Los estudiantes de 1º de Secundaria del IES Alberto
Pico de Santander se desplazaron a Biarritz, donde
conocieron todos los rincones de este pueblo de pescadores
que se transformó en ciudad balnearia en el
siglo XIX.
VIAJE A FRANCIA
Por Nicole Montenegro Tama
¡No me lo podía creer,
por fin había llegado...! Estábamos
en el autobús, camino a Francia, a Biarritz.
El viaje fue muy cansado, pero valió la pena.
Primero fuimos a visitar la iglesia más bonita
e impresionante que había visto. Lo que más
me impactó fue que tenía unas grandes
escaleras y que la rodaba una enorme galería
de madera. Además, allí tuvo lugar la
ceremonia de boda de Luis XIV con María Teresa,
la hija de Felipe II.
La puerta por la que entraron se tapió en cuanto
acabó la ceremonia. Tal vez me gustó
tanto porque estaba en Francia, no lo sé. Pese
a que me hubiese gustado ver más cosas de aquella
iglesia, me bastó mirarla para saber que era
especial.
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Puente antiguo
en Biarritz. |
EN EL MUSEO
DEL MAR DE BIARRITZ
Por Luis Eduardo Recio Cedrón
Era para mí un día
normal en mi acuario con todas mi amigas, las focas.
Estábamos tumbadas al sol cuando de repente
se me ocurrió bajar un rato a nadar y entonces
fue cuando vi a más gente de lo normal, y además
parecían niños, aunque con el efecto
del cristal sobre el agua no se distinguía
muy bien.
Estaban sentados viendo una especie de documental,
aunque parecía que no lo entendían,
porque se estaban riendo continuamente.
Al parecer yo estoy en la tercera planta, o eso pone
en un cartel. En mi planta hay un acuario con varios
peces y un tiburón rojo que no se mueve, huesos
de una tortuga y el cráneo de un ballena, o
al menos eso he oído a los chicos.
También sé que hay otras dos plantas
hacia abajo y otra hacia arriba, pues lo pone en el
cartel y además se lo he oído a un niño
que pasaba por delante de mí. En la primera
planta he oído que hay varios acuarios con
peces de distintos tipos y en la segunda varias figuras
sobre el mar. En la planta superior hay una tienda
que veo desde donde nosotras tomamos el sol.
Después de que vieron todo el museo y estuvieron
un rato descansando llegó la hora de mi merienda
a las 17:00 y ¡cómo no! allí estaban
todos para ver cómo nos daban de merendar.
Cuando acabamos nuestra merienda, se fueron con dos
personas adultas y ya no han vuelto por aquí,
aunque yo espero su regreso con ansia y no creo que
tarden mucho.
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