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Paloma O’Shea
Nacida en Las Arenas (Vizcaya) en 1936, Paloma O’Shea ha desarrollado su actividad en el mundo de la música en Santander y Madrid, ciudades en las que reside. Fue precisamente en Vizcaya donde comenzó sus estudios de piano, que llevó a cabo en el Conservatorio de Bilbao. Tras obtener el Primer Premio Fin de Carrera en este centro, se trasladó a Francia para ampliar su formación instrumental. En 1972 inició el gran proyecto del Concurso Internacional de Piano de Santander, un certamen que tras veinticinco años de existencia es reconocido como uno de los más prestigiosos en su especialidad.
La historia del Concurso de Santander es la manifestación de una búsqueda constante de la excelencia y el rigor. Inmerso en un panorama artístico internacional que, con una rapidez inusitada, está actualizando constantemente sus criterios, el Concurso ha ido adaptándose, de la mano de Paloma O’Shea, a esa nueva realidad musical. Así, ha variado su periodicidad hasta llegar a ser trienal y ha modificado su estructura para dotar a sus pruebas de un mayor dinamismo y una más alta calidad. El espíritu infundido por Paloma O’Shea al certamen es el de servir de elemento promocional a los concursantes, y así se manifiesta en la dotación de los premios, que aparte de su importante cuantía económica, persiguen fundamentalmente favorecer la presencia de los galardonados en salas de conciertos y en catálogos discográficos. La alta calidad del Concurso fue reconocida públicamente mediante su aceptación en el seno de la Federación de Concursos Internacionales de Música, con sede en Ginebra, en 1976.
Afianzado el Concurso a lo largo de los años, Paloma O’Shea inició en 1981 las actividades de índole pedagógico, que han desembocado en la puesta en marcha de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, un centro de altos estudios musicales único en su diseño en España y ya reconocido internacionalmente. Concurso y Escuela se unen en la Fundación Albéniz, una entidad cultural creada en 1987 que incluye en sus programas, además de estos dos, la revisión histórica de la figura del compositor Isaac Albéniz y su influencia en la historia de la música española del presente siglo, mediante la puesta a disposición de la comunidad científica de un amplio corpus documental en el que se incluyen los archivos personales de Albéniz, Arthur Rubinstein y Federico Mompou, entre otros.
La primera actividad docente emanada del Concurso consistió en la convocatoria de unas clases magistrales de piano a cargo de importantes solistas y pedagogos que tenían lugar en Santander en colaboración con la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. La evolución de estas clases acabó dando lugar al Encuentro de Música y Academia, una combinación de curso de verano y festival de conciertos que reune en Cantabria durante el mes de julio a los maestros de más prestigio de cada instrumento con los jóvenes de más talento de las mejores escuelas europeas.
Más allá del carácter estrictamente artístico y académico de estas actividades, Paloma O’Shea ha hecho hincapié en que en su proceso de organización estuviesen representados todos los estamentos sociales, y así ha conseguido unificar los esfuerzos de instituciones públicas y privadas y de una amplia representación del empresariado en una formula inédita en España.
En cuanto a la Escuela Superior de Música Reina Sofía, que tiene su sede en Madrid, se trata de la plasmación de un moderno concepto académico llevado a cabo por Paloma O’Shea y personalidades musicales cercanas a ella como Alicia de Larrocha, Yehudi Menuhin, Mstislav Rostropovich, o Zubin Mehta. Mediante una enseñanza personalizada y de ricos y plurales contenidos, los alumnos de la Escuela se afianzan en el estudio de su instrumento y reciben una formación amplia que incluye la práctica orquestal y la música de cámara. La Escuela ha desarrollado un ambicioso plan de estudios marcado por la atención individualizada al alumno, de manera que para un total de más de noventa alumnos (dos terceras partes de los cuales son españoles, iberoamericanos y europeos) se dispone de un amplio claustro de profesores.
Otro aspecto diferenciador de la Escuela Reina Sofía es la dimensión internacional de profesores y alumnos. En lo que respecta a aquellos, la Escuela cuenta al frente de sus cátedras con nombres como los de los Zakhar Bron y José Luis García Asensio, catedráticos de violín; Gérard Caussé, de viola;Natalia Shakhovskaya, titular de violonchelo; Rainer Zepperitz, contrabajo; Dimitri Bashkirov, piano; Hansjörg Schellenberger, oboe; Radovan Vlatkovic, trompa y Tom Krause, canto. Junto a ellos, ejercen la docencia en el ámbito de la música de cámara los profesores Rainer Schmidt, Marta Gulyas y Antoni Ros-Marbà, como titular de la Orquesta. La Escuela, consciente de la necesidad de ofrecer una formación integral a sus alumnos, competa su plan docente con todo el arco de disciplinas académico-musicales, así como con formación en artes, literatura, filosofía e idiomas.
La repercusión y trascendencia públicas de las actividades llevadas a cabo por Paloma O’Shea ha sido reconocida en numerosas ocasiones por instituciones públicas y privadas, tanto españolas como de otros países. Ese reconocimiento se inició con el Lazo de la Orden de Isabel la Católica y la Medalla de Plata del Ministerio de Cultura. En 1988, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando otorgó su Medalla de Honor al Concurso de Santander y en 1994 Paloma O’Shea recibió la Medalla Picasso de la UNESCO por su contribución al entendimiento cultural entre los países y por su dedicación a la promoción de jóvenes artistas. Ha recibido también la Orden Heráldica de Cristóbal Colón, de la República Dominicana, la Medalla de Oro del Spanish Institute de Nueva York y, en 1996, el Premio Montblanc de la Cultura. Ya en 1998, y por acuerdo del Consejo de Ministros, Paloma O’Shea ha sido distinguida con la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes. Por su parte el Gobierno Regional de Cantabria la ha declarado Hija Adoptiva de esta comunidad.