Tras
el velo de la amabilidad, la constancia, el amor hacia
los demás y la ayuda a las personas más
discapacitadas, Tomás Castillo Arenal nos revela
su cara más humana así como nos muestra
sin tapujos sus comienzos al frente de AMICA y su
trabajo con las personas con problemas físicos
y psíquicos.
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Tomás Castillo en el Centro de Formación
y Empleo Entorno. |
Aunque España descubrió las necesidades
de las personas dependientes con la ley de 2006, Cantabria
había iniciado 16 años antes un proyecto
pionero que pretendía ayudar a las familias
afrontar los problemas de dependencia de sus miembros
y a estos a poder desarrollar una vida plena en lo
personal y en lo laboral. El hombre clave de esta
aventura fue y es Tomás Castillo Arenal. Castillo
siempre se ha definido a sí mismo como un hombre
que encontró en la filosofía un instrumento
para descubrir lo más profundo del ser humano
y con ello iniciar en lo que él llama el psico-empresario
social, experiencias capaces de enriquecer e insertar
a estas personas.
Recientemente ha presentado en Torrelavega su tercer
libro 'Avanzar en mi independencia. El derecho a la
autonomía personal', tras sus anteriores 'Déjame
intentarlo. La discapacidad: hacia una visión
creativa de las limitaciones humanas', y 'Aprendiendo
a vivir. La enfermedad: descubrir las posibilidades
que hay en mí'. Hoy el hombre que nos explica
que su trabajo "está dedicado a la búsqueda
de nuestras capacidades para desarrollar la propia
autonomía, la capacidad de hacer y de decidir"
nos explica quién es este gran torrelaveguense.
Pregunta.- ¿Quién
es Tomás Castillo Arenal?
Respuesta.- Una persona entusiasta,
que le gusta desarrollar proyectos, dedicada todo
lo que puede a cambiar el mundo para ayudar a las
personas más desfavorecidas, para que así
se haga un mundo más igualitario; un hombre
que encontró en la psicología una fuente
de conocimiento para llegar de esta manera a lo más
profundo del ser humano y desde allí obtuve
muchas experiencias ricas para poder emprender lo
que yo llamo un psico-empresario social, para así
poder realizar empresas sociales y conseguir aplicar
al mundo social todos los conocimientos que a través
de mi experiencia he adquirido.
P.- ¿Cómo se llega
a la conclusión de que el camino de su vida
conduce a la ayuda a las personas dependientes?
R.- En mi opinión, en vez
de ser una conclusión ha sido un proceso de
maduración, en qué cosas uno se encuentra
mejor. Yo siempre invito a que aprendamos esta gran
lección, que ayudando a los demás recibimos
más de lo que nosotros damos, encontramos satisfacciones
que en otras actividades igual más competitivas
no logramos encontrar. Y en esta tarea ves que otras
personas con dificultades salen adelante gracias a
que unimos esfuerzos para apoyarles.
P.- ¿Cómo surgió
la idea de AMICA?
R.- Surgió de un grupo de
familiares y profesionales que nos planteamos que
teníamos que unirnos para crear cosas nuevas,
porque no nos gustaba como se trataba a las personas
con discapacidad. Pensábamos que se les debía
dar otro tipo de trato. Teníamos que innovar
y poner en marcha proyectos que solucionaran los problemas
reales, no tanto que solo estuvieran atendidas sino
que pudiesen lograr alcanzar su propia vida, hacerse
un hueca en la sociedad y ser uno más; no por
tener una discapacidad ser tratado como un ser diferente
y estar apartado de la convivencia con los demás
jóvenes y adultos. Esto es lo que nos encontramos
en aquel tiempo, hace ya 26 años. Y con la
unión de familiares y profesionales se encontrará
un camino mejor para estas personas. Creo que lo estamos
consiguiendo, estamos contentos con el resultado.
P.- ¿Qué precedentes
nacionales o internacionales había de un proyecto
así?
R.- No los conocíamos, la
verdad es que cuando nos dieron el premio europeo
Helios en el año 1990 estábamos sorprendidos
de que una idea que nos parecía tan sencilla
llamase de esa manera la atención, que las
personas con discapacidades importantes (con las habíamos
estado trabajando) tuvieran un centro especializado.
Los profesionales intentábamos desarrollar
las capacidades personales de estas personas, como
el poder orientarse, para que pudieran desenvolverse
en todo lo posible como personas adultas que son.
Esto parece ser que llamó la atención,
por tener un carácter lógico a pesar
de ser una idea sencilla.
P.- ¿Qué es el proyecto
de promoción de la vida independiente?
R.- Es un conjunto de actuaciones
para que las personas logremos tener un proyecto en
la vida (nuestro propio proyecto), porque todos tenemos
la ilusión de ser alguien en la vida y tenemos
derecho a tener nuestros propios proyectos a lo largo
de ella. Entendemos que las personas con discapacidad
también tienen este derecho, e intentamos lograr
que cada persona pueda llegar a ser independiente,
que es conseguir ser uno mismo, lograr tener mi propia
personalidad y mis propias misiones en la vida, sobre
todo la capacidad de elegir, lo cual generalmente
se lo negamos a las personas con discapacidad. Este
último aspecto es uno en los que nos centramos
para que se corrija y que cada persona sea libre para
elegir.
P.- Una de sus labores más
importantes ha estado en la colaboración para
elaborar una clasificación de la discapacidad
de la salud a nivel internacional (CIF) o para establecer
una descripción estandarizada de servicios
de salud (DESDE). ¿Qué utilidad tienen
estos desarrollos teóricos?
R.- Tienen una gran utilidad práctica,
ya que de esta manera podremos tener un criterio universal,
de forma que en cada país se podría
evaluar la discapacidad con criterios uniformes, que
son útiles para hacer estadísticas,
para conocer donde están las personas, para
evaluar su discapacidad, para realizar estudios y
para prevenir las discapacidades en el mundo.
En el mundo hay 650 millones de discapacitados, de
los cuales más de dos tercios están
si evaluar. Y con esta herramienta se podrá
conseguir evaluar a todas estas personas para así
ayudarlas, que es un poco lo que AMICA está
planteando.
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En el programa de RNE 'Descubriendo capacidades'. |
P.- En relación con lo anterior,
¿en qué ha cambiado en los últimos
años el concepto de salud y el concepto de
discapacidad?
R.- Ha cambiado radicalmente, porque
antes entendíamos el concepto de salud como
la ausencia de enfermedad y ahora es como un "disfrute"
en general, tanto física como psíquicamente,
también es una percepción subjetiva.
Nosotros hicimos una reflexión sobre el hecho
de que la discapacidad no es solo lo que a mí
me ocurre sino lo que a mí me ocurre en relación
al medio donde yo me desenvuelvo, ya que si en mi
entorno se tiene en cuenta las limitaciones de las
personas mi discapacidad se notará poco. En
cambio si ocurre todo lo contario mi discapacidad
aumentará.
P.- Su labor ha sido muy importante
para lograr avances en la planificación y la
organización de políticas de ayuda a
dependientes. Tras tanto trabajo, ¿se ha sentido
alguna vez frustrado al ver que la puesta en práctica
de sus propuestas era lenta o insuficiente?
R.- Cuando uno tiene una idea clara
siempre parece que todo va muy lento, porque uno siempre
quiere ver que se lleva a cabo rápidamente,
pero yo soy consciente de que lo más importante
es cambiar las mentalidades. Y es esto lo que más
cuesta cambiar. Para conseguirlo es necesario darnos
tiempo y trabajar mucho el campo de las ideas. Básicamente
por esa razón escribo libros.
P.- Usted participó en 2005
en la comisión del Congreso de los Diputados
que estudiaba la que luego sería la actual
ley de dependencia. ¿Cuántas propuestas
están en esa ley?
R.- Nunca las he contado pero, por
ejemplo, el nombre. Yo propuse que se llamase "ley
de protección de la autonomía personal
y atención de las personas en situación
de dependencia", aunque todo el mundo la llama
"la ley de dependencia". También
propuse el apoyo a las familias de los niños
pequeños en esos momentos de desconcierto y
también que se considere que esos padres tienen
que prestarles su tiempo y si es necesario pedir una
baja laboral para poder atenderles mejor. Actualmente
estas medidas se están llevando a cabo. Y la
ley lleva un camino para el futuro en el fomento de
la autonomía de las personas como prevención
de la dependencia. Se trata de no atender a la dependencia
como algo inevitable sino que podemos retrasarla,
fundamentalmente si trabajamos la autonomía
de las personas.
P.- Tras tanto trabajo y tantas
iniciativas, ¿qué queda por hacer en
este terreno?
R.- Pues, mucho. Para empezar necesitan
de nuestro apoyo, necesitan que los países
ricos dediquemos recursos para que podamos lograr
que, al menos en lo esencial, las personas salgan
adelante. Y lo esencial es que tengan para comer todos
los días, que no estén absolutamente
abandonados a la suerte, como yo me he encontrado
a muchas personas. Pero también en nuestro
entorno queda mucho que hacer, en España me
refiero, para que las personas puedan tener las mismas
oportunidades: acudir al colegio con los demás
niños, poder formarte como los demás
jóvenes, trabajar en las mismas empresas, poder
tener su propio hogar; nos queda un trabajo tremendo.
Pero primero yo insisto en que hay que tener las ideas
claras y que nos demos cuenta de que eso es posible
hacerlo; que no pensemos que como siempre ha sido
así ahora también tiene que ser así.
Esto se puede cambiar.
P.- ¿Cree, por su experiencia,
que el camino para ayudar a las personas dependientes,
físicas o psíquicas, está en
centrar los esfuerzos en las instituciones públicas,
en las iniciativas civiles como la suya o en potenciar
la labor y la formación familiar?
R.- Yo creo que sobre todo tenemos
que centrarnos en la persona mucho más, no
tanto en las organizaciones, no tanto en las administraciones.
Tenemos que crear sistemas de apoyo a cada persona
de acuerdo a lo que cada persona necesita; y esto
es un cambio también metodológico muy
importante. Nosotros no estamos proponiendo que se
abran muchos más centros, que tengamos creadas
instituciones más grandes; estamos planteando
que tengamos cada vez más especialistas, más
personas que sepan acudir, estar, con la persona allí
donde ella se encuentra, en nuestro entorno. ¿Para
qué? Pues para aprovechar los recursos que
tiene la comunidad, no para que creemos un centro
muy bonito con una piscina, no señor; vamos
a la piscina donde van todos, vamos al gimnasio donde
van todos, vamos a divertirnos a los lugares donde
van todos y vamos a formarnos donde se forman los
demás. Y para esto hace falta, sobre todo,
estructuras y personal, personas que estén
especializadas en ese tipo de apoyos; no que las personas
vengan a un centro y los atiendan a todos en grupo
sino que yo entienda de los apoyos que puedo prestar
a una diversidad de personas y buscar esas soluciones
para que yo pueda acudir al centro al mismo horario
que los demás, para que pueda aprender al tiempo
que aprenden los demás, para que pueda hacer
amigos y amigas como hacen los demás. En esos
apoyos es en los que pensamos nosotros que hay que
desarrollar muchísimo y empezar a caminar.
P.- En este campo de la atención
familiar a los dependientes, ¿qué precisan,
a día de hoy, las familias para desarrollar
más eficientemente su labor?
R.- Bueno, las familias sobre todo
lo que precisan es muchísima más formación
para poder afrontar las dificultades que se plantean.
Daos cuenta de que nadie nos ha preparado para tener
un niño con una discapacidad; no nos han formado
en ningún sitio, no nos han dicho qué
es lo que tenemos que hacer, cómo lo podríamos
apoyar y demás. Entonces nos parece fundamental
que la familias cuando tienen, por sorpresa casi siempre,
una persona con discapacidad en su casa nos volquemos
para poderles formar, para poderles aportar todos
los conocimientos, esos recursos. Primero, para que
no se vea que les ha ocurrido una desgracia sino que
es un niño que tienen en su casa con derecho
a ser feliz como los demás niños, que
la discapacidad es algo natural, que forma parte de
la diversidad humana, lejos de ser algo anormal, una
desgracia que te ha ocurrido. El ser humano es diverso
y algunas personas nacemos con unas capacidades y
otras con otras, unas con unas limitaciones y otras
con otras. Entonces esto es fundamental para que las
familias afronten las dificultades con naturalidad.
Y después, es necesario crear servicios de
apoyo a las familias, lo que llamamos servicios de
proximidad, servicios en el propio hogar, servicios
en las actividades para que la persona pueda desenvolverse.
Esto me parece que es el gran futuro, esos servicios
de proximidad.
P.- Usted puso en marcha INICIA,
una iniciativa que aportó mucho al Plan de
Salud Mental de Cantabria. ¿En qué punto
de desarrollo y aplicación se encuentra en
la actualidad ese plan?
R.- Bueno, el INICIA ha sido una
iniciativa que proponía que las personas tuviesen
esos apoyos que necesitan para pasar de estar en sus
casas muchas de ellas, están medicadas casi
todas de ellas y sin ninguna digamos perspectiva en
su vida, a que puedan entrar en sistemas de formación
para el empleo y al empleo. ¿Cómo podríamos
puentear eso? Pues creando recursos muy flexibles,
trabajando juntas las organizaciones que hacían
y que hacen la actividad de psiquiátrico, la
asociación de familiares y AMICA, que tenía
recursos de formación paralítica. Lo
que hemos logrado es trabajar, ya más de una
década, tres organizaciones permanentemente,
tener un equipo común para valorar a las personas
y hacer un seguimiento y de esta manera, esta puesta
en común de recursos, hacernos más eficientes
para dar respuesta a las necesidades que plantean
las personas. El INICIA es todo un ejemplo de cómo
deberíamos trabajar las organizaciones en el
futuro, o sea, juntas.
P.- En el área de salud mental,
¿considera que las sociedades actuales desarrollan
políticas preventivas adecuadas y suficientes,
a la vista de problemas como la depresión adolescente
o los trastornos bipolares, entre otros?
R.- No, yo creo que este es un problema
que nos desborda. El problema de la salud mental,
lejos de tenerlo suficientemente atendido, es un problema
que desborda a las administraciones y desborda a las
organizaciones y al que muchas veces no le dedicamos,
sobre todo, el tiempo y los recursos de la prevención
que necesitamos. Esto de la salud mental es un tema
muy serio, porque muchísimas personas tenemos
algo en nuestra vida, alguna situación que
afecta a nuestra salud mental. La verdad es que tratamos
con mucha naturalidad que nuestra salud física
se vea afectada en algún momento determinado
por una enfermedad, un accidente, pero la salud mental
la tenemos todos como que eso no nos corresponde,
como que eso solo les pasa a algunas personas, a los
locos, y esto no es así. La salud mental está
mucho más cercana a nosotros. A mí me
parece que tenemos que trabajar mucho más la
prevención, precisamente para evitar tantas
situaciones de depresiones y algunos trastornos que,
con una mayor información y con un mayor trabajo,
podríamos aprender todos a afrontarlos cuando
se nos presentan en la vida.
P.- ¿Cree que los españoles
somos conscientes de la relación que existe
entre dependencia y enfermedades raras, y la necesidad
de prestar más apoyo a la investigación
de estas?
R.- No, porque las enfermedades raras
nos parece que son cosas de otros, sin darnos cuenta
de que, efectivamente, las enfermedades raras son
las que se presentan de forma poco frecuente. Hay
cinco casos entre 10.000 personas o menos de cinco
casos entre 10.000 personas, pero son 7.000 enfermedades
las que tenemos registradas, algo más del 7%
de la población, lo cual quiere decir que en
España hay 3.000.000 de personas y esto es
un tema que entonces se plantea como de gran magnitud.
¿Por qué? Pues porque cuando nos ocurre
a nosotros resulta que esa enfermedad ni sabíamos
que existía, porque tiene un nombre muy raro;
empezamos a buscar en internet y vemos que eso, lo
que nos describe, es catastrófico; no conocemos
especialistas, ni donde se trata esa enfermedad. Muchas
veces la desesperación es tremenda. Entre todos
tenemos que crear sistemas de información fiables
y ágiles para que todos los especialistas y
las personas a las que las afecta la enfermedad puedan
estar bien informadas y esto es fundamental, que estos
sistemas funcionen bien dotados de información
y además de comunicación. También
tenemos que ser conscientes de que todos tenemos un
riesgo muy posible, no digo probable digo posible,
de que a lo largo de nuestra vida nos aparezca una
enfermedad rara solamente por una razón, muchas
de ellas se dan por alteraciones genéticas
y nadie tiene una genética perfecta. Todos
tenemos alteraciones genéticas y una de ellas
puede derivar en una enfermedad de baja prevalencia.
P.- ¿Cuál es el objetivo
y cómo se están desarrollando los proyectos
de cooperación al desarrollo de Nicaragua y
Bolivia?
R.- Bueno, pues el objetivo que nos
planteamos desde AMICA es, fundamentalmente, hacer
visible la discapacidad. Ese es el gran objetivo que
tenemos, que las personas con discapacidad sean conocidas.
Queremos hacer para ello algunos ensayos, y en nuestro
caso nos ha parecido que las organizaciones tenemos
que comprometernos a transferir, a trasladar nuestros
conocimientos, nuestro saber hacer a los países
que están empobrecidos. Hemos cogido en este
momento dos países, digamos de referencia,
por su extrema pobreza; porque Bolivia y Nicaragua,
después de Haití, son los más
pobres en América latina y nos parecía
que AMICA tenía que hacer un ensayo general
de cómo podemos trabajar para sacar experiencias,
sacar conclusiones y poder decir "pues así
las cosas salen bien". Y de esta manera, crear
una cultura en los en los estados de que la cooperación
no es algo que hacen algunas personas muy buenas,
muy voluntariosas, sino que todos teníamos
que tener un pequeño compromiso con la cooperación.
¿Por qué? Porque estamos viviendo en
un mundo y porque esto nos enriquece. Es muy enriquecedor
para nosotros como personas darnos cuenta de que vivimos
en un país privilegiado y un país privilegiado
es prácticamente como un jardín en un
mundo en el que hay unos problemas tremendos. Esto
nos enriquece, nos ayuda a darnos cuenta de ese privilegio
que tenemos y valoramos mucho más lo que tenemos,
pero también que nos sentimos bien aportando
lo mejor que tenemos, que es el conocimiento que hemos
aprendido y se lo transmitimos a otras personas. Bueno,
pues esto AMICA y yo proponemos que sea para todas
las personas y para todas las organizaciones de discapacidad
en España, que cada una de ellas tenga un pequeño
proyecto de cooperación en otro país
o se alíe con otras identidades para hacer
un proyecto más grande.
P.- Y, pese a tanto trabajo, Tomás
Castillo es también escritor y miembro de la
Sociedad Cántabra de Escritores. ¿Es
eso una necesidad vital o profesional?
R.- Bueno, la verdad es que me parecía
importante trasladar las ideas para que todo el mundo
entendiera que estas cosas te ayudan a aprender mucho.
Yo he aprendido mucho conviviendo con personas con
discapacidad, con enfermedades a veces muy importantes
como la fibrosis quística, porque soy presidente
también de la Federación Española
de la Fibrosis Quística. Creo también
que todo eso que he aprendido me veía obligado
a transmitirlo, porque a mí me ha servido;
me ha servido para encontrar claves a la vida, para
encontrar, a veces, que efectivamente se puede disfrutar
de la vida también cuando se te presentan situaciones
muy difíciles, que hay personas que lo están
haciendo, que la vida sigue ofreciendo otras oportunidades,
que los seres humanos tenemos unas capacidades extraordinarias
de superarnos, de crecer en medio de la adversidad
también. A mí me parece que han sido
tantas las cosas que he observado, que he aprendido,
que el transmitirlo me hace feliz. La verdad es que
me hace feliz ver que cuando presento los libros hay
mucha gente que me para por la calle y me da las gracias
por el mensaje, "Me ha ayudado mucho su mensaje,
la verdad es que yo estaba muy deprimida y su libro
me está ayudando muchísimo". Me
llaman de otros países de fuera de aquí
porque les ha llegado el libro y quieren que vaya
para dar conferencias, porque es un mensaje de ilusión.
Necesitamos mensajes ilusionantes en nuestra sociedad,
mensajes con valores pero ilusionantes, porque son
capacidades que realmente tenemos y que podemos asumir,
asimilar este riesgo de vivir esta aventura, de vivir
sin miedo. Yo he aprendido que muchas personas que
tienen muy pocos recursos en la vida, que tienen una
salud muy frágil, no tienen miedo a la vida
y sin embargo nosotros tenemos miedo a caer enfermos,
a que nos pase algo. Y esto es una de las grandes
enseñanzas que me parece importante transmitir.
Tenemos que ir sin miedo y disfrutar cada instante,
cada momento.
P.- ¿Qué le bulle
en la cabeza a Tomás Castillo ahora? ¿Cuál
su próximo reto o su próxima preocupación?
R.- Bueno, pues yo estoy ahora escribiendo
otro libro, que se va a titular 'Buscando mi independencia',
en el que trato de presentar esas capacidades que
tenemos los seres humanos para ser libres siempre,
para seguir encontrando profundidades a la vida cuando
aparece una discapacidad, para que cuando vamos para
mayores no nos vean como los viejos sino como las
personas que tenemos una gran experiencia y podemos
seguir aportando a la sociedad muchas cosas de todo
lo que hemos aprendido. Yo creo en el ser humano,
y creo en el ser humano cuando es joven porque tiene
una capacidad transformadora tremenda y creo en el
ser humano cuando es maduro porque puede aportar muchas
cosas a la sociedad, pero también en el ser
humano cuando es mayor porque, efectivamente, todo
eso que la vida te ha aportado deberíamos de
aprender a tenerlo como patrimonio, como patrimonio
de la sociedad. Eso quisiéramos las generaciones,
las relaciones intergeneracionales. Y entre todos
podríamos vertebrar, darle mucho más
valor a la sociedad en la que vivimos. Y cada uno
según el momento en el que vivimos aportamos
todo lo que tenemos: el vigor de la juventud, la capacidad
de la madurez, pero también la sabiduría
de la persona de edad. Esa es mi gran ilusión.

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