Cada día de la semana parece que va a ser igual:
levantarnos, al colegio, estudiar, recreo, más
clases y a casa. Ruth escribe un poema con su particular
visión de una jornada.
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Ya
llegó la hora de entrar en el cole. |
Llega
un nuevo día, hay que madrugar,
Al
colegio tengo que llegar.
Actividades por doquier,
¡Quién sabe cuántas me van a caer!
Cuando el almuerzo llega, hay que
comer
Y, después, al recreo a pasarlo bien.
Cuando volvemos del recreo, casi sin
pensar,
Nos sentamos de nuevo y ¡a calcular!
Llega el final, el timbre está
a punto de tocar,
¡Ahora sólo pensamos en llegar a casa
y jugar!

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