Nº39. Mayo. 2003.
 

Esta es una sección abierta a cualquier información que suponga un nuevo avance o una ampliación de conocimientos.

¿Sabías que...?

Las raíces de la superstición
La paciencia japonesa descubre al verdadero PI
La Cruz Roja
El secreto gubernamental
La nueva plaga del siglo XXI
El lado oscuro del cosmos
Curiosidades sobre los osos

 

 

 

 

 

 

 


Las raíces de la superstición
Por Esther Ceballos Luengas, alumna de 1º de Bachillerato del Colegio Nuestra Señora de La Paz de Torrelavega.

Decir salud cuando alguien estornuda, poner la mano frente a la boca al bostezar, no dejarse ver por el novio el día antes de la boda... son cosas que todos hacemos muchas veces sin darnos cuenta pero ¿por qué las hacemos en realidad? ¿de dónde vienen esas tradiciones? En este artículo te lo desvelamos.

El hombre ha creído desde siempre en lo irracional; la magia, la adivinación, lo sobrenatural...
Al contrario de lo que muchos opinan, la superstición no es algo que se limitó a tiempos pasados, sino que sigue presente en nuestra cultura hoy en día.
Pasar por debajo de una escalera, evitar cruzarse con un gato negro, romper un espejo, tirar la sal son algunas de las supersticiones más comunes. Sin embargo, incluso los que se consideran no supersticiosos caen sin darse cuenta en alguna de estas prácticas supersticiosas.

Si alguien estornuda exclamamos instintiva y espontáneamente o bien salud o Jesús. Pues bien, estas son dos de las supersticiones más antiguas. Según algunos expertos, el motivo de que utilicemos salud (en castellano) o bless you (que Dios te bendiga, en inglés) se remonta a tiempos de la peste negra, ya que cuando alguien estornudaba los demás lo interpretaban como uno de los primeros síntomas de la peste y pensaban que quien estornudaba estaba condenado a morir, de ahí que le bendijesen. Otra creencia es que utilizamos Jesús porque los antiguos creían que al estornudar el demonio podía entrar en el cuerpo de la persona por la boca o bien que al estornudar cada persona expulsaba un pedazo de su alma que era atrapada por el demonio.
Cuando uno estornuda, se espera que se cubra la nariz con un pañuelo. Esto es algo muy conveniente y práctico, ya que el estornudo puede diseminar gérmenes. Pero ¿por qué se cubre uno también la boca cuando bosteza? Esta costumbre también comenzó hace cientos de años. En aquellos tiempos, el hombre temía que su espíritu pudiera escapársele a trajes de su boca abierta, o que algún mal espíritu pudiera introducírsele. Por tanto se cubría la boca con la mano.
En nuestros días, esta antigua costumbre ha cambiado su sentido por el de buenas costumbres.

Otra de las supersticiones más comunes es la del numero trece. Aún hoy en día son muchos los que creen en la mala suerte que acarrea este número. El martes o viernes 13 supuestamente trae mala suerte y muchas son las personas se muestran cautelosas en cuanto a las actividades que planifican para ese día. Aunque no se sabe con certeza de dónde viene la mala fama del número trece, una de las teorías que tratan de explicarlo es la que basa esta mala fama en la Ultima Cena de Cristo. En ella, como sabemos, participaron los doce apóstoles y Jesús, trece personas en total. La Ultima Cena fue seguida por la crucifixión de Cristo, y así el número 13 fue relacionado con el hecho terrible. Algunos creen además que Cristo fue crucificado en viernes 13, lo que explicaría la mala fama de este día.
En cuanto a la mala fama del martes y trece algunos historiadores creen que la causa de considerar los martes como día nefasto procede de la derrota de Jaime I El Conquistador, rey de Aragón, en la batalla de Játiva (Valencia) en el siglo XIII.

Otra superstición bien conocida tiene que ver con romper un espejo que, supuestamente, acarrea a la persona siete años de mala suerte. Esta creencia se remonta a varios miles de años atrás, cuando la gente pensaba que cualquier cosa que le ocurriese a la imagen de la persona reflejada en el espejo también le sucedería a la persona.

La superstición también está presente en ritos cristianos como son, por ejemplo, las bodas. Según dicen, es necesario llevar algo nuevo, algo prestado y algo azul. Se dice que es de buena suerte usar algo prestado dado que esto significa la felicidad por préstamo; algo viejo que conlleva la continuidad; algo nuevo debido al optimismo por el futuro; o algo azul que representa la fidelidad de los contrayentes.
En Inglaterra se acostumbra a incluir en este ritual una pequeña moneda que generalmente coloca la novia en su zapato derecho.
Otros opinan que estos objetos tienen un significado especial: lo viejo y usado representa la transición de la soltería de la novia a la de su nueva vida en matrimonio; lo prestado simboliza la aprobación del matrimonio por parte de familiares y amigos y utilizar algún detalle azul es sinónimo de pureza, amor y fidelidad. A esto hay que sumarle además la creencia de que el novio no puede ver a la novia antes de la ceremonia pues, según dicen, esto trae mala suerte y la boda acabaría en fracaso.

En cuanto a los animales son muchos los que suelen ser considerados, según la época y la cultura, como de buena o mala suerte. Este es el caso del perro o del gato negro, la serpiente, la salamanquesa, el cuervo o la paloma. También hay gestos a los que se atribuye un valor protector, como lo son el de los dedos cruzados, la higa, la mano pasada por delante de la cara, la mano abierta sobre el pecho o el corte de mangas.
Todas estas, junto con las que anteriormente hemos nombrado de pasar por debajo de una escalera, tirar la sal, el color amarillo etc, son las supersticiones más conocidas presentes en nuestra sociedad y que todos, lo creamos o no, alguna vez practicamos.

 

La paciencia japonesa descubre al verdadero Pi
Por Eugenio Fernández Abad, alumno de 1ºA Bachillerato del Colegio Nuestra Señora de la Paz de Torrelavega.

El número Pi es una constante que relaciona el perímetro de una circunferencia con la amplitud de su diámetro. Desde la antigüedad, el valor de dicho número (que contiene infinitas cifras decimales), ha suscitado un gran interés entre las distintas civilizaciones, lo que ha llevado a los científicos a realizar una carrera por descubrirlas.
El nuevo récord establecido es de Mil millones.

El récord precedente poseía tres años. El número de decimales conocidos de pi acaba de ser multiplicado por 5.
El nuevo récord de decimales de pi conocidos, lo componen exactamente 1.241.100.000.000 rompiendo así un umbral simbólico. Todo ello gracias al trabajo de Yasumasa Kanada y su equipo de la Universidad de Tokio. La historia de este cálculo refleja las preocupaciones y los métodos matemáticos de diferentes épocas.

El número Pi es la constante que relaciona el perímetro de una circunferencia con la amplitud de su diámetro PI = L/D.
Este no es un número exacto sino que posee infinitas cifras decimales. Ya en la antigüedad, se insinuó que todos los círculos conservaban una estrecha dependencia entre el contorno y su radio. Todo comienza en la Biblia, que da el valor p= 3, en Babilonia 3 1/8; siendo los egipcios los que continuaron con aproximaciones más exactas gracias, sobremanera, a las construcciones geométricas, dando el valor de p = 3,16, superados más tarde por los chinos que le otorgaron el valor de 3,1724.

Posteriormente el griego Arquímedes, amplía todos estos resultados obteniendo así el primer valor preciso de dicho número, resultante del cociente: 22/7 (=3,1428...) Para ello prueba que el área de un círculo es la mitad del producto de su radio por la circunferencia lo que permitió a la vez calcular todos los decimales de pi como se deseara. De estos se sirvieron personajes como Van Ceulen (hacia 1600) para continuar con aproximaciones más precisas.

A partir de aquí fueron numerosos los investigadores que impulsaron y prosiguieron el descubrimiento de las nuevas cifras decimales de éste numero. Cabe destacar sobremanera los trabajos de Georges Louis Leclerc, naturalista francés, el cuál ideó un ingenioso método llamado "La aguja de Buffon" que relaciona el número pi con el lanzamiento de una aguja sobre una superficie rayada.

Sin embargo, desde a aparición de los ordenadores, el número de decimales conocido (unos pocos centenares hasta mediados del siglo xx) ha explotado.

¿Utilidades? Realmente no existe ninguna aplicación práctica de estos descubrimientos de nuevas cifras, sino que más bien todo responde a una simple llamada: la curiosidad.

 

Más información en la página web:
http://www.sociedadelainformacion.com/fisica/pi/pi.htm