Logotipo Interaulas
Cabecera Red-acción Inicio > Reportajes > Con la mochila al hombro
Reportajes
Entrevistas
Opinión
Cultura
El mundo

 

Imagen Primaria

Red-acción
Nº 136

REPORTAJES / CON LA MOCHILA AL HOMBRO
¡Nos vamos a París!
Por Mario García-Oliva, estudiante de 4ºB de ESO del IES Las Llamas de Santander.

Un grupo de casi 50 alumnos de 4º ESO realizó del 24 al 29 de abril un viaje de estudios a París, acompañados por tres profesores del instituto. Durante los cinco días que estuvieron en la capital gala tuvieron la oportunidad de recorrer los lugares más conocidos y emblemáticos, sin dejar de lado al tiempo de recreo que tuvieron durante la última jornada allí, que pasaron en el Parque Eurodisney.


LUNES 24

El viaje a París comenzó a las 7:30 de la mañana en los Campos de Sport de El Sardinero, lugar donde estaba estacionado el autobús que debía llevarnos a París. Se suponía que debíamos salir a las 8:00, pero debido a un malentendido con un profesor sobre la localización del autobús, la salida se retrasó cerca de media hora.

El viaje en sí, a pesar de tener una duración de 12 horas, no se les hizo especialmente largo a los alumnos, que durante la mayor parte del trayecto pusieron música y estuvieron conversando entre ellos, así que no hubo apenas tiempo para dormir. Además, en total hicieron 2 o 3 paradas, que les sirvieron para mantenerles con fuerzas y, de paso, comprar algo de comida o bebida en las estaciones de servicio.

Al filo de las nueve de la noche se comenzaron a divisar los edificios más altos de París, por lo que a todo el mundo le subieron los ánimos, en parte por la ganas de pisar suelo parisino, en parte, por otro lado, por salir ya del autobús.

Tras la llegada al hotel sobre las 21:10, los alumnos tuvieron que esperar un buen rato a las puertas del restaurante del hotel, donde tras una espera de aproximadamente media hora, pudieron entrar, cenar y, tras ello, subir a las habitaciones para sacar las cosas de las maletas e irse a dormir.

MARTES 25

La mañana del primer día la pasaron en el autobús, realizando una vista panorámica comentada por todo París, y con varias paradas en lugares emblemáticos. Tras tres horas en el autobús, se dirigieron hacia la Torre Montparnasse para subir hasta su azotea, la cual tenía una vista privilegiada de toda la ciudad a 210 metros de altura.

Tras pasar el control de seguridad, hecho que se convertiría en rutina a lo largo del viaje, los alumnos y profesores se montaron en un ascensor que en apenas 30 segundos nos dejaba una planta por debajo de la azotea, el cual también tenía unas preciosas vistas, pero sin tenerse que exponer al fuerte viento que hacía en lo alto de la Torre.

 

Ya después, tras bajar de Montparnasse y comer un bocadillo, se dio un paseo por algunos de los lugares más emblemáticos del centro de París, por ejemplo, el Panteón, al cual no pudieron acceder, o Notre Dame, y en este caso sí que se pudo entrar al interior, aunque parte de este estaba cerrado al público porque estaba llevando a cabo un concierto de música religiosa.

 

Tras la visita a Notre Dame se continuó dando un paseo por el centro de París, aunque sin visitar ningún sitio de especial interés.

Como ya se estaba haciendo tarde, los alumnos y profesores fueron yendo al restaurante donde cenaron, el cual no destacó, precisamente, por su buena comida, que recibió críticas por todos los lados, tanto por el servicio, como por la calidad de los productos servidos.

 

MIÉRCOLES 26

A primera hora del miércoles todos los alumnos fueron trasladados a la Plaza de la Concordia en el mismo autobús que les llevó a París. Desde ese lugar, fueron dando un paseo hasta los Inválidos, lugar donde está enterrado Napoleón Bonaparte, al igual que su hermano, y Rey de España, José Bonaparte. Si bien desde fuera el edificio destacaba por su bonita cúpula, el interior era aún más impresionante, por la gran amplitud una vez dentro, y la colocación de la tumba de Napoleón, que se hallaba en el medio de la planta, en un nivel inferior.

 

Tras ver Inválidos, todo el grupo se trasladó hasta el Museo del Louvre, donde pasaron el resto de la mañana, hasta las 14:30. Una vez allí, se dejó a los alumnos recorrer el museo solos, ya que debido a su tamaño era imposible recorrerlo en una mañana, por lo que estando solos podrían elegir lo que querían ver, sin tener que seguir a un grupo.

 

A las 14:30, hora en la que se había acordado reunirse en la entrada del museo para poder partir hacia la Torre Eiffel y tratar de subir a esta, comenzó a llover, aunque esto no evitó que, a toda velocidad, alumnos y profesores se dirigieran a la base de la Torre con la esperanza de que no hubiese una gran cola, pensando que la lluvia habría desanimado a los turistas a visitarla, como finalmente ocurrió.

Tras pasar el control de seguridad, uno de los pocos que inspeccionaba a las personas a fondo, todo el mundo se encontraba en la base de la Torre, a resguardo de la fuerte lluvia, y con unas ganas inimaginables de poder subir a lo alto de la Torre Eiffel, para poder observar toda la capital francesa a incluso mayor altura que la Torre Montparnasse.

Bajo estas lineas se muestra una vista de la Torre Eiffel bastante distinta a la que se acostumbra a ver y otra foto del grupo con la Torre de fondo:

 

 

 

Al bajar de la Torre, todos los alumnos y profesores se apresuraron a ir hacia un embarcadero cercano, donde estaba planeado coger un barco que recorriese el Sena, permitiéndoles observar todas las edificaciones colindantes con este, a la vez que poder disfrutar, por ejemplo, de una instantánea bastante bonita de la Torre Eiffel:

 

Cuando acabó el paseo por el Sena, y tras montarse otra vez en el autobús, todos los alumnos y docentes fueron conducidos a los Campos Elíseos, ya que esa era la noche de cena libre. Allí se dio a los alumnos una hora y media para que cenasen y pudiesen dar una vuelta por esa zona, por lo que algunos aprovecharon y fueron a ver el Arco del Triunfo, a la vez que la gran mayoría de sus compañeros cenaban en un McDonald's.

 

JUEVES 27

La mañana del jueves estuvo enteramente dedicada a visitar el Palacio de Versalles y sus jardines. Al llegar a una explanada frente a este, alumnos y profesores bajaron del autobús y, como ya era habitual, los vendedores ambulantes de llaveros de la Torre Eiffel nos acompañaron hasta el control de seguridad.

Al pasar la inspección de seguridad, se acordó con los profesores que se tendría una hora libre para poder visitar los jardines del palacio. Es aquí cuando el grupo se separó en otros más pequeños, quedándose algunos en las zonas más cercanas con el palacio, mientras que la gran mayoría bajaron hasta la zona del estanque, donde se entretuvieron dando una vuelta por la zona, sentándose al borde del estanque, o jugando con una oca que intentaba morder a todo el que se acercase.

 

 

Una vez dentro del palacio, y tras visitar sus jardines, se dispusieron a visitar las diferentes estancias. En esta labor tardaron cerca de una hora y media.

La opinión general fue que el palacio, de por sí, estaba bastante bien, y era muy bonito, pero se echaba en falta que estuviesen abiertas más salas al público, a la vez que hubiese menos gente, ya que en algunas estancias no se podía apreciar la belleza de estas por la acumulación de personas.

Al acabar de ver el palacio, y en vista de que ya era la hora de comer, se dejó a los alumnos ir a comer al lugar que quisieran, siempre que no se alejasen mucho del palacio. Fue en este rato cuando buena parte de los estudiantes encontraron un supermercado barato (el primero que veían en Francia), por lo que se decidieron a hacer acopio de comida para esa tarde, noche, y el día siguiente.

Al acabar la comida, todo el grupo partió de nuevo hacia el centro, y se dispuso a visitar el Arco del Triunfo, en el que había una acumulación de personas tan grande que se llegó a hacer molesto el estar allí.

Al acabar en el Arco del Triunfo, todo el grupo se dirigió hacia la zona del Moulin Rouge y Sacre Coeur, donde se vivió una experiencia nada agradable, ya que en las escaleras de subida a la iglesia estaba el cadáver de un hombre, que por circunstancias que desconocemos, había perdido la vida en ese lugar.

En este punto, debemos disculparnos por la ausencia de fotografías del resto del día, ya que la cámara con la que se han sacado el resto se quedó sin batería.

Tras ver el interior de Sacre Coeur, el grupo se dirigió hacia la zona del Barrio de los Pintores, donde estuvieron algo más de media hora viendo las calles y plazas más importantes del lugar, además de poder comprar algún que otro souvenir.

Al acabar de ver el Barrio de los Pintores, todo el grupo fue a pie hasta la fachada del mítico Moulin Rouge, frente a la cual todo el mundo se sacó las fotografías de rigor en un lugar tan conocido como era este. Después, estudiantes y profesores se dirigieron al lugar donde cenaron (otra vez, un local de la cadena Flunch), el cual no fue del agrado de la mayoría del grupo, tanto por la elaboración de la comida, como por, como algunas personas dijeron, el ambiente del local.

 

VIERNES 28

El que fuera el último día en París comenzó como cualquier otro, aunque con la notable diferencia de que tuvieron que preparar todas las maletas y mochilas para poder llevarlas al autobús que horas después les llevaría de vuelta a España. Aunque esa no era la única diferencia con respecto a días anteriores, ya que la última jornada en suelo francés se pasaría en el conocido parque de atracciones Eurodisney.

A la llegada al parque hubo que esperar a las puertas de los controles de seguridad mientras que los profesores se encargaban de recoger las entradas para poder entrar a los dos parques que integran Disneyland París: Eurodisney y el Parque Walt Disney Studios.

Una vez pasado el control de seguridad, se acordó que cada tres horas los alumnos debían dirigirse a la entrada del recinto para hacer un recuento y saber si había ocurrido alguna incidencia, como, por suerte, finalmente no ocurrió.

A partir de ese momento, el grupo se dividió en otros más pequeños, y que en su mayoría se dirigieron al Parque Eurodisney, ya que era este el que tenía la gran mayoría de las atracciones, aunque parte de los grupos optaron por pasar la mañana en el Walt Disney Studios, y la tarde en Eurodisney:

 

Sobre las 23:00 dio comienzo un impresionante espectáculo que jugaba con proyecciones en el conocido castillo Disney, fuegos artificiales y fuentes de agua; que había sido renovado recientemente, y cuya puesta en escena era perfecta para concluir un día completamente dedicado al ocio y a recordar, en algunos casos, estancias anteriores en el Parque.

 

 

Ya para concluir la jornada, el grupo al completo se dirigió hacia la salida del parque y el aparcamiento, donde el autobús les esperaba, listo para volver a Santander, tras haber pasado cinco días que ninguno de los asistentes podrá olvidar, en la gran ciudad que es París.

 

 

 


SUBIR

La larga historia de la capital francesa y su rico patrimonio cultural, gastronómico y social hace que sea el destino preferido por miles de turistas

París también se conoce como la 'Ciudad de la Luz', ya que fue la primera que dotó a sus calles de luz eléctrica

Nos vamos de excursión con la mochila al hombro