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Nº 126
REPORTAJES / POR DENTRO

¿Ubi sunt?

Por el equipo de redacción del IES Las Llamas de Santander.

Nueva entrega del trabajo de investigación del equipo de redacción del IES Las Llamas de Santander. De nuevo localizaron a algunos de los que fueron alumnos de este centro educativo para saber qué ha sido de ellos y cómo recuerdan el instituto.

Leticia Barquín, Fabián Collado,
Miguel Fernández de Bobadilla y Rubén Sainz.


LETICIA BARQUÍN, FUTURA PERIODISTA

Primer día en el instituto Las Llamas. Aquella sensación de inseguridad me recorría de pies a cabeza. Sin embargo, mi rostro mostraba la sonrisa más grande que un profesor podía imaginar en un primer día de curso. Sobre todo un profesor de Lengua española, de acento andaluz, me recordaría el resto del año por aquella cara de alegría. El año (muy duro) acabó, y tras un verano inolvidable llegó el temido segundo de Bachillerato. ¿Os cuento el truco de este horrible año? Los nervios y la incertidumbre cumplen un papel muy importante en este año, ya que nuestra mente lo hace más difícil de lo que realmente es. Con una buena organización, una gran ilusión y un poco de competitividad bordarás la Selectividad.

Recuerdo el primer día de la PAU. El primer examen fue Lengua. Salí insatisfecha y deprimida, sentimientos que después de Filosofía desaparecieron. Os debo dar un consejo: no estéis preocupados. Los nervios me jugaron una mala pasada y no conseguí los resultados que me propuse, pero no por ello se iba a parar el mundo. La cuestión es encontrar soluciones ante cualquier problema. A pesar de mis malos pensamientos conseguí unos buenos resultados (aunque siempre se quiere más) y ahora estoy en la universidad estudiando lo que yo más quería donde yo quería y junto a la persona que me hace feliz cada día.

En algún futuro, no muy lejano, espero ser una gran periodista reconocida. Y también espero no olvidar todos los recuerdos que me llegan al pensar en los primeros días de los lugares desconocidos a los que como buena aventurera me gusta asistir. Por último, me gustaría dar mucho ánimo a los alumnos de segundo de Bachillerato, el año es intenso.

 

FABIÁN COLLADO, UNA LECCIÓN DE ESFUERZO

Ese gran pasito de la ESO al Bachillerato... Al principio parecía fácil primero de Bachiller, pero la cosa se fue poniendo difícil. Al final todo acabó bien y empezó el verano, un verano que pintaba como el mejor pero, sin duda, el mejor verano es cuando acabas el Bachillerato. Será el mejor porque segundo es un año duro en comparación con primero, bastante más duro, pero tan solo por un único detalle, Selectividad.

Desde bien pequeños nos fríen a exámenes, pero este año será descomunal. Vagos y trabajadores, ambos lo pasaréis mal y tan solo existe un único truco eficaz: relajarse y tomarse el año con calma. Vuestros profesores os exigirán, en casa también y, seguramente, vosotros mismos. Os dirán que o estudiáis muchísimo o no aprobaréis y no sacaréis el curso adelante; intentarán apoyaros también y eso os pondrá nerviosos porque este año será un año de muchos nervios. Visualizad las metas con claridad, aprobad el curso, entrad en la carrera y alcanzad ese deseado verano. El único truco para ello es ese, mantener la calma. Por supuesto que hay que estudiar, pero vosotros mismos ponéis el límite. Querer es poder y nunca mejor dicho. Os contaré mi caso, el caso de una persona perezosa que terminó estudiando una ingeniería.

El curso empezó y como siempre los mismos objetivos: llevar las cosas al día, hacer deberes, estudiar, compaginarlo con deportes, etc. Como siempre, yo empecé duro, pero a las dos semanas me deshinché y fui suspendiendo examen tras examen, todo por pura vagancia y por no poner mi límite ni en lo mínimo. Pasaban los meses y me agobiaba más, hasta que llegó un día en el que, como os decía, querer es poder. Os sonará a mítica historieta de superación, pero que ninguno piense que no puede terminar este curso con éxito. Llegó ese día en el que decidí ponerme las pilas y retomar el hilo (más vale tarde que nunca). Manteniendo la calma y pensando a la hora de estudiar solo en el examen más próximo para no agobiarme fui capaz de remontar un curso entero, simplemente teniendo dos cosas claras: si te propones hacerlo y mantienes la calma puedes hacerlo. Os hablo de que conseguí aprobar el 90% de las asignaturas teniéndolas suspensas en los anteriores trimestres con unos y doses. Nadie se lo imaginaba y, si hubiera espabilado antes, habría aprobado el 100%.

Es cierto que no aprobé todas y me tocó estudiar en verano. Siendo sinceros, no porque el curso hubiera sido descomunalmente complicado, sino simplemente por vangancia, así que intentad no agobiaros porque os aseguro que se puede. Luego vino Selectividad, donde incluso yo me agobié, pero os aseguro que si conseguís aprobar el curso os bastará con repasar, tan solo repasar las asignaturas para sacar una buena nota y entrar en la carrera. Saldréis del primer examen descontentos, pero no os preocupéis, lo habréis hecho mejor de lo que pensáis, os lo digo yo.

Como veis, hasta una persona vaga puede terminar un curso aparentemente complicado para comenzar una ingeniería aún más complicada. Solamente necesitáis dos simples consejos: tomaros las cosas con calma y estudiar, que si os lo proponéis lo sacaréis.

Por supuesto que no solo será un año de estudio aunque parezca así. Vais a pasarlo genial, os parecerá que no se puede compaginar con salir de fiesta, pero si os administráis medianamente bien vais a tener tiempo para hacer mil cosas. Personalmente ese año, tanto en la etapa de agobio como la de estudio a tope, me lo he pasado genial y he disfrutado bastante. Así que mucho ánimo, estudiantes de segundo de Bachiller y, a pesar de la dureza, no deis nada por perdido hasta el último día, que se puede con todo.

 

LOS CONSEJOS DE MIGUEL FERNÁNDEZ DE BOBADILLA ANTE LA PAU

Segundo de Bachiller, un año que aparentemente asusta, pero que no es para tanto. Yo pasé de primero a segundo “limpio”, pero habiendo dejado hasta siete de las nueve asignaturas en la segunda evaluación de ese curso, un desastre, por lo que en cierta parte tenía algo de miedo de cómo me podría ir en segundo y de la obligación que tenía de levantar mi media de un 5,25 a un 7 para poder estudiar lo que quería.

Desde el primer día que entras a clase no paras de oír las palabras mágicas PAU y Selectividad. Así se empieza muy bien el curso, como sabéis. Es entonces cuando te propones llevar todas las asignaturas al día para que "no te pille el toro". Pero como todo el mundo sabe, la primera semana es de "contacto", por lo que no se hace nada y, al final, esta semana se alarga hasta que te dan el primer susto, por lo que vas asimilando que igual eso de llevarlo al día viene mejor que "pegarte la panzada" de estudiar un examen el día antes. Aún así no lo haces realidad y de repente te das cuenta de que estás a finales de noviembre y sigues en esa semana de "contacto" en la que solo te pones a estudiar cuando ves el calendario y dices: "¡Que mañana hay examen!, ¿De qué!?".

Pero bueno, hay algunos casos en los que eso de estudiar los dos/tres días antes funciona con muy buenos resultados y otros que no. En mi caso en la primera evaluación solo me quedó, como a lo largo de todo el curso, Matemáticas, asignatura que ya os aviso no va a ser sencilla aunque la lleves al día. En cambio las demás, para mi sorpresa, estaban aprobadas con notas que se encontraban alrededor del seis y el siete. Yo creo que la nota más baja seguramente era el cinco en Filosofía.

Ahora mismo algunos estarán pensando "¿con esas notas qué se puede estudiar?". Pues de momento nada, primero hay que aprobar Selectividad. Van pasando los meses, los exámenes, y es entonces cuando llegan las notas de la tercera evaluación a finales de mayo y me dan el disgusto de que me ha quedado una, esa que me había currado como ninguna (#TweetSerio). En ese momento entran en acción buenas personas como mis padres, mi novia, mis amigos, algunos profesores..., todos ellos me ayudaron a "dar la vuelta a la tortilla". Conseguí aprobar la asignatura a través de la Consejería de Educación, lo cual me produjo una gran ilusión.

La noticia de que me habían aprobado la asignatura me la dieron a una semana y tres días para la temida Selectividad, por lo que cuando llegué a casa me hice mi horario de estudios en función de todo lo que tenía que estudiar y claramente con sus merecidos descansos. Fue tan sencillo como seguirlo, era el último esfuerzo, solo me quedaban dos semanas para acabar y tener un verano digno de pre-universitario.

Lo conseguí. A la semana de acabar la Selectividad me dieron las notas con todo aprobado alcanzando una media total de 9,2. Eché matrícula en diferentes universidades fuera de Cantabria, concretamente en Madrid, y ahí es donde me cogieron, en la Universidad Rey Juan Carlos, para estudiar Ingeniería Industrial... Y la verdad es que estoy encantado donde estoy, con quien estoy y claramente de mi carrera.

Las claves para todo alumno de segundo de Bachillerato yo creo que son principalmente tomarse el curso con tranquilidad, pero con cierto control. Así lo saqué yo, pero no por ello se asegura el aprobado. Y a la hora de Selectividad es tan fácil como hacerse un horario bien organizado, estar tranquilo y seguro de uno mismo debido a que el nivel que exigen en PAU es inferior al que piden en el instituto.

 

RUBÉN SAIZ, UN ALEGATO POR LA BUENA EDUCACIÓN

Pues buenas a todos. Mi nombre es Rubén Sainz. Estudié los dos cursos del Bachillerato en el instituto de Las Llamas y actualmente estudio Filosofía por la UNED. En virtud de no contar una historia, haré simplemente unos apuntes. Sinceramente del primer curso de Bachillerato no tengo nada que mencionar; acudía a clase, me marchaba a casa, estudiaba, aprobaba... y volvía a empezar.
Ya en el segundo curso dejaba una estela de indiferencia y anonimato. Para ser sinceros, no me gustaba estar allí, acudía en algunas horas de clase a la biblioteca para leer, y era casi incapaz de aceptar ciertas formas de estudio planteadas en algunas asignaturas.

Por otro lado, y por suerte, fui capaz de entablar una o dos relaciones de esas que valen la pena, con dos compañeros de clase. Al mismo tiempo, otro número parecido de docentes -grandes docentes- consiguieron dotar al aula de la cordura que hoy día necesitarían la gran mayoría de ellas. Por este efecto, acudía entusiasmado a tales clases, notablemente admirado. Y leía a Schopenhauer en las demás.

Por eso desde aquí tan solo quiero agradecer fuertemente la labor de tales profesores, aquellos que consiguen dotar sus clases de rigor, seriedad, criticidad; aquellos que no aceptan hacer de su clase una fábrica, construir pieza por pieza, temario por temario, instrumentos idiotizados.

Por esta razón dará lo mismo el centro educativo, porque con el enfoque nefasto de la educación que hoy día prevalece, la "enseñanza" -si acaso pudiéramos llamarlo de tal modo- será exactamente igual de mala. A no ser que estén ellos, los profesores, pero los de verdad.

PD: Aunque hayáis sacado un notable en un examen de la generación del 98 es falso. Aunque hayáis conseguido un 9 en el análisis de un cuadro muy seguramente es falso. Aunque hayáis comentado perfectamente un comentario histórico es falso también. La nota es vuestra galletita. Seguramente jamás has leído una sola obra de Unamuno; seguramente no sabrías decir absolutamente nada de un cuadro que jamás has visto: repites consignas aparentando un criterio que no tienes. Así que ¡someteos! haced creer que sabéis mucho de tal y de cual, conseguid la galletita esa. De verdad, en un ambiente así, la mala o la falsa actuación se diluye; bienvenidos a la banalidad del mal obrar. Pero, por favor, jamás os creáis vuestras propias mentiras, vuestras propias notas. Eso nunca, por favor.

Un cordial saludo a todos.



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