El parque 
                            Manuel Barquín se encuentra en la localidad 
                            de Torrelavega, ocupando una superficie de 20.000 
                            metros cuadrados. Considerado la zona más verde 
                            de la ciudad, contiene en su interior numerosas especies 
                            tanto vegetales como animales. Algunos de sus árboles 
                            son centenarios y forman parte del rico patrimonio 
                            forestal de Cantabria. 
                          
                             
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                              Panorámica 
                                  del parque Manuel Barquín.   | 
                             
                           
                           
                            En las primeras décadas de siglo veinte lo 
                            que ahora ocupa el parque era una hondonada conocida 
                            como 'El Pozo Hundido' creando un espacio húmedo 
                            y abierto al que iban a parar las aguas de los alrededores. 
                            Aquel humedal como muchos otros del estilo fue rellenado 
                            y secado con diversos escombros y residuos, además 
                            se plantaron árboles para afianzar el terreno. 
                          En 1947 el alcalde de Torrelavega Manuel Barquín 
                            Agüero propuso crear un parque aprovechando los 
                            arboles que ya estaban plantados. Para su creación 
                            no se siguieron unos criterios definidos, simplemente 
                            se fueron ordenando los paseos con distintas especies. 
                            En 1967 se levantó en la esquina noroeste un 
                            parque de recreo infantil y, unos años más 
                            tarde, se construyó un palomar sostenido por 
                            una columna. 
                          En el año 1986 se lleva a cabo una importante 
                            ampliación del parque en la que se incluye 
                            la creación del auditorio Lucio Lázaro 
                            (director de la banda municipal de música y 
                            la coral de Torrelavega), que se convirtió 
                            en un lugar de encuentro cultural para el vecindario 
                            de Torrelavega, fundamentalmente en las noches de 
                            verano en las que se celebran diversos espectáculos. 
                          Con el cambio de siglo el parque también cambió 
                            ya que se le restaron al parque 3,254 metros cuadrados 
                            y ocho árboles como consecuencia de unas obras 
                            de urbanización en su entorno. 
                          Aunque el parque no es muy extenso, gracias a la 
                            altura y la copa de los árboles un gran número 
                            de aves lo visitan para hacer sus nidos, alimentarse 
                            o simplemente descansar. Son habituales los mirlos, 
                            petirrojos, tórtola turca, lavandera blanca 
                            y, por supuesto, los gorriones. Además aparecen 
                            aves forestales como carboneros y herrerillos, mosquiteros, 
                            curruca capirotada y reyezuelos. También, atraído 
                            por la cantidad de presas, el gavilán caza 
                            de vez en cuando por la zona e incluso en las noches 
                            de verano se puede escuchar al autillo (un pequeño 
                            búho) y se puede ver aparecer al murciélago 
                            enano. 
                          En el parque Manuel Barquín se pueden apreciar 
                            los homenajes del pueblo de Torrelavega al escultor 
                            Jesús Otero y al concejal de Parques y Jardines 
                            Emiliano Ruiz Echevarría, que promovió 
                            la ampliación del parque en 1986. También 
                            se puede observar en el acceso principal al parque 
                            un monolito con su nombre y en el centro de una parcela 
                            de la zona más antigua se encuentra una placa 
                            en memoria de la plantación de un magnolio 
                            en honor al hermanamiento entre Torrelavega y Rochefort 
                            Sur Mer. Además de la escultura del bisonte 
                            en la parte alta del parque (para saber más 
                            del por qué de esta estatua ir a: http://www.minube.com/rincon/el-bisonte-a627191), 
                            según lo que relata un libro histórico 
                            de Torrelavega del siglo XX, finalizada la construcción 
                            del parque se trasladó al mismo un monumento 
                            dedicado a Adolfo Ruiz de Rebolledo (médico 
                            de Tanos que hizo mucho por la primera traída 
                            de aguas a Torrelavega), que estaba situado en la 
                            Avenida Menéndez y Pelayo y se llevó 
                            a donde ahora está el auditorio. Sin embargo, 
                            por culpa de la construcción de este, el monumento 
                            desapareció y desde 1985 nadie sabe de su paradero, 
                            puesto que ya ha sido olvidado. 
                          Como dato anecdótico decir que, aproximadamente 
                            en el año 1998, la zona de columpios del parque 
                            infantil junto a la calle El Soto fue remodelada, 
                            sustituyéndose los antiguos columpios metálicos 
                            por unos nuevos de madera y fue colocado suelo de 
                            caucho, por la iniciativa de la vecina de esta ciudad 
                            Olga Recalde Gómez (mi madre), que realizó 
                            una recogida de firmas para que se apoyase esta iniciativa, 
                            entregándolo al Ayuntamiento y enviándolo 
                            al periódico. 
                            
                            
                          
                             
                               
                                    
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