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Red-acción
Nº 129
EN EXCLUSIVA
Aulas convertidas en hospital

Por el equipo de redacción del CEIP Flavio San Román de Cicero.

Este curso teníamos programado aprender mucho sobre nuestro cuerpo, nuestra salud, los sanitarios que se ocupan de cuidarnos... Y ¿cómo aprenderlo?

La enfermera Laura Blanco con alumnos de 2º.

Pensamos hacer un proyecto en el que nuestro objetivo fuera crear un hospital dentro de nuestras aulas. Queríamos nuestro propio hospital. Primero teníamos un reto por delante, buscar el nombre.

Para comenzar buscamos ayuda en nuestro entorno. Conocíamos algunos familiares que trabajan en hospitales o centros de salud realizando diferentes labores importantes. Les contamos nuestra idea y desde el primer momento estuvieron encantados de poder ayudarnos.

Realizando los planos del hospital.

 

Como representante de todos actuó Nerea, la mamá de Gabriela y Martina, que nos visitó para comentarnos el uso de algunos instrumentos que el personal sanitario utiliza en su día a día, como mascarillas, guantes, fonendoscopio, termómetro, tensiómetro...

 

Uno de los oftalmólogos.

 

También nos ayudó en esta tarea la enfermera Laura Blanco, con la que pusimos en práctica algunos de estos instrumentos y trabajamos algunos conceptos como la pirámide alimenticia.

Visionamos un vídeo en el que participaban numerosos miembros del personal del Hospital de Laredo y nos presentaban las diferentes consultas, quirófanos...

 

El carné de Deva


Con toda esa información estábamos preparados para convertirnos en verdaderos médicos. Fue entonces cuando decidimos realizar nuestros propios carnets de médicos. Después de mucho trabajo, cambios, dudas, emociones, aprendizaje...

Para ser buenos médicos tuvimos que estudiar mucho y aprendimos bien todas las partes del cuerpo, órganos, aparatos...

 

Cartel realizado para comprobar la vista de los padres.. .

 

Y cuando ya teníamos los carteles de los oftalmólogos preparados, los medicamentos, las recetas listas para ser rellenadas, la báscula... era la hora de abrir.

Comenzamos a llamar a nuestros pacientes y todo lo demás fue disfrutar, emocionarnos, reír, jugar, aprender y agradecer a las familias su tiempo, generosidad e implicación.

 


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