Jonh Foggart, un arqueólogo muy reconocido, desaparece de repente, por lo que su mujer, Lady Faraday, y su hija acuden a Zarco, un profesor arqueólogo, acreditado de mal humor y algo siniestro, para que le ayude a buscar a su marido perdido.

Título: 'La isla de Bowen' Autor: César Mallorquí Año de publicación: 2012 Editorial: Edebé Páginas: 510

Su despacho está repleto de mapas, cartas marinas, miles de libros, colecciones de monedas, fósiles y otros restos de sus innumerables viajes, es decir, algo más parecido a un desván que a un lugar de trabajo. A Zarco le cuesta aceptar el trabajo, y desde el primer momento no ve con buenos ojos a la señora. Para saber más sobre el caso, Faraday le cuenta que su marido embarcó en el Britannia y encontró metales en estado puro, por ello Zarco unió en su aventura a un químico.

Y es así como emprenden un viaje lleno de descubrimientos, desde una cripta con objetos y reliquias pasadas hasta minerales que parecían no existir en estado puro y que, sin embargo, el químico del grupo descubre como algo incuestionable, aunque pareciera increíble que existieran. El fotógrafo Samuel Durango también se lanza a este acontecimiento, para hacer las fotografías de todo lo que encuentran, que cambiará su insípida vida.

Pero su expedición no es tranquila como tenían pensado, pues Ardán, su nuevo enemigo, les sigue en su barco e intenta causarles muchos problemas hasta la muerte.

El primer lugar donde desembarcan es Penryn, donde todo empezó y John encontró las reliquias que le fueron robadas. También visitan el cementerio de San Gluvias y las excavaciones del lugar, así como la cripta de San Bowen, el conocido santo del que se habla en la leyenda del códice Bowen.

Visitan muchos lugares, cada uno con su llegada debido a pistas obtenidas en los anteriores. Por ejemplo, acuden a una biblioteca para entender un códice y obtener más información, sobre su próximo destino. Así, de pista en pista, consiguen llegar a diferentes lugares donde se sorprenden de cosas extraordinarias que jamás habían visto. Pero lo más sorprendente ocurre en la isla de Bowen, su destino final. Es una isla pequeña donde habitan unos indígenas. Allí pasan un tiempo en busca de Foggart. Pero pasan los días y no le encuentran, parece ser que no está, hasta que llegan a un sitio de forma circular, de entrada, unos muros púrpura altos y cerrados con una especie de discos que suben y bajan y además transmiten calambre, tu muerte.

Tienen miedo, pero deciden arriesgarse y pasarlo con gran cuidado. En su vista aparece un amplio circo salpicado de artefactos con forma de seta, y en su interior un conjunto de cadáveres, entre ellos el señor Foggart. De pronto, sale de la nada una especie de robot metálico con forma de huso y otros autómatas que se desplazaban sobre ruedas. Echaron a correr, acabando con algunas vidas.

Después de este suceso, y con la conciencia tranquila pues ya sabían el triste final del desaparecido y el origen de todos los autómatas de aquella extraña isla, ya no tenían nada más que hacer allí, pero algo más iba a ocurrir, la isla iba a explotar, así que toda la tripulación embarca en el barco para marcharse.

Al final, después de tanto coqueteo durante el viaje, la señora Faraday y el profesor Zarco terminan casándose. Y un parecido final el de su hija con el fotógrafo Samuel, son jóvenes y tienen toda una vida por delante.

Es un libro que me ha sorprendido gratamente, que te hace olvidar el sitio donde estás pues es una historia que mezcla la realidad y la fantasía y también, hacia el final, la ciencia­ficción, que sin duda recomiendo.