Días
antes de que se celebraran las elecciones a rector
de la Universidad de Cantabria, UC, hemos podido hablar
con el profesor Fernando Cañizal, vicerrector
primero de la Universidad y responsable del profesorado
de esta institución.
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Fernando
Cañizal con los reporteros de La Salle. |
Pregunta.- ¿Cuáles
son, a grandes rasgos, las funciones de un vicerrector?
Respuesta.- La Universidad es un
ente bastante complejo. Ya sabéis que hay centros,
que son las facultades; por ejemplo, la Facultad de
Filosofía y Letras, la Facultad de Educación
y también las escuelas técnicas, las
escuelas de Caminos, de Industriales, etc. Pues estos
son los centros, y cada centro tiene lo que llamamos
un decano, que en el caso de la facultad es el decano
de la facultad y un director de las escuelas técnicas
en el caso de las escuelas técnicas, y son
once. Y luego están los departamentos. Ahí
tratan temas de investigación. Hay 32 departamentos,
y cada uno tiene un director, pero por encima de todo
esto, coordinándolo todo, está el equipo
rectoral, también llamado consejo de dirección
de la Universidad. Está formado por un rector
y una serie de vicerrectores más el secretario
general y el gerente de la Universidad. Ahora mismo
estamos terminando este periodo; hay un rector, somos
ocho vicerrectores y en total somos once personas
las que formamos el equipo, digamos directivo, de
toda la Universidad. Hay veces que hay chicos que
confunden la universidad con la facultad. No, la universidad
es una unidad en la que se encuentran todos los centros.
Aproximadamente hay unos 12.000 estudiantes en la
Universidad, unos 3.200 profesores y unos 800 de personal
de administración. Trabajamos como unas 2.000
personas en la universidad, o sea que es la empresa
más grande que hay en la región después
de Valdecilla, y atendemos temas de administración,
investigación de los alumnos y de formación
de los alumnos, entre grado hay más de 12.000.
En cuanto a la misión de un rector, de alguna
manera coordina todas las áreas de la Universidad
con ese equipo y los vicerrectores coordinan cada
uno un área diferente, siempre bajo la supervisión
del rector. Entonces ¿qué vicerrectores
hay? pues cada equipo organiza lo suyo, no está
definido el trabajo de cada uno. Pero, por ejemplo,
en nuestro caso hay un montón de profesorado
que llevo yo, un vicerrector de estudiantes, hay un
vicerrector de investigación, otro de cultura,
de extensión universitaria... luego hay un
tema también de relaciones internacionales
y más que se me olvidan; hay temas también
pues un poco de infraestructuras, todo el tema de
los espacios, los servicios, la biblioteca, cómo
coordinar todas estas cosas de las infraestructuras...
Estos son fundamentalmente todos, Ordenación
Académica también que lleva un poco
todas las titulaciones, todos los títulos de
cada centro. La misión de un vicerrector es
coordinar su área y atender a los asuntos que
surjan. Aquí en concreto en el tema de profesores,
pues lo que tenemos son todos los temas de contratación
de profesorado, profesorado joven que se vaya formando.
Hay una cuestión que se llaman las acreditaciones
internas, que tiene el ministerio, y entonces allí
van subiendo desde que entran de ayudante, de ayudante
a doctor, de doctor a titular e incluso catedrático
de universidad, son todos los niveles. A esto hay
que sumar los profesores asociados, que apoyan toda
esta labor; son profesionales que vienen de la calle
y no están con dedicación completa,
pero son muy útiles y nos ayudan con la formación
del profesorado. Un vicerrector hace todo esto, coordinar
a todos los temas de profesores. Tenemos también
unos servicios de formación de profesorado
en nuevas tecnologías, para impartir mejor
las clases, o en temas de aspectos pedagógicos;
tenemos también un apoyo al profesorado en
todos los temas de docencia virtual, uso de docencia
online... Pues esto es de lo que se encarga este vicerrectorado.
El Vicerrectorado de Estudiantes de qué se
encarga, pues lógicamente de las campañas
que harán los institutos o los colegios, ya
lo veréis. Se encarga un poco de la captación
de estudiantes, todo el tema de las pruebas de selectividad,
las matrículas, todo lo que es el desarrollo
pues de niños con problemas, todo el tema incluso
de becas de prácticas, preparación para
la empleabilidad cuando termines los estudios. Ordenación
Académica pues todo eso de los títulos;
los títulos ahora tienen que tener unos sellos
de calidad, tienen que tener unas condiciones y hay
que tramitarlos. Y así cada uno. El de Investigación
realiza investigaciones de los profesores, convocatoria
de becas de nuevos investigadores en la Universidad...
en fin cada uno tiene su función. La vicerrectora
de Cultura está mucho en relación con
el Ayuntamiento; temas de cine, de los cursos de verano
con la comunidad autónoma... Es decir, aquí
cada uno tiene sus funciones, pero su función
definitiva es el apoyo al rector que es la cabeza
de todo ello.
P.- ¿Le gusta más
la docencia o ser vicerrector?
R.- Bueno, la docencia es muy bonita.
A mí me gusta mucho dar clase, yo soy de los
típicos de tizas y pizarra. No te negaré
que cuando estás aquí enfrascado con
el teléfono y otras cosas, como problemas que
te vienen de profesores, de líos, de cosas,
de historias y te toca dar clase dices "Jope,
tengo un montón de cosas, pero me tengo que
ir pitando". Yo doy clase en Caminos, hay cinco
minutos de aquí a allí. Incluso por
el camino, cuando estoy andando, le digo a la secretaria
"Oye, pues ponme con fulano" y porque estás
lleno de cosas. Así te encuentras ahogado cuando
llegas y tienes allí a los alumnos, oyes que
tengo que dar clase. Al principio te cuesta un poco
cambiar el chip, pero luego ya te acostumbras. Llevo
ya muchos años dando clase, con lo cual eso
también da una experiencia. A mí me
gusta mucho dar la clase. Pero también te digo
que yo también llevo muchos años en
temas de gestión de la Universidad, desde el
año 91, o sea llevo 25 años; primero
estuve de jefe de estudios en la Escuela de Caminos,
luego subdirector durante un tiempo también
de la Escuela de Caminos, después fui ocho
o nueve años director de la Escuela de Caminos,
más tarde me dieron el rectorado y me encargué
de poner en marca todo lo que llamaban Estudios Oficiales
de Grado del Espacio Europeo (empezó antes
en el máster que en el grado, entre los años
2005-2006) y luego ya pasé a ser vicerrector,
he estado en dos periodos. Y ahora, pues estamos metidos
en una campaña electoral que ahí sí
que no sé cómo me he dejado liar, porque
yo ya soy un poco mayorcete y me fío de ellos.
Las elecciones son el día diez y hay dos candidaturas,
ya veremos si ganamos*. Si ganamos seguiré
unos años más de vicerrector y si perdemos
pues me dedicaré un poco más tranquilamente
a la docencia y a escribir un poco. Tengo, por ejemplo,
un libro que escribí que ya está un
poco anticuado, hay que actualizarlo y pues bueno
eso, que no hay mal que por bien no venga, estaré
mas tranquilo que eso sí que está bien.
Era una buena pregunta.
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Fernando
Cañizal nos recibió en su despacho. |
P.- ¿Encuentra grandes diferencias
entre la antigua licenciatura de Caminos, Canales
y Puertos con la actual ingeniería en sí?
R.- Bueno ahí son dos cosas
diferentes, no era licenciatura, la ingeniería
superior de ingenieros de Caminos era lo que hacía
generalmente la escuela. Ahora van a cumplirse 50
años desde que empezó la Escuela de
Caminos. Estando yo de director introducimos lo que
es la Ingeniería Técnica de Obras Públicas
en el año 2009, me parece que empezó
en plan de estudios. Y desde entonces tenemos en la
escuela dos estudios: uno es para Ingeniería
de Caminos y otro es para la Ingeniería Técnica
de Obras Públicas. Son dos profesiones diferentes,
aunque tienen mucha relación. Un ingeniero
de caminos tiene un nivel mayor, trabaja más
en temas de planificación, de gestión
de proyecto, ya más complejo y el técnico
de obras públicas tiene un nivel pues no tan
elevado y está un poco más en el día
a día de las obras. Y eso lo hemos mantenido
así. Con el tema de Espacio Europeo y Enseñanza
Superior, en el plan Bolonia se establecieron los
grados y los másteres. En toda España
y en todas las ingenierías se quedó
por decreto que los grados equivalían a los
niveles intermedios de ingeniero técnico y
los másteres equivalían al nivel superior
de ingeniero, vamos a llamarle de caminos o de lo
que sea. Entonces, claro que hay diferencia entre
lo que es el ingeniero civil y el ingeniero de caminos,
ya que corresponden a niveles diferentes. La diferencia
es que antes empezaban todas desde primero, una tenía
tres años y la otra tenía cinco; ahora
el ingeniero de caminos, que es el máster se
convierte en un sombrero, por así decirlo,
del grado. El máster son dos años más
además del grado, para tener la ingeniería
de caminos tienes que hacer cuatro más dos
años. Por lo tanto son dos titulaciones diferentes.
Sí que es verdad que antiguamente el ingeniero
de caminos tenía una titulación de una
carrera en cinco, seis años. Se formaba muy
bien desde abajo en el ámbito físico
y matemático y luego ya venían las tecnologías.
Había muchas matemáticas y mucha física
básica. Ahora como la carrera de cuatro años,
el grado, tiene que tener ya competencias para poder
ya trabajar, pues no me puedo estar tres años
dándole matemáticas, porque claro, no
las necesita tampoco. Entonces ha creado un mixto
ahí, como si fuese el ingeniero de caminos,
pero más pequeño. Y entonces qué
pasa, que cuando pasas al máster tienes en
primero de máster un refuerzo más de
matemático y físico que a los alumnos
no les es de mucho agrado porque claro, es como si
tuvieses ya un quinto curso. Pero hay que hacerlo
para poder llegar al otro nivel, entonces no es muy
satisfactorio. Tal como ha quedado Bolonia en las
ingenierías no creáis que es muy satisfactorio,
precisamente por eso. Era mejor preparar a unos más
de ciclo corto y luego intentar conseguir ese máster.
Lo ideal sería un grado más el máster
integrado, de manera que de seis años tú
te formases prácticamente al principio para
el máster. Además, pensando desde el
principio para un ingeniero de un nivel superior,
mientras que el otro fuese más para un ingeniero
más de andar por casa, más del día
a día. No se puede comparar, las épocas
duras duras que me tocó a mí estudiar,
pues es diferente de lo de ahora. También la
vida es diferente. No, no creo que un estudiante aguantase
aquellas cosas que a nosotros nos hacían, de
la asignatura desaprobados en septiembre ninguno.
Y allí todo el mundo estudiaba, eran otras
épocas de aquella todavía vivía
Franco.
P.- ¿Existen becas de ayuda
económica, como las becas Erasmus o las becas
Leonardo, actualmente en la Universidad de Cantabria?
R.- Sí, hay dos tipos de cuestiones;
unas son las becas de carácter general, que
son las del Ministerio y las que el Gobierno de Cantabria
tiene también para estos estudiantes cuyos
recursos económicos no son muy elevados. Y
aquí es un poco el lema de que nadie se quede
fuera de la Universidad por temas económicos;
entonces son becas de carácter general, aunque
ahora con la crisis han bajado un poco, es más
difícil conseguirlas. Lo que ha hecho el Gobierno
de Cantabria y la propia Universidad es, a través
del consejo social, una especie de lo que llaman fondo
de compensación para ayudar un poco a causa
de esta reducción de becas, o alumnos que en
principio no llegan a la beca, o que han tenido algún
problema de tipo familiar, eso son becas de carácter
general. Y luego sí que hay el apoyo para movilidad,
estas becas las tiene el Ministerio también
y el Gobierno de Cantabria también refuerza
una parte. Estas becas no son muy elevadas, pero sí
que se intenta compensar el incremento de coste que
supone el desplazamiento del estudiante. Hay unas
convocatorias y no son de nivel local sino nacional,
porque las Erasmus son becas a nivel europeo, donde
el país contribuye y hay un cierto apoyo también
de la comunidad autónoma.
P.- ¿Qué estudios
con salidas profesionales recomendaría a un
futuro universitario?
R.- Esto sí es un tema muy
personal, y eso sí que no se puede decir. El
estudiante no se lo debe plantear, yo comprendo que
se lo plantee pero yo creo que tiene que ser más
un tema vocacional; es decir, hay gente que siempre
dijo que le hacía ilusión hacer Medicina
y eso es lo que le gusta, y si igual no puede Medicina
pues dirá "igual me contento con Enfermería
o con alguna de esas". Pero no le digas que vaya
a estudiar Minas porque será un desastre. Entonces
yo creo que todos tenemos, tenéis una cierta
inclinación. Esa inclinación puede ser
por varias razones: puede ser por temas familiares
o muchas veces porque te lo están diciendo
tus padres. Los padres a mi juicio no deben intervenir
en estas cosas, sí orientar o encauzar atendiendo
un poco a lo que deseen los hijos, pero en eso hay
que ser muy imparcial. Por lo tanto, hay que dejar
a los chicos y chicas que tomen sus propias decisiones,
incluso si uno se lo puede permitir y se tienen que
ir fuera a estudiar porque aquí no lo hay.
Y si no es posible por tema económico para
eso está el tema de las becas que también
hemos hablado. Yo creo que no hay que plantearlo por
una cuestión de salidas profesionales, ahora
eso ocurre y eso se entiende; o sea, que durante unos
años, estando yo de director de la escuela
e incluso después, en Caminos entraba muchísima
gente, tanto cuando era cinco años como en
Ingeniería Técnica de Obras Públicas
que era de tres. De hecho, poner las dos titulaciones
lo hicimos porque era imposible de organizar en solo
una. Y porque la gente se colocaba pues, aparte de
porque le gustaba, porque tenía unas muy buenas
salidas profesionales, esa es la realidad. Ahora con
la crisis pues los alumnos que van a acceder dicen
"Aquí hay un problemón gordo de
trabajo y aquí tienes una carrera dura",
porque aunque se haya reducido un poco pues sigue
siéndolo, "pues no me meto ahí,
me meto a otra cosa" y en carreras que antes
había muy poca demanda ha aumentado. Por lo
tanto, sí que influye el hecho de que en un
momento determinado una profesión tenga menos
salidas profesionales para que el alumno vaya a otra
que tenga más.
P.- ¿En qué consiste
su actividad docente e investigadora?
R.- Pues yo llevo un poco, todo el
tema que llamamos de proyectos de ingeniería
en la escuela de caminos. Ahí básicamente
es un documento que se redacta, que tiene que ser
un poco el modo de hacerlo para luego poder realizar
una obra. Esa obra a la que hay que ir a la explotación
de la obra durante todos sus años de vida veinte,
treinta años. Existe una metodología
para la elaboración de estos proyectos técnicos
y, bueno, una parte de una asignatura mía es
precisamente la metodología para elaborar estos
proyectos: una carretera, un puente, una estructura.
Evidentemente yo no sé el detalle de los puentes,
como puede saber un profesor o un catedrático
de puentes, ni sé el detalle de los puertos
deportivos como lo puede saber un profesor de puertos
o lo que sea. Mi formación y mi ayuda a los
estudiantes es generalista, tiene una visión
global de las cosas sin entrar en un detalle. Cuando
venga el detalle ya le derivas al profesor correspondiente,
pero tienes una visión global de cómo
tiene que ser un proyecto. Otra parte de la asignatura
es que esto es un proyecto, pero luego esto hay que
llevarlo a la realidad, construirlo. Para ello hay
un montón de problemas de carácter económico,
técnico, de carácter jurídico
también, y entonces hay que establecer un conjunto
de contratos: un contrato de construcción y
un contrato de explotación. Hay varios sistemas
en las concesiones de obras públicas y demás.
Entonces esto también tiene una formación
que es incluso de un carácter un poco más
jurídico, ya no tan técnica. Y esta
también es una de las partes importantes de
mi asignatura, de la formación a mis alumnos.
Se lo podría dar un jurista, un economista...
sí, pero seguramente no con esta visión
ingenieril que le damos nosotros; por lo tanto creo
que hacemos una formación más abierta,
más transversal. Y los temas vinculados con
la investigación van un poco es esta línea,
pues todo lo que tenga que ver con la metodología
de rotación de proyectos, la gestión
de proyectos y obras. También sobre el tema
de concesión de obras públicas, problemas
que tiene, etc. tanto lo relativo a la redacción,
la metodología de los proyectos de ingeniería,
y lo que sería la gestión de los proyectos
en un sentido amplio.
P.- ¿Cuál ha sido
su experiencia como vicerrector durante todos estos
años que lleva ejerciendo el cargo?
R.- Eso viene un poco ligado a lo
que ya he dicho al principio. En mi caso en el cual
tratas mucho con profesorado, sobre todo profesorado
joven, pues lo interesante ha sido poder incorporar
profesorado joven. Luego cuando se va acreditando,
poderle llevar a niveles superiores, ver que la gente
está contenta y de alguna manera agradecida
de que desde aquí se lleve la coordinación
de todo eso y se faciliten estas promociones. También
profesores mayores, por ejemplo, por temas de jubilación,
profesores eméritos, que eso ya es después
de la jubilación. Atender a los problemas del
profesorado el día a día yo creo que
es gratificante. Yo creo que la experiencia ha sido
positiva; el ayudar también a alumnos en algunos
casos, a los profesores y en general a todos lo que
lo necesiten. Trabajas un poco por la gente, escuchas
a la gente, y luego tu puedes ayudar, que es lo importante.
Tienes que negociar con los sindicatos cosas sobre
los profesores, hablar con ellos y escucharles; a
veces tienen razón, a veces no tanta y esas
cosas. Estos años han sido complicados económicamente
cuando había limitaciones de plazas. El presupuesto,
además, tiene que venir de las matrículas
de los alumnos. La parte más importante viene
del Gobierno de Cantabria, que tiene que apoyar porque
es la universidad pública, y otra parte es
el dinero que generan los profesores con proyectos,
con investigaciones, etc. El precio de las matrículas
se ha congelado, no subieron; el dinero que venía
del Gobierno bajó mucho y la parte de los profesores
también bajó. Entonces ha habido unos
años complicados de dinero, pero es que, además,
desde el Ministerio de Madrid nos ha limitado a toda
la Administración Pública la posibilidad
de contratar nuevos profesores y la capacidad de contratar
nuevos funcionarios. Todo esto fue por un tema de
si había que reducir las plantillas de los
funcionarios. Ha sido el Ministerio de Hacienda el
que lo ha controlado y nos ha impedido sacar plazas
de profesores. No hemos echado a nadie a la calle,
bueno a lo mejor a algún asociado que trabajaba
fuera; ha habido un reajuste de horas, ahí
sí que ha habido alguna cosita. Gente comprometida
con la universidad tampoco puedes echarlos porque
son funcionarios, pero gente joven sí hubiéramos
podido. No hemos echado a nadie pero no les hemos
podido promocionar como nos hubiera gustado. Y ese
es un poco el mayor de los problemas, pero la gente
es comprensiva, la gente lo ha entendido. En ese sentido
les estoy muy agradecido porque yo sí que les
atiendo, y no puedo hacer nada y ellos lo entienden.
De esta manera yo creo que la experiencia ha sido
realmente buena.
P.- Muchas gracias.
R.- Gracias a vosotros.
*Fernando Cañizal formaba parte de la candidatura
liderada por Pablo Coto, que el 10 de marzo perdió
las elecciones.
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