El
novelista y poeta cuenta que continúa escribiendo
poemas a mano, en pequeñas libretas, con tinta
verde, mientras que para escribir novelas usa el ordenador.
Señala que la poesía goza de extraordinaria
salud en España y reconoce que le gusta la
literatura que le hace pensar.
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Benjamín Prado en el IES Valle de Camargo. |
La visita de Benjamín Prado (Madrid, 1961),
el pasado mes de enero a nuestro instituto se inició
con una divertida anécdota sobre su infancia
en la escuela que desató las carcajadas de
toda la sala: esto le sirvió al autor para
expresar la necesidad de un texto de provocar sensaciones
en el lector, de tratar de hacerle sentir algo, y
que ese algo sea el objetivo que buscaba cuando se
sentó un día, y creó. Desde entonces,
Benjamín Prado es novelista, ensayista y poeta.
Sus textos han sido traducidos en numerosos países,
entre ellos Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia,
Alemania, Italia, Dinamarca, Bélgica, Grecia,
Estonia, Letonia o Hungría, y publicados también
en Argentina, Cuba, Colombia, Chile, México,
Perú y El Salvador.
Entre su obra en prosa destacan novelas como 'Raro'
(1995), 'Dónde crees que vas y quién
te crees que eres' publicada en 1996, 'La nieve está
vacía' escrita en el año 2000 (novela
negra), 'Mala gente que camina' (2006), 'Operación
Gladio' (2011) y 'Ajuste de cuentas' (2013). Recibió
el XIV premio Andalucía de novela por 'No solo
el fuego' (primero titulado 'Zona roja'). En sus novelas
gusta de indagar en la historia de España,
así como presentar personajes que deciden (en
algún momento) cambiar de vida.
Fuera de la novela, es conocido autor de relatos;
destacamos el título que es objeto de este
encuentro: '¿Qué escondes en la mano?',
publicado en agosto del 2013. Estos relatos hablan
de la identidad y acerca de lo que ocultamos a los
demás y a nosotros mismos y se hacen preguntas
como: ¿Quiénes somos? y ¿en qué
podríamos convertirnos si algún suceso
inesperado nos obligase a cambiar?
En el ámbito de la poesía, el estilo
de Prado ha sido considerado cercano al culturalismo,
así como a la poesía social, y ha sido
incluido en la denominada Generación del 99
junto a otros autores como Aurora Luque, Amalia Bautista
o Vicente Gallego.
Sus poemarios más recientes ('Marea humana',
2007, Premio Internacional Generación del 27
y 'Ya no es tarde', 2014) confirman la trayectoria
que se inició con 'Un caso sencillo' en 1986.
Sus cinco primeros títulos, entre los que destaca
el Hiperión de poesía en 1995 por 'Cobijo
contra la tormenta', se reunieron con otros poemas
inéditos en 'Ecuador' (2000). En 2002 gana
el Premio Internacional de Poesía Ciudad de
Melilla por 'Iceberg'.
Aparte de sus poesías y sus relatos, también
ha colaborado con grandes músicos españoles.
Ha coescrito con el cantante Joaquín Sabina
varias canciones, entre ellas las del disco 'Vinagre
y rosas' (2010). Participó junto al grupo Pereza
en la clausura de la VIII edición del Premio
Internacional de Poesía de Granada. Y también
ha colaborado con Coque Malla.
A su vez, es conocido como ensayista; un título
significativo es 'A la sombra del ángel. Trece
años con Alberti' (2002). Ha colaborado escribiendo
artículos para 'El País' donde encontramos
reflexiones sobre el arte urbano, o las costumbres
y el paso del tiempo, entre muchos otros temas, y
podemos encontrarle en la televisión como tertuliano
en 'Más vale tarde', y en la radio como colaborador
en 'La Ventana', en la cadena SER, donde se habla
acerca de literatura (recomienda lecturas los lunes)
o música, entre otros.
Aunque comenzó a escribir en un lenguaje popular,
dedicado a ambientes urbanos y juveniles, ha evolucionado
hasta un estilo más lírico y depurado,
como hemos podido comprobar en los cuentos que nos
ocupan.
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Los estudiantes escucharon atentamente al escritor. |
En '¿Qué escondes en la mano?' Benjamín
Prado dibuja una sociedad en la que se cuestiona la
identidad del individuo o los secretos que este guarda
en su interior, o se plantean reflexiones acerca de
la evolución personal. Cuentos breves pero
que ocuparán gran parte de nuestro tiempo,
puesto que su lectura implica la reflexión
sobre quiénes somos y por qué, y si
esto es definitivo. Se tratan temas como la soledad
y el refugio en las relaciones sexuales, la importancia
de esconder la verdad y expresar la mentira, o la
ideología y la política, por lo que,
en conclusión, podríamos afirmar que
esta obra viene a ser una descripción de lo
más profundo del ser humano. Con un lenguaje
depurado donde se incluyen motivos repetidos (el blanco,
las grietas y las cicatrices, el viaje, la máscara,...)
nos conduce a preguntarnos en qué podríamos
convertirnos si lo inesperado y lo misterioso entra
en nuestras vidas.
Benjamín Prado no cree en la inspiración:
la considera engañosa. Sin embargo, cuando
escribe, en su mente divagan las ideas que han de
cohesionarse para concluir en algo tan magnífico
como son los cuentos de 'Qué escondes en la
mano'.
Ante las preguntas que se le hacían, Benjamín
se mostraba olvidadizo y sorprendido: sus obras fueron
escritas para que el receptor activo las completase
y las interpretase, les diese un sentido lógico.
No es, pues, finalidad de Benjamín Prado atar
todos los cabos. De los relatos de 'Qué escondes
en la mano', 'El traje blanco' no tiene como finalidad
concluir si acudiría o no a su cita el protagonista,
ni 'El viaje' saber si la mujer finalmente acudiría
a su entrevista de trabajo. Benjamín Prado
quería hacer reflexionar, pensar, que nos parásemos
por un momento a darnos cuenta de que existe la falsedad
en el mundo, en los seres, que esa falsedad puede
esconderse dentro de nosotros mismos. Que no todo
es lo que parece, que quizá lo que conocemos
no es real, sino sólo una burda máscara
que nos aleja de la utópica idea de humanidad.
Finalmente, Bejamín Prado animaría
al auditorio a escribir y a ser crítico y probador
con uno mismo: "nunca sabrás hasta dónde
podrás llegar si nunca lo intentas, si no sacas
los pies del tiesto". Y "hay que leerlo
casi todo para escribir un poco". Son, sin duda,
excelentes consejos.

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