Estudiantes del CEIP Mata Linares de San Vicente de
la Barquera se convierten en narradores de un cuento
elaborado a partir de ilustraciones. Este es el de
Viky, Diego, Estela y David.
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Grupo
4: Viky, Diego, Estela y David. |
Un día por la mañana el señor
Federico se levantó y su mujer estaba con su
gato negro y su perro, que estaba un poco asustado.
La mujer estaba limpiando los cristales y el gato
acostado en la cama. Después fue a recoger
la colada porque estaba lloviendo. Cuando salió
el sol fue a coger manzanas y a regar las plantas,
mientras el señor Federico estaba mirando por
la ventana. Por la tarde la señora Carmen salió
a talar árboles para en el invierno estar calientes.
Después fue a recoger nabos para hacer ensalada
con ellos y también estaba triste.
¡Siempre estaba triste! Porque casi siempre
le pasaba algo malo.
A continuación la señora Carmen fue
a pelar los nabos para cenar y su gato Iris la seguía
a todas partes. Cuando ella hacía la comida,
triste y desconsolada, pensaba: "¿Cuándo
dejarán de ocurrir cosas malas?" Luego
se dio cuenta de que no quedaba mantequilla mientras
Iris se la comía Después se fue a la
cocina a preparar la carne y el gato salió
corriendo por el humo. Cuando salió a recoger
los tomates vio unos pájaros volando en el
cielo y un tomate se le cayó. Luego hizo salsa
casera con los tomates para comer.
Media hora después se fue a por leña
para la chimenea. También tuvo que recoger
los guisantes, con tristeza y amargura, pero como
siempre, su gato Iris la seguía a todos lados.
Luego colocó unas ventanas nuevas y su fiel
gato siempre mirándola.
La pobre, deprimida porque tuvo una pelea con su
marido, fue al salón, bajó las persianas
y fue a recoger más.
Carmen cada vez estaba más triste y siguió
recogiendo las cosas de invierno. Pasado un rato echó
leña en la chimenea. Al poco rato, sin descanso,
fue a coser la chaqueta de su marido Federico y como
siempre su gato Iris con ella juega que te juega.
Carmen, muy cansada ya, fue a recoger una carta y
se quitó las gafas. De repente, cuando abrió
la puerta se quedó sorprendida y se le cayeron
todas las cosas y el gato, de nuevo, observándola.
El señor Federico estaba durmiendo en su silla
pero… ¡le había dicho que estaba
trabajando! Carmen estaba tan enfadada que le echó
el café en la cara.
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Portada
del libro en el que se inspiraron. |
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