Noelia es una chica joven, regente de la 'Mercería
Cristina', un pequeño comercio situado en la
calle Vargas y que, probablemente, sea en fechas navideñas
cuando más debería ser visitado. Quizás
estas breves pero concisas preguntas resuelvan ciertas
dudas sobre los pequeños comercios que luchan
por sobrevivir en un mundo en extinción.
|
Noelia tras el mostrador de su mercería.
. |
Pregunta.- ¿Cómo
decidió trabajar aquí?
Respuesta.- Yo estudié Graduado
en Artes y me especialicé en Moda. Como en
Santander no había ni hay espacio para la moda
y el mundo de la mercería me gusta, pues me
quedé como autónoma, en un comercio.
P.- ¿Este negocio lo empezó
usted o cómo surgió?
R.- No, este es un negocio que lleva
aquí más de 40 años, como mercería
40 años. Pero antes, al igual que la mayoría
de las tiendas pequeñas, se vendía de
todo. Era una mercería pero también
colchonería, tenía de todo un poquito.
No era de mi familia, pero traspasamos el comercio
y la mercería continuó.
P.- Como España no es un
lugar en el que la moda este muy asentada, ¿no
ha pensado trasladarse a otro país? ¿Luchar
de alguna manera por su sueño?
R.- (Sonríe y, con cierta
ilusión en sus ojos, se explica) Sí,
claro. En España no he tenido las oportunidades
que probablemente hubiese tenido en el extranjero.
Pero claro, también es difícil salir;
y en mi época más.
P.- ¿Cómo es un día
a día en el trabajo?
R.- Pues peleando mucho, porque la
gente ahora está muy sensible, desde que estamos
en crisis, que para nosotros no ha pasado. Las personas
quieren mucho por poco. Entonces, como estás
de cara al público tienes que estar aguantando
muchas cosas, ofrecer muchos servicios; y tú
tampoco tienes los medios que podrías tener
antes... Así que peleando mucho al día,
y haciendo muchas cuentas para que todo te cuadre
a fin de mes.
P.- En todos los pequeños
o grandes comercios en los que se trabaja de cara
al público hay días en los que se está
en cierto modo cansado de no ser tratado de igual
manera que se trata. ¿Es así?
R.- Tú, como persona que eres,
no siempre tienes un buen día. Y por mucho
que intentes estar de cara al público afectuosa
como un día normal, a lo mejor no te sale,
pero tienes que hacer el esfuerzo. En días
grises como hoy la gente sale menos, han pasado las
fiestas.
|
Noelia junto a una de las autoras de la entrevista.
|
P.- Todos los jóvenes hemos
oído a nuestros padres o abuelos contarnos
que unos calcetines o algo de ropa interior eran sus
regalos por Navidad. ¿Ha cambiado la situación?
¿Siguen teniendo la misma demanda?
R.- Eran otras épocas. Es
cierto que alguna señora mayor viene a por
los pañuelos moqueros o calcetines de talle
alto, porque antiguamente era eso lo que se regalaba.
Ahora ya no, en la gente mayor todavía, pero
a partir de ahí ya nada. Los calcetines, la
muda, los pijamas, ya prácticamente han desaparecido.
P.- ¿Seguirá en un
futuro aquí o tiene planes de cambio?
R.- Sí, hay que pelear, somos
pocos los que quedamos de comercios de toda la vida.
Pero cuesta mucho, los autónomos a pie de calle
tenemos que pelear mucho. Desde que abres la puerta
ya estás pagando. La gente cree que todo son
ganancias, pero no es así. Todo tiene impuestos.
Pero si no peleamos por las cosas de nuestro barrio,
de la calle, por el trato al público...
P.- ¿Cómo lucha contra
las grandes multinacionales de confección,
como máximo representante Inditex?
R.- Lucho por la atención
directa al público, que creo que es algo que
en ningún gran comercio se da. Asesoro, enseño
todo lo que puedo ofrecer. En un gran sitio te sirves
tú solo, no están ahí para atenderte.
Quizás estos sitios tengan una competencia
de precio, pero ¿de calidad? No. ¿Por
horario? No lo creo. Es por la comodidad de ir a un
sitio y tener todo a mano. Pero doy gracias porque
se está tomando un poco de conciencia de esto.
Conozco gente que los domingos se niega a ir a un
centro comercial, porque todo el mundo tiene derecho
a descansar un domingo. Y si estos sitios abren días
festivos, a mí me están perjudicando,
me obligan a abrir esos días. Pero creo que
poco a poco la gente está cambiando. Mis horarios
son incompatibles con los suyos, fuera de lo que es
el comercio, cuando voy a hacer las compras la mayoría
de estos sitios ya están cerrados. Pero me
niego a ir a los únicos que probablemente estén
abiertos (hace referencia a los centros comerciales)
me las apaño para ir a las pequeñas
tiendas de barrio. Si se quiere, se puede.
SUBIR
|
|