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Red-acción
Nº 132
ÉRASE UNA VEZ

La mujer estresada

Por Viky, Diego, Estela y David, estudiantes de 4º de Primaria del CEIP Mata Linares.

Estudiantes del CEIP Mata Linares de San Vicente de la Barquera se convierten en narradores de un cuento elaborado a partir de ilustraciones. Este es el de Viky, Diego, Estela y David.

Grupo 4: Viky, Diego, Estela y David.

 

Un día por la mañana el señor Federico se levantó y su mujer estaba con su gato negro y su perro, que estaba un poco asustado. La mujer estaba limpiando los cristales y el gato acostado en la cama. Después fue a recoger la colada porque estaba lloviendo. Cuando salió el sol fue a coger manzanas y a regar las plantas, mientras el señor Federico estaba mirando por la ventana. Por la tarde la señora Carmen salió a talar árboles para en el invierno estar calientes. Después fue a recoger nabos para hacer ensalada con ellos y también estaba triste.
¡Siempre estaba triste! Porque casi siempre le pasaba algo malo.

Dibujo de Viky.

A continuación la señora Carmen fue a pelar los nabos para cenar y su gato Iris la seguía a todas partes. Cuando ella hacía la comida, triste y desconsolada, pensaba: "¿Cuándo dejarán de ocurrir cosas malas?" Luego se dio cuenta de que no quedaba mantequilla mientras Iris se la comía Después se fue a la cocina a preparar la carne y el gato salió corriendo por el humo. Cuando salió a recoger los tomates vio unos pájaros volando en el cielo y un tomate se le cayó. Luego hizo salsa casera con los tomates para comer.

Dibujo de Diego.

 

Media hora después se fue a por leña para la chimenea. También tuvo que recoger los guisantes, con tristeza y amargura, pero como siempre, su gato Iris la seguía a todos lados. Luego colocó unas ventanas nuevas y su fiel gato siempre mirándola.

La pobre, deprimida porque tuvo una pelea con su marido, fue al salón, bajó las persianas y fue a recoger más.

Dibujo de Estela.

Carmen cada vez estaba más triste y siguió recogiendo las cosas de invierno. Pasado un rato echó leña en la chimenea. Al poco rato, sin descanso, fue a coser la chaqueta de su marido Federico y como siempre su gato Iris con ella juega que te juega.

Carmen, muy cansada ya, fue a recoger una carta y se quitó las gafas. De repente, cuando abrió la puerta se quedó sorprendida y se le cayeron todas las cosas y el gato, de nuevo, observándola.

Dibujo de David.

El señor Federico estaba durmiendo en su silla pero… ¡le había dicho que estaba trabajando! Carmen estaba tan enfadada que le echó el café en la cara.

 

Portada del libro en el que se inspiraron.



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