Nº35. Noviembre-Diciembre. 2002.
 


 

Trabajos:

Relatos
La familia del 5 Por Andrea Ortiz
Leer y escribir Por Andrea González
Las oscuras nieblas Por Fernando Vitorero
El abuelo Por Rosalía Fernández
Siempre es la misma historia Por Rebeca Amieva
Un líquido misterioso Por Aroa Hureñu
Vacaciones en la luna Por Sandra ¿?

Poemas
Ríos de sangre Por Marta Martínez

 

 

 

 

 

 

La familia del 5
Por Andrea Ortiz, alumna del IES Santa Cruz de Castañeda.

Esto es una familia de 5. El padre era un señor 5 y tenía 40 años, y trabajaba de director en un banco y era un 5 de negocios. La madre era una señora que trabajaba en su casa cuidando a sus hijos; era muy amable con la gente y todo el mundo la quería.

Tenían 3 hijos muy bien educados y muy buenas personas, ayudaban a quien hiciese falta, sus estudios eran de sobresaliente, etc. Era una familia muy feliz, el único problema que tenían era que el padre prestaba muy poco tiempo a sus hijos.

Un día su hijo mayor 5 decidió ir a casa para presentar a sus padres a su novia 3.
Esa noche el padre 5 tenía una cena de negocios y el pobre hijo mayor 5 no pudo presentarle a su novia 3. A la madre 5 le pareció muy guapa, pero lo que le pareció mal era que fuese de la familia 3, pero acabó por entenderlo.

A la semana siguiente el hijo pequeño 5 se chivó a su padre de que el hermano mayor 5 había traído a casa a su novia 3. El padre se molestó mucho, por ser el ultimo en enterarse de las cosas. Así que decidió ir a hablar con su hijo mayor 5. El hijo mayor 5 se lo explicó todo, pero cuando se enteró de que la novia era de la familia de los 3 no le gustó nada.
Sin pensárselo dos veces le dijo el padre 5 al hijo mayor 5 que dejase a la novia 3 o que se fuese de casa.
El hijo mayor 5 muy enamorado decidió irse a vivir junto con su novia 3 a un departamento solos.
El pobre chaval tuvo que dejar de estudiar para ponerse a trabajar. Y al poco tiempo se casaron.

Al padre, a pesar de todo, no le pareció tan mal, así que le apoyó y le ayudó en toda lo que pudo.
Al cabo de unos meses el hijo mayor 5 y la novio3 tuvieron un hermoso bebé 8, al que le pusieron como nombre, para que todos estuviesen contentos 853.
Así siguió la tradición, aumentando cada vez más los nombres de sus progenitores, hasta llegar a tener más de 1.000 millones de cifras.
Por esta historia existen números tan largos, gracias al hijo mayor 5 y a su novia 3, por enfrentarse a su padre desobedeciendo su palabra.

 

 



Leer y escribir
Por Andrea González, alumna del IES Santa Cruz de Castañeda.

A la hora de leer, hay que tener en cuenta la escritura; o eso pensaba Juan. Juan era un chico normal, sacaba buenas notas, hacía deporte... pero lo que más le gustaba era leer.

Un día, mientras leía un libro, se dio cuenta de que casi no podía entenderlo debido a la mala escritura del relato, ya que al ser un libro antiguo, y como todos sabemos, en la antigüedad se escribían o mano. Él, se dispuso a traducir aquellas siniestras palabras las cuales se hallaban ante él; ante su asombro y casi sin darse cuenta, se había devorado aquel viejo libro.

El joven, a raíz de leérselo, se interesó por las escrituras antiguas y, ni corto ni perezoso, bajó a por su bicicleta que se encontraba en el jardín de su casa para, seguidamente, ir en ella hasta la biblioteca más cercana y ver lo que encontraba sobre aquel tipo de escritura que a él tanto le había llamado la atención, además, claro está, de lo que le había costado descifrarla.

Al llegar a la biblioteca, rápidamente preguntó por la zona en la que encontraban los manuscritos, cogió un par de ellos y se dispuso a leerlos; en ese momento pensó que le sería de gran ayuda un diccionario para buscar aquellas palabras de las cuales no supiese su significado.

Decididamente empezó a leer uno de ellos. Leyó el primer capítulo sin ninguna dificultad, ya que lo que leía le estaba interesando así que, viendo la satisfacción que le producía leer aquello, no se lo pensó ni un minuto para continuar con el segundo capítulo, aunque sabiendo que era demasiado tarde para continuar, pero no le importó; lo que el joven no sabía es que el libro tenía en su interior algo que nunca debería haber encontrado.

El chico continuaba con la lectura cuando, de repente, le llamó la atención algo que se encontraba en la hoja adjunta; dejó de leer lo que en ese momento leía para irse rápidamente a averiguar que era aquello que había captado su atención de la otro hoja. Juan no salía en su asombro al leer aquellas palabras que entendía perfectamente, pero que no sabía si verdaderamente quería entender; así que, velozmente cerró el libro y salió de la biblioteca casi corriendo, lo suficientemente deprisa para que no le llamasen la atención, pero sí para alejarse cuanto antes de aquello que acababa de presenciar.

Al llegar a casa pensó que todo aquello había sido causado por el cansancio que tenía encima, que todo aquello no era más que producto de su imaginación, así que cenó algo, y se echó a dormir pensando que aquello verdaderamente no existía.
A la mañana siguiente, volvió a la biblioteca con la intención de corroborar si era cierto aquello que vio en el libro el día anterior; cual fue su asombro, al ver que aquel misterioso libro no se encontraba en el lugar en el que debía hallarse.
Decepcionado, fue camino de la salida cuando se le ocurrió preguntarle a la bibliotecaria dónde estaba aquel libro que estuvo leyendo el día anterior y ésta, ásperamente, le contestó que alguien se lo habría llevado; entonces, Juan le preguntó que quién, pero ella dijo que no podía decírselo. Cabizbajo, se fue a casa con la idea de volver en unos días a ver si ya lo habían devuelto y al pasar esos días él insistentemente volvió en busca del libro: lo cogió y lo abrió por aquella página de la que tantas dudas tenía y cual fue su asombro al ver que aquellas fatídicas palabras que en su día no quiso creer que existían estaban allí escritas. Al cabo de leerlas varias veces, las dijo en voz alta para comprobar que aquello era real:

¡TEN CUIDADO. NO SIGAS LEYENDO ESTE LIBRO O TE OCURRIRÁN COSAS QUE NUNCA IMAGINASTE!

Juan, haciendo caso de lo que decía la frase soltó el libro y se marchó como lo había hecho la vez anterior; ese fragmento le impactó tanto que dejó de interesarse por aquel tipo de escritura que algún tiempo atrás le había llamado tanto la atención.

Con el paso del tiempo, un día como otro cualquiera, Juan recordó aquello que le había pasado hacía unos meses, se armó de valor y volvió a la biblioteca a releer aquella frase pero, cual fue su sorpresa al abrir el libro, buscar el segundo capítulo y darse cuenta de que aquella frase ya no se hallaba allí; así que prefirió no indagar en el tema ya que aquello le había producido un gran desconcierto.

Juan decidió olvidarse para siempre de los manuscritos y de todo lo relacionado con la época en la que éstos se hacían y determinó que seguiría leyendo sus libros bien escritos.

 

 

 

 

Ríos de sangre
Por Marta Martínez Alvarez. alumna de 1ºA Bachillerato del IES Santa Cruz de Castañeda.

 

Ríos de sangre corren por sus manos,
la mirada triste, angustiada,
pues ha muerto su hermano.

Una bala certera,
su corazón para siempre ha parado,
una envidia ciega,
que hasta este extremo ha llegado.

Un hombre malvado,
que volver a verlo no deseaba con vida,
una cabeza perturbada,
agudizada por la bebida.

La hermana aturdida,
la vuelta se ha dado,
y lleno de ira,
a ese hombre ha matado.

Desplomado sobre el suelo ha caído,
mientras un suspiro se ha escuchado,
un sencillo gemido,
de un corazón espinado.

Desesperada, llora y llora,
llora y sus lágrimas seca el viento,
un cálido aullido,
que la deja sin aliento.

No encuentra salida,
no puede hacer otra cosa,
una bala ha disparado;
y cayó al suelo la hermosa joven
que murió por su hermano.


 

 

Las oscuras nieblas
Por Fernando Vitorero, alumno de 3ºB de ESO del IES Juan José Gómez Quintana de Suances.

Juan hoy no ha dormido, ni ayer, ni anteayer, ni desde que llegó a la mansión de sus abuelos en Suances. Sus oscuras habitaciones le producen escalofríos y le dan miedo.

Él tiene diecisiete años y vive en Santillana del Mar, pero las navidades las pasa con sus abuelos. Desciende de una familia de la burguesía muy adinerada con muchos ancestros cantabros.

La razón de que sus oscuras habitaciones estén así no es por falta de ventanales, sino porque desde hace cincuenta años una espesa niebla tapa todos los fríos campos de la zona. Este, ya cansado, decide investigar por qué desde hace tanto tiempo hay esa espesa niebla.

Lo primero que hace es buscar algo que le diga qué pasó entonces y pregunta a su abuela. Ella le dice que un día se fue de viaje a Francia, pero su padre se quedó en la mansión. A la semana de volver de viaje, la niebla ya estaba y todos los sirvientes los habían cambiado excepto uno, pero murió hace quince años. Era el historiador de la familia, escribía todas las semanas lo que hacíamos. Cada cien paginas hacía un tomo que se guardaba en la biblioteca.

Él decidió ir por la noche, no quería que nadie le parase los pies en su investigación. Cuando sonó el cuco se dirigió hacia la biblioteca y entró. Era inmensa pero, tan perfectamente colocada, que sólo tardó unos minutos en encontrar el tomo que buscaba. El libro estaba; sin embargo, las hojas de esa semana faltaban, alguien las había arrancado. Al parecer debía de ser reciente, porque las huellas del polvo lo delataban. Sin querer tropezó y dio contra una silla y una estantería dejó ver un pasadizo. Él entró y a través de sus paredes pudo observar montones de agujeros que dejaban ver toda la casa pudiendo espiar sin que nadie lo supiese.

La puerta del pasadizo sé cerro y la poca luz que venía de la biblioteca desapareció. Al no poder salir decidió quedarse la noche hasta que la luz de los agujeros entrase al pasadizo y dejase ver algún artilugio para abrir la puerta. Por la mañana, temprano, entró el cocinero. El cocinero flipaba, literalmente dicho, e intentó explicar qué hacía allí. Juan decidió hacerle un interrogatorio sobre la marcha:

- ¿Desde cuándo vives tú en la casa?
- Desde que nací, hace unos cincuenta años.
- ¿Quién era su padre?
- Jean Loise Pique, el antiguo historiador.

Juan pensó que sabiendo todo lo que sabía podía haber roto perfectamente las hojas del libro y siguió preguntando:

- ¿Alguna vez té contó tu padre qué paso hace cincuenta años en la mansión?
- Sí, pero no creo que sea de su agrado saberlo.
- Cuentémelo, necesito saberlo.
- Tu bisabuelo, Pierre como le conocíamos todos, era viudo, pero encontró un segundo amor, este amor resultó ser mi madre. Pierre la acosaba pero mi padre no podía hacer nada. El día que mi madre me tuvo, Pierre sé volvió loco. Mandó a tu abuela a Francia para que no supiera nada. Mi padre, por si acaso ocurría algo, decidió llevarme a casa de mi abuela en San Vicente de la Barquera, pero cuando volvió todos desaparecieron. Pierre le dijo a mi padre "
Todos se encuentran entre la riqueza y la pobreza". Mi padre se pasó el resto de su vida buscando al igual que yo, pero nunca los hemos encontrado.
-¿Y por qué rompiste las hojas de libro?

- No fui yo
- Pues quién fue
- Fue tu abuela
-¿Mi abuela?
- Sí, ella cuando se enteró quiso que nadie supiera nada de ello porque la noticia podría hundir a la familia. Por eso nunca hemos podido mi padre y yo buscar exhaustivamente

- Ahora que lo pienso, ¿tú eres pobre, no?
- No me digas
....
- Bueno¿y entre la casa de mis abuelos y la casa de los criados dónde es?
- El sitio entre la riqueza y la pobreza, allí estarán enterrados

- Sí, tengo una idea, para que mi abuela no sospeche le diré que si puedo hacer un lago, seguro que me deja ....

Una semana más tarde todos los cadáveres aparecieron y fueron enterrados por separado, desde entonces la espesa y encantada niebla no volvió a aparecer por aquellas tierras.