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Esta es una sección abierta a cualquier información que suponga un nuevo avance o una ampliación de conocimientos. ¿Sabías que...? Las raíces de la superstición
Decir salud cuando alguien estornuda, poner la mano frente a la boca al bostezar, no dejarse ver por el novio el día antes de la boda... son cosas que todos hacemos muchas veces sin darnos cuenta pero ¿por qué las hacemos en realidad? ¿de dónde vienen esas tradiciones? En este artículo te lo desvelamos. El hombre ha creído desde siempre en lo irracional; la magia,
la adivinación, lo sobrenatural... Si alguien estornuda exclamamos instintiva y espontáneamente o
bien salud o Jesús. Pues bien, estas son dos de las
supersticiones más antiguas. Según algunos expertos, el motivo
de que utilicemos salud (en castellano) o bless you (que
Dios te bendiga, en inglés) se remonta a tiempos de la peste
negra, ya que cuando alguien estornudaba los demás lo interpretaban
como uno de los primeros síntomas de la peste y pensaban que quien
estornudaba estaba condenado a morir, de ahí que le bendijesen. Otra
creencia es que utilizamos Jesús porque los antiguos creían
que al estornudar el demonio podía entrar en el cuerpo de la persona
por la boca o bien que al estornudar cada persona expulsaba un pedazo de
su alma que era atrapada por el demonio. Otra de las supersticiones más comunes es la del numero trece.
Aún hoy en día son muchos los que creen en la mala suerte
que acarrea este número. El martes o viernes 13 supuestamente trae
mala suerte y muchas son las personas se muestran cautelosas en cuanto a
las actividades que planifican para ese día. Aunque no se sabe con
certeza de dónde viene la mala fama del número trece, una
de las teorías que tratan de explicarlo es la que basa esta mala
fama en la Ultima Cena de Cristo. En ella, como sabemos, participaron los
doce apóstoles y Jesús, trece personas en total. La Ultima
Cena fue seguida por la crucifixión de Cristo, y así el número
13 fue relacionado con el hecho terrible. Algunos creen además que
Cristo fue crucificado en viernes 13, lo que explicaría la mala fama
de este día. Otra superstición bien conocida tiene que ver con romper un espejo que, supuestamente, acarrea a la persona siete años de mala suerte. Esta creencia se remonta a varios miles de años atrás, cuando la gente pensaba que cualquier cosa que le ocurriese a la imagen de la persona reflejada en el espejo también le sucedería a la persona. La superstición también está presente en ritos cristianos
como son, por ejemplo, las bodas. Según dicen, es necesario llevar
algo nuevo, algo prestado y algo azul. Se dice que es de buena suerte usar
algo prestado dado que esto significa la felicidad por préstamo;
algo viejo que conlleva la continuidad; algo nuevo debido al optimismo por
el futuro; o algo azul que representa la fidelidad de los contrayentes. En cuanto a los animales son muchos los que suelen ser considerados,
según la época y la cultura, como de buena o mala suerte.
Este es el caso del perro o del gato negro, la serpiente, la salamanquesa,
el cuervo o la paloma. También hay gestos a los que se atribuye un
valor protector, como lo son el de los dedos cruzados, la higa, la mano
pasada por delante de la cara, la mano abierta sobre el pecho o el corte
de mangas.
La paciencia japonesa descubre al verdadero
Pi El número Pi es una constante que relaciona el perímetro
de una circunferencia con la amplitud de su diámetro. Desde la antigüedad,
el valor de dicho número (que contiene infinitas cifras decimales),
ha suscitado un gran interés entre las distintas civilizaciones,
lo que ha llevado a los científicos a realizar una carrera por descubrirlas.
El récord precedente poseía tres años. El número
de decimales conocidos de pi acaba de ser multiplicado por 5. El número Pi es la constante que relaciona el perímetro
de una circunferencia con la amplitud de su diámetro PI = L/D. Posteriormente el griego Arquímedes, amplía todos estos resultados obteniendo así el primer valor preciso de dicho número, resultante del cociente: 22/7 (=3,1428...) Para ello prueba que el área de un círculo es la mitad del producto de su radio por la circunferencia lo que permitió a la vez calcular todos los decimales de pi como se deseara. De estos se sirvieron personajes como Van Ceulen (hacia 1600) para continuar con aproximaciones más precisas. A partir de aquí fueron numerosos los investigadores que impulsaron y prosiguieron el descubrimiento de las nuevas cifras decimales de éste numero. Cabe destacar sobremanera los trabajos de Georges Louis Leclerc, naturalista francés, el cuál ideó un ingenioso método llamado "La aguja de Buffon" que relaciona el número pi con el lanzamiento de una aguja sobre una superficie rayada. Sin embargo, desde a aparición de los ordenadores, el número de decimales conocido (unos pocos centenares hasta mediados del siglo xx) ha explotado. ¿Utilidades? Realmente no existe ninguna aplicación práctica de estos descubrimientos de nuevas cifras, sino que más bien todo responde a una simple llamada: la curiosidad.
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