Marisol
Trugeda es doctora por la Universidad de Cantabria,
licenciada en Medicina y Cirugía en la misma
universidad y trabajó como cirujano en el Hospital
Universitario Marqués de Valdecilla. Es la
responsable de la Unidad de Cirugía Esófago-Gástrica
de este hospital, experta en cirugía laparoscópica
avanzada y está acreditada para la cirugía
robótica.
Pregunta.- ¿Cuántos
años estuviste estudiando?
Respuesta.- Para llegar a realizar
este trabajo empecé la carrera de Medicina
a los 18 años en la Universidad de Cantabria.
Tras seis años de carrera me licencié
y dediqué un año a preparar el examen
de MIR para poder acceder a la especialidad de cirugía
general y aparato digestivo. Me formé como
residente durante cinco cinco años en el Hospital
de Cruces de Bilbao. Después ya vine a trabajar
al Hospital Marqués de Valdecilla.
P.- ¿Te costó mucho
terminar la carrera?
R.- Bueno, la verdad es que la carrera
la hice año por año y saqué buenas
notas. Trabajé mucho pero también disfruté
mucho. La carrera no ha sido lo más duro. Resultó
bastante duro preparar el examen MIR; estuve todo
un año estudiando y los últimos tres
meses, que además era verano, estuve encerrada
en un piso sin salir con mis amigos, ni siquiera los
fines de semana, hasta que llegó el examen.
También fue duro hacer la tesis doctoral, en
el año 2009, cuando además de trabajar
ya tenía tres hijos.
P.- ¿Esto es lo que quisiste
estudiar desde un principio?
R.- Sí, siempre quise hacer
Medicina y, en concreto, cirugía. No quería
ser especialista en ninguna otra cosa, solo quería
ser cirujana. Lo que nunca pensé es que fuera
a acabar operando con un robot. Cuando yo empecé,
y no hace tanto tiempo, sólo se hacía
cirugía abierta. Luego ya se empezó
a hacer la cirugía mínimamente invasiva,
es decir la cirugía laparocópica, y
en los últimos años esto ha cambiado
muchísimo y en algunos hospitales, es verdad
que muy pocos, algunos somos cirujanos robóticos.
P.- A día de hoy, ¿sigues
estudiando?
R.- Por supuesto. Además de
dar docencia teórica y práctica a estudiantes,
residentes y a otros cirujanos, para lo cual también
hay que estudiar, sigo estudiando para mantenerme
al día de los avances de mi especialidad, para
aprender más cuando tengo pacientes difíciles
y repasando muchas noches la cirugía que voy
a hacer al siguiente.
P.- ¿Te llevas alguna vez
trabajo a casa?
R.- Sí, muchas veces. En el
horario habitual de trabajo, incluso dedicando tiempo
extra con mucha frecuencia, suele dar tiempo a operar,
atender a los pacientes y tener reuniones con otros
compañeros que son imprescindibles para realizar
bien nuestro trabajo. Generalmente hay poco tiempo
para estudiar y desde luego no hay tiempo para hacer
lo que llamamos trabajo científico. Los que
escribimos artículos para publicar en revistas
científicas o preparamos cursos y ponencias
para congresos lo tenemos que hacer en casa en nuestro
tiempo libre. Cuando haces cirugía con técnicas
diferentes y muy avanzadas, como es la cirugía
robótica esofágica que yo hago, es importante,
no solo para nosotros sino también para el
hospital, que lo demos a conocer puesto que se hace
en muy pocos hospitales de España y del resto
del mundo.
P.- ¿Dónde empezaste
a trabajar?
R.- Empecé a trabajar en el
Hospital de Cruces, en Bilbao, que es donde hice la
especialidad de cirugía.
P.- Aparte de operar con el robot
Da Vinci, ¿haces más casos?
R.- Claro, la cirugía robótica
es una técnica que utilizamos solo para una
parte de nuestra cirugía. Lo que opero con
más frecuencia son cánceres gástricos,
hernias de hiato y reflujo gástrico. Y todo
esto lo hacemos por laparoscopia, es decir, sin abrir
a los pacientes y haciendo solo unas pequeñas
incisiones. El cáncer de esófago es
lo que operamos con el robot Da Vinci. Además,
opero otras patologías como hernias de la pared
abdominal y, como hago guardias, hago cirugía
de urgencia de todo tipo.
P.- ¿Operas tú sola
con el robot Da Vinci?
R.- No, nunca opera un cirujano solo,
siempre hacen falta por lo menos dos cirujanos y muchas
veces tres. Con el robot Da Vinci lo mismo, el cirujano
maneja el robot y hay uno o dos ayudantes. Veréis,
hay algunos robots como los que utilizamos para limpiar
las piscinas que se programan y ellos hacen el trabajo
mientras tú te dedicas a otras cosas. El robot
Da Vinci es lo que se llama un sistema maestro-esclavo,
es decir no es un robot que hace el trabajo por ti,
sino que hace únicamente lo que nosotros le
transmitimos, jamás trabaja solo. El robot
para nosotros es un instrumento, como lo es el bisturí
o las tijeras. La cirugía que hacemos con el
robot es cirugía muy compleja, generalmente
está el cirujano y dos ayudantes. Además,
como en el resto de las cirugías, hay una enfermera
instrumentista que va dando el instrumental al cirujano,
otras dos enfermeras que llamamos "de campo",
que no están estériles y nos van dando
otras cosas que se necesitan. Hay auxiliares, celadores
y, por supuesto, un anestesista. Como podéis
ver hace falta mucha gente para hacer esta cirugía.
P.- ¿Has trabajado alguna
vez en el sector privado?
R.- No, no he trabajado en el sector
privado y en principio tampoco me lo planteo. Este
tipo de cirugía es una cirugía muy compleja
que precisa tecnología muy avanzada que en
nuestra comunidad no está disponible en el
sector privado. Además son cirugías
muy largas, por lo menos ocho horas de intervención,
con posoperatorios complicados que precisan del apoyo
de otros especialistas y de medios que, por lo menos
hasta este momento, están en Valdecilla.
P.- ¿Desde cuándo
llevas operando con el robot?
R.- Con el robot creo que empezamos
en el 2009; es decir, llevamos unos ocho años.
P.- ¿Cómo manejas
el robot Da Vinci? ¿Es difícil?
R.- Sí, si es difícil,
porque es muy diferente de la cirugía que hemos
aprendido y del resto de la cirugía que hacemos
habitualmente. Para poder manejar el robot hace falta
una formación especial y una acreditación
específica, no todos los cirujanos pueden operar
con el Da Vinci. Como podéis ver en fotos,
el robot es una especie de pulpo con cuatro brazos
que colocas en el paciente. Estos brazos los manejas
desde una consola, donde ves lo que haces en una pantalla
en tres dimensiones. Esta consola está colocada
en el mismo quirófano donde estás operando,
pero podría estar colocada en otro sitio, incluso
en el salón de mi casa y desde allí
operar. Para mover los brazos del robot utilizamos
solo dos dedos de cada mano y los dos pies. Los ayudantes
están al lado del paciente y ven la cirugía
en otras pantallas situadas en el quirófano.
Ellos lo ven en dos dimensiones; es decir, como se
ve habitualmente en una televisión. Además
de difícil es una cirugía muy larga
que empieza a primera hora de la mañana y acabamos
a las 5, 6 o 7 de la tarde.
P.- ¿Haces prácticas
antes de usar el robot?
R.- Sí. Nosotros hemos aprendido
en el Hospital Virtual Valdecilla, donde tenemos otro
robot. Viene gente de fuera para enseñarnos.
Fijaos si esta cirugía es diferente, que para
enseñarnos a operar con el robot no viene un
cirujano sino que viene un ingeniero; es un ingeniero
el que nos enseña a manejar el robot, no un
cirujano. Durante muchos días después
de trabajar pasamos las tardes practicando.
P.- ¿Por qué se opera
con el robot en vez de a mano?
R.- Bueno, realmente todo es a mano,
porque siguen siendo mis manos las que operan. El
robot simplemente es un instrumento, como otros muchos
que utilizamos. La diferencia es que para operar el
esófago hay que abrir todo el abdomen y también
el tórax del paciente; utilizando el robot
podemos hacer la misma cirugía que antes pero
sin tener que abrir tanto. Nosotros con el robot solo
hacemos cinco agujeros pequeños en el abdomen
y cuatro en el tórax. Esto para el paciente
tiene muchas ventajas y por eso lo hacemos, aunque
para nosotros es más difícil y por eso
no se hace un muchos sitios.
P.- ¿Operas muy a menudo?
R.- Opero aproximadamente tres días
a la semana, pero con el robot más o menos
dos días cada mes.
P.- ¿Hay más robots
aparte del que está en Valdecilla?
R.- En Cantabria no hay más.
En Valdecilla tenemos dos robot, uno para aprendizaje
y otro para operar Como ya os he dicho, el robot es
una tecnología muy avanzada que está
disponible en muy pocos centros. En España
en este momento hay unos 35 robots y en el resto del
mundo tampoco hay muchos. Se utilizan principalmente
para cirugía urológica, cirugía
de colon y recto y obesidad mórbida. La diferencia
en Valdecilla es que la doctora Fernández y
yo hacemos cirugía robótica del esófago.
Esta cirugía solo se hace en otro hospital
en España y en pocos países del resto
del mundo.
P.- ¿Qué funciones
tiene este robot?
R.- La función del robot es
ayudarnos a ser más precisos en la cirugía,
mejorando algunas limitaciones que tienen otros abordajes
mínimamente invasivos. El robot amplifica más
las imágenes, que además están
en tres dimensiones, ayuda a controlar el temblor
del cirujano en los movimientos finos y tiene más
amplitud de movimientos en las pinzas que manejas.
P.- ¿Te gusta operar con
este robot?
R.- Me gusta mucho operar en general,
me da lo mismo que sea cirugía abierta o con
el robot. Aunque es verdad que el robot es algo totalmente
diferente, muy novedoso y que hacen muy pocos cirujanos
y eso un reto importante. Además, creo que
en determinados casos tiene realmente ventajas y va
a ser la cirugía del futuro. No es fácil
estar ahí.
P.- ¿Crees que a día
de hoy Medicina es una buena opción para estudiar?
R.- Si, creo que es una opción
buenísima. Al acabar la carrera tienes que
pasar un examen muy duro para entrar como médico
residente en un hospital, pero una vez que entras,
mientras te estás formando el sueldo no es
malo. Es cierto que haces guardias y trabajas muchas
horas, pero después de hacer otras carreras
no siempre hay esta posibilidad. Una vez que eres
especialista hoy en día no hay paro y en los
próximos años incluso va a mejorar.
En todos los campos de la medicina se están
produciendo avances tecnológicos muy importantes,
como ha sido el robot en el caso de la cirugía,
y esto va a abrir un campo de posibilidades muy importante
para los nuevos médicos.

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