
Nº34. Julio-Septiembre. 2002. 
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Esta sección está reservada para desarrollar los temas
transversales, como Salud, Educación por la paz, Sexualidad, etcétera.
En este espacio tiene cabida cualquier tipo de experiencia que refleje los
temas alternativos, pero no por ello excluyentes, de la educación.

Apuesta por la solidaridad
Una educación alternativa

"La mayoría de los niños
del mundo están en una situación terrible"
Por Celina Gómez Solórzano y Verónica
García. Alumnas de 3º de la ESO del IES Valle de Piélagos.
La tasa mundial de mortalidad infantil es del 107 por mil. Hay 250
millones de niños esclavos, 140 millones de niños (aparte
de los esclavos) que no asisten a la escuela, más de 11 millones
de niños discapacitados y heridos de guerra, más de 10 millones
con traumas psicológicos por la guerra... El profesor de Historia
del Instituto Valle de Piélagos, Carlos Javier Sánchez, es
entrevistado por dos alumnos del centro y opina sobre la situación
de la infancia, las guerras, la política de Estados Unidos, las secuelas
del atentado del 11 de septiembre...
Pregunta.- ¿No crees que las medidas que ha tomado Estados
Unidos contra Afganistán son demasiado duras?
Respuesta.- Yo las calificaría como una expresión más
de la política exterior a la que Estados Unidos ha acostumbrado a
la humanidad desde hace mucho tiempo. Los Estados Unidos, como antes otros
países europeos, se atribuyeron el "derecho" a intervenir
en las regiones del planeta que les viniera en gana. Basta recordar el proceso
de colonización americana que se abre a finales del siglo XV, o la
colonización de África y Asia en el siglo XIX.
Durante la segunda mitad del siglo XX los Estados Unidos se han lanzado
a campañas militares que generalmente han constituido verdaderos
actos de terrorismo internacional. Un ejemplo que algunos de los más
jóvenes no sabrán todavía, fue la guerra de Vietnam.
El que el pueblo vietnamita pudiera decidir su futuro, acertada o equivocadamente,
le costó una guerra que, en términos relativos, fue mucho
más devastadora que la Segunda Guerra Mundial. 
Hay, además, toda una macabra lista de intervenciones militares en
casi todas las regiones del planeta, de manera directa o indirecta: Centroamérica:
en el año 54 derrocando al presidente Arbenz en Honduras, en la República
Dominicana en 1965 invasión a favor del presidente Bosch. En Chile
apoyando a los militares que derrocaron a Allende en 1973, en Argentina
en el golpe de estado militar de 1976, en los 80 apoyando a los gobiernos
genocidas guatemalteco y salvadoreño. Una represión que se
cobró decenas de miles de víctimas, algunas de nombre muy
conocido como el jesuita español Ignacio Ellacuría o el obispo
Monseñor Romero. O la invasión de Panamá
algunos
recordaréis aquella escena esperpéntica en la que un presidente
"constitucional" juraba su cargo en la embajada de los Estados
Unidos
entre otras en el continente americano.
Algo muy parecido ha ocurrido desde los años 50 hasta hoy en África
(Congo, Ruanda, Sierra Leona, Angola, etc..), Asia (Palestina, Indochina,
Indonesia,..) y Europa (guerra de los Balcanes).
P.- ¿No te parece algo duro que los niños mueran
tan jóvenes a causa de la guerra?
R.- La mayoría de los niños del mundo están
en una situación verdaderamente terrible. Se calcula que al día
mueren alrededor de 50.000 niños de hambre en nuestro planeta. Estos
niños son víctimas de un sistema económico internacional
que es precisamente el que con estas guerras sostienen los Estados Unidos
y sus aliados europeos. Las consecuencias de este sistema se pueden resumir
en un solo dato: según un informe de la ONU sobre el desarrollo humano
de 1998, las 225 personas más ricas del mundo poseen tanto como un
47% de la humanidad.
Hoy día la tasa de mortalidad infantil en el mundo es del 107 por
mil. Hay 250 millones de niños esclavos. 140 millones de niños
(aparte de los esclavos) que no asisten a la escuela. En los diez últimos
años más de 2 millones de niños han sido asesinados.
Hay más de 11 millones de niños discapacitados y heridos de
guerra. Más de 10 millones con traumas psicológicos por la
guerra. Más de 12 millones de niños que no tienen casa como
resultado de la guerra. Más de un millón de huérfanos
de guerra. Más de 2 millones de niños prostituidos. Cada año
más de 13 millones de niños mueren por enfermedades que podrían
ser remediadas si la salud no fuera un negocio en manos de unas pocas multinacionales
farmacéuticas. En Asia, el continente con un ritmo de crecimiento
demográfico mayor, se encuentra el 61% de los niños que trabajan
en el mundo.
P.-¿Cómo crees que estarán los miles de chicos
que han sufrido el atentado del 11 de septiembre no directamente, pero sí
con la muerte de sus familiares?
R.- Pues lo mismo que el millón de huérfanos de guerra
que hay en los países empobrecidos. Pero, desgraciadamente, por los
sentimientos de esos niños nos ocupamos menos, porque para la mente
de un occidental medio, esos niños son sólo una cifra.
P.- ¿Recae toda la responsabilidad del 11 de septiembre
en Bin Laden, porque se necesitan muchos colaboradores para llegar a realizar
un atentado como este...
R.- Parece que cada día hay más sombras sobre el 11
de septiembre. Hace unas semanas algunos medios de comunicación norteamericanos
publicaron la noticia de que el gobierno de Washington sabía que
se iba a producir un atentado de gran envergadura. Los datos de que disponemos
no permiten hacer más que conjeturas. Hay opiniones muy variadas
a este respecto. Citaré algunas consideraciones del teólogo
brasileño F.Betto, un intelectual muy comprometido con la lucha que
los campesinos sin tierras llevan a cabo en ese país latinoamericano:
la familia Bush y la familia Bin Laden tienen negocios comunes desde hace
dos generaciones, desde que el abuelo del actual presidente de los EEUU
fundara la primera empresa petrolera de la familia Bush. El padre y ex presidente
recibió ya una notable colaboración financiera de la rica
familia del supuesto responsable de los atentados del 11 de septiembre.
Por otra parte la sorprendente reaparición de Osama Bin Laden para
anunciar nuevos atentados contra EEUU, justo en el momento en que el presidente
Bush se encontraba más acorralado por toda una lluvia de acusaciones
en torno a este lado oscuro del atentado contra las torres gemelas, tenemos
que calificarlo, al menos, como sumamente inquietante. Demasiado oportuno
o demasiado inoportuno, según desde qué punto de vista se
mire.
P.- ¿Quieres añadir algo más?
R.- Bueno pues quisiera añadir que, a pesar de todo, no debemos
consentir que el 11 de septiembre se convierta en referente de lo que han
de ser las relaciones internacionales en adelante. Las relaciones humanas
no pueden tener a la muerte y a la venganza como eje o como fundamento.
Hay que recordar la frase que Jesús de Nazareth pronunció
hace casi dos mil años: Dejad que los muertos entierren a sus
muertos. Esta frase hoy sigue siendo un tremendo revulsivo para nuestras
conciencias y un reto para la lucha más importante que tenemos por
delante: la lucha por la vida. Pero de la vida para todos.
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