“La
presente ley tiene por objeto actuar contra la violencia
que, como manifestación de la discriminación,
la situación de desigualdad y las relaciones
de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce
sobre éstas”. Estas son las primeras
líneas del Artículo 1.1 de la Ley contra
la violencia de género (2004). No obstante,
a pesar de ser una ley “moderna”, el problema
es atemporal, lleva conviviendo con la humanidad desde
siempre.
|
Los niños
también sufren el drama de los malos
tratos. |
La historia, el arte y la literatura (con textos
tan conocidos para nosotros como 'El cuento del mancebo
que casó con mujer brava', de don Juan Manuel,
el Conde Lucanor, o 'La doma de la furia', de William
Shakespeare) nos han dejado constancia de la existencia
de la violencia ejercida contra las mujeres, a las
que, en el mejor de los casos, había que subyugar
y someter. En esas épocas, el problema se debía
a la cultura y las costumbres de sociedades primitivas,
profundamente patriarcales, que eran transmitidas
de padres a hijos y generación tras generación.
Lo sorprendente es que en pleno siglo XXI, hoy en
día, estos siguen siendo factores causantes
del mismo problema. En España, además,
cualquier signo aperturista hacia la mujer iniciado
a principios del siglo pasado, queda paralizado y
aún sufre una cierta regresión durante
la dictadura franquista padecida por nuestro país
durante cuarenta años.
En la actualidad, aparentemente son otros los valores
y el modelo de educación está cambiando.
Se puede afirmar que se imparten valores de igualdad
entre hombres y mujeres. Sin embargo, algo queda enraizado
y se perpetúa ya que encuestas realizadas demuestran
que un 19% de las mujeres y un 32% de los hombres
encuestados llegar a justificar el maltrato, ya sea
físico o psicológico.
En España, las cifras de víctimas de
la violencia ejercida contra la mujer son mayores
que el número de víctimas por acciones
terroristas. Algún juez califica esta lacra
de “terrorismo doméstico” y sin
embargo la pregunta es ¿cómo no se creó
una ley contra la desigualdad hasta hace poco más
de un lustro? ¿Era asunto simplemente doméstico?
No es sino el síntoma de una enfermedad social
que permanecía oculta por siglos de silencio.
Por eso mismo, esta ley ha empezado a amparar a todas
las mujeres que necesitan de protección contra
esta lacra. Pese a los esfuerzos de los legisladores,
la justicia y la sociedad en general, la ley no consigue
reducir totalmente las agresiones, aunque es un primer
paso.
Es necesario que esta violencia finalice, porque
no conduce a nada y se extiende la idea de que todos
los hombres son así, violentos (¿lo
son realmente?). Y eso, obviamente, aparte de la mala
imagen resulta inadmisible ya que se siguen produciendo
crímenes y, en ocasiones, quedan impunes. Para
evitarlo hay que continuar una labor de concienciación
desde la familia, la escuela y los medios de comunicación…
mostrar la dura realidad del maltrato y los signos
o señales* que podemos percibir a nuestro alrededor
para ser sensibles y denunciar.
(*)RNE emitió el día
25 de noviembre, 2011 un especial “En días
como hoy”, de Juan Ramón Lucas, advirtiendo
de estas posibles señales. Es un documento
sonoro para meditar. Marta Gómez es la periodista,
junto con las voces de mujeres maltratadas y hombres
que tratan de explicar y explicarse... Este
es el enlace:
http://www.rtve.es/alacarta/audios/en-dias-como-hoy/dias-como-hoy-senales-violencia-genero/1257958/

SUBIR
|
|