La
crisis ha desatado un crecimiento exponencial de las
necesidades básicas entre las personas con
dificultades. Un 70% de los beneficiarios de los programas
de Cruz Roja no puede garantizar a sus hijos una alimentación
adecuada y saludable. El dato pertenece a un informe
de la organización en Cataluña, pero
es extrapolable a toda España, según
destacó el coordinador general de la entidad,
Antoni Bruel.
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Cruz Roja: Ahora más que nunca. |
La institución humanitaria no da abasto. Desde
que comenzó la crisis, en el 2008, el número
de personas que atendió Cruz Roja pasó
de 909.800 a 2.390.810 en 2011, lo que significa un
incremento del 163%.
El informe de la ONG expone con toda crudeza los
efectos devastadores de la crisis. Un 33% de los que
acuden a Cruz Roja en busca de ayuda carecen de ingresos.
La pobreza y la exclusión social es demoledora
entre los inmigrantes pero también entre los
españoles, que hace cuatro años representaban
el 33% y ahora ya son el 45%. El culpable de este
negro panorama es el paro. El 71% de la población
activa que recurre al auxilio de Cruz Roja engrosa
la filas del desempleo. Sin trabajo no hay ingresos,
que es la inquietud dominante, antes que el tener
buena salud, una preocupación que ha sido desplazada
en el orden de las prioridades básicas.
Como consecuencia de la recesión, los 'sin
techo' han aumentado de forma espectacular, de manera
que si en el 2006 su número se elevaba a 6.000
personas, ahora su cifra escala a 30.000, según
el informe, que expone datos referidos exclusivamente
a personas atendidas por la entidad. Son demasiados
quienes se ven abocados a vivir en asentamientos y
chabolas. Pero si antes las personas sin vivienda
eran hombres, fundamentalmente, ahora son familias
con hijos.
El riego de vulnerabilidad social cada vez es mayor,
como lo refleja el hecho de que el 22% de los beneficiarios
poseen ingresos inferiores a 500 euros al mes. A raíz
de la galopante precariedad, el avance del desempleo
y el progreso de la exclusión social, la población
mayor sufre el terremoto de la crisis, dado que tiene
que acoger a sus hijos y nietos en paro. El informe
pone de manifiesto un dato alarmante: un 49% de los
ancianos entre 65 y 70 años cuida de un dependiente.
El informe revela que Cruz Roja ha tenido que recuperar
programas que tenía abandonados, como los relativos
a la distribución de alimentos, el cuidado
de la higiene personal o la aportación de productos
sanitarios, sobre todo de parafarmacia. Los trabajadores
de la ONG están comprobando que muchos mayores,
que habían capeado la crisis con cierto éxito
gracias a sus pensiones, están agotando sus
ahorros a raíz de cobijar a sus familiares.
Las previsiones no son halagüeñas. Para
el 2013 la institución espera atender a 2,5
millones de personas. Entre los grupos prioritarios
para la organización se encuentran los niños,
los mayores, las familias monoparentales, las que
tienen a todos sus miembros en paro y los jóvenes
que buscan empleo.
El estudio, hecho sobre la base de 25.000 participantes,
arroja un perfil del usuario de los servicios de la
Cruz Roja que ha cambiado. Si antes de la crisis la
escolarización prevalente correspondía
a estudios primarios, ahora ya son un 43,2% los que
han cursado la educación secundaria, mientras
que un 8,3% puede acreditar estudios universitarios.
Para Antoni Bruel, el papel de Cruz Roja consiste
en "parar la hemorragia, pero no puede curar".
"No está en nuestras manos detener los
desahucios", argumentó el coordinador
general de la ONG.
Los autores del informe han constatado que la mujer
está dotada de una mayor capacidad de adaptación
y tiene más facilidad para encontrar trabajo.
No en balde, un 55% de los hombres está en
paro frente al 45% de las mujeres, que tienen menos
reparos para solicitar ayuda a las organizaciones
no gubernamentales.
El fenómeno de la exclusión social,
es decir, el sufrimiento de problemas en el orden
económico, personal, social y de vivienda,
afectaba a 190.000 personas en el 2012. En su inmensa
mayoría son desempleados, con una edad comprendida
entre los 25 y 49 años de edad. En el 20% de
los casos son titulares de una familia numerosa.
La institución humanitaria se está
volcando en la satisfacción de necesidades
básicas. Por ejemplo, el servicio de distribución
de alimentos es el más demandado, con un millón
de usuarios. La entidad ha de ayudar en muchas ocasiones
a pagar el recibo de la luz para que la gente pueda
pagar su hipoteca.
Para colmo de males, un 19% de las mujeres con dificultades
sufren violencia de género. El 6,2% de los
niños que recibieron el apoyo de la ONG están
en situación de exclusión social. Bruel
subrayó que este desamparo no significa que
los menores estén desatendidos por sus familias.
Información original
de la página:
http://www.larioja.com/v/20130207/sociedad/cruz-roja-detecta-mala-20130207.html

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