Año
2016, la sociedad cada vez se desarrolla más
rápido y los cambios suceden en milésimas
de segundo. Lo mismo ocurre con el desarrollo de los
escolares, pero ¿son los deberes un obstáculo
para el desarrollo social de los alumnos?
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Estudiantes
trabajando en el aula. |
Cierto es que algunos estudios
ya han afirmado un aumento de casos de niños
y adolescentes con un leve grado de ansiedad social.
Algunos padres lo achacan a la cantidad de horas
que sus hijos pasan repasando y realizando ejercicios,
que, en gran cantidad, acaban siendo innecesarios.
Otros padres se han quejado también
de que cada vez se está volviendo más
y más común mandar más deberes
de cada asignatura. De hecho, esta cantidad de deberes
se dispara grandiosamente en algunos centros, lo
que normalmente les quita tiempo para disfrutar
junto a sus padres o amigos y de poder realizar
más actividades que puedan ayudarles a su
desarrollo social, como los deportes o salir con
sus propios amigos.
De esta manera, me posiciono en
el lado de aquellos que no son partidarios de mandar
muchos deberes. Por el momento, lo único
que hacen es ralentizar al alumno en sus tareas
diarias y provocarle más estrés diario,
ya que debe llevar la tarea al día. En caso
contrario, esto puede llevar a un montón
de castigos o consecuencias que, de nuevo, no son
más que perjuicios para el alumno.
Si bien he de admitir que los deberes
son justos y necesarios para que algunos de los
contenidos que se aprenden en clase sean en casa
repasados, me parece que hay que plantearse reducir
la cantidad de deberes dada la situación
en la que se encuentra el alumno, con seis asignaturas
diarias y seis tipos de tarea distintos. Con moderación,
es mejor que nada.
En definitiva, tanto padres como
profesores deberían tener una amplia y tendida
charla sobre la cantidad de deberes a la que sus
hijos suelen ser expuestos diariamente, y, con suerte,
que esto provocase un cambio positivo con el que
estén de acuerdo todas las partes afectadas.