde allí vimos despegar 
                            un avión y cómo lo dirigió la 
                            controladora. El padre de Raquel, que también 
                            es controlador, nos explicó lo que es el anemómetro 
                            y por qué los aviones despegan y aterrizan 
                            en contra del viento. Desde tan arriba se dominaba 
                            muy bien el aeropuerto y al fondo, Santander. Se nos 
                            pasó la mañana “volando”. 
                            
                          
                             
                               
                                    
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