'The road'
('La carretera') cuenta una historia post-apocalíptica
sobre un viaje emprendido por un padre y su hijo a
través de parajes que fueron destruidos años
atrás durante un cataclismo que destruyó
toda la civilización y la mayor parte de la
vida sobre la Tierra.
Título:
'The road' ('La carretera')
Autor: Cormac
McCarthy
Editorial:
Editorial Mondadori
Traductor:
Luis Murillo
Año:
2006
Premio Pulitzer 2007
Páginas:
224
Género:
Novela de ciencia ficción. |
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'The Road' es una novela bestseller de ciencia ficción
del escritor estadounidense Cormac McCarthy, autor
de 'No es país para viejos'. Fue escrita en
2006 y ganó el premio Pulitzer en el año
2007. Fue llevada a la gran pantalla en 2009.
Se trata de una novela que atrae al lector y se lee
prácticamente de un tirón, que empieza
"in media res" (técnica literaria
donde la narración comienza en mitad de la
historia y utiliza flashback para describir a los
protagonistas, los lugares y la trama). Cuenta con
un lenguaje opaco y sobrio que le viene muy bien a
la historia.
En un mundo desolado, devastado, post-apocalíptico,
dos personas, un hombre y su hijo, luchan por sobrevivir
un día más. Un desastre nuclear, un
gran incendio, el choque de la Tierra con otra entidad
cósmica, el fin de la civilización,
un acontecimiento catastrófico, Norteamérica
y el mundo entero han sido arrasados. Un día
hubo un gran resplandor y luego nada, ni energía,
ni comida, ni vida, ni Sol, ni nada. Pocas personas
quedan vivas. Un padre y su hijo, de los que no se
sabe el nombre, atraviesan las yermas tierras de Estados
Unidos huyendo del frio invernal.
Cada día hace más frío, si llueve
cae ceniza, y la nieve es color barro. Llevan un carrito
de supermercado con sus escasas pertenencias, mantas
sucias, comida envasada, un revólver, herramientas,
bolsas de plástico, lonas, botas… El
carrito lleva un espejo para ver si alguien les sigue.
Su única obsesión es llegar al Sur,
buscar la costa, huir del frío y de un pasado
perdido. La madre, como otros muchos, supo que la
batalla estaba perdida desde el principio y no luchó
por su vida.
El niño no recuerda un mundo diferente a
éste, muerto, sin animales, sin Sol, pero el
padre sí; él tuvo una buena infancia.
Necesita darle a su hijo un motivo por el que vivir,
le cuenta en los descansos un mundo con flores, un
mundo con vida, una sola Coca-Cola ya vale para hacerle
reír. Cuando andan no hablan, sólo andan
respirando dificultosamente. Y ya, cuando no pueden
más, paran a dormir, a respirar, a comer o
simplemente paran de moverse. Las noches son largas,
frías, silenciosas… ellos aguantan como
pueden, el padre le enseña a su hijo que ellos
llevan el "fuego", que son de los buenos,
y que los buenos siempre ganan. Viven escenas de ternura
y también de dureza como cuando el padre enseña
a su hijo cómo terminar con todo si las cosas
se ponen feas con su propia pistola. Comida siempre
les falta, y la poca que tienen no pueden calentarla
para que no se vea el fuego.
La poca gente que ha sobrevivido viaja como ellos,
se ha vuelto loca o espera a la muerte. En una ocasión
se encuentran con un grupo de caníbales que
poseen un garito en el que guardan comida humana viva
y en otra con unos cuantos hombres con fusiles, rifles
y hachas que han conseguido poner un camión
en marcha y viajan desvalijando, asesinando a todos
los que encuentran. Su único compañero
es la carretera, que da nombre al título, a
la que siguen como punto de referencia, y de la que
huyen para esconderse.
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Los protagonistas de 'The road' en una secuencia
de la película.
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Tras varios encuentros, algún que otro momento
"feliz", muchas desventuras y más
hambre, llegan a ver el mar. El niño nunca
lo ha visto y se queda maravillado ante aquella extensa
superficie gris, y tan muerta como todo lo demás.
Andando por la arena ven a pocos metros de la costa
un gran buque semihundido, y el padre nada hacia él
en busca de algo. Allí encuentra referencias
de que se trata de un barco gallego y consigue zapatos
nuevos y algunas cuerdas. Vuelve y montan la tienda.
Un día despiertan sin nada, les habían
robado por la noche. Las pisadas no se han borrado
con la tormenta y pueden seguir el rastro que les
lleva a una carretera. Allí anda, lentamente,
un vagabundo como ellos que, al verles venir, intenta
correr. Le dan caza y le obligan a devolverlo todo
a punta de pistola. Aquel hombre da pena al niño.
Además, el padre le hace quitarse la ropa y
lo deja en medio de la carretera, bajo cero, nevando,
como su madre le trajo al mundo. El chaval mira hacia
atrás mientras se alejan apuntando al pobre
hombre, y llora. Conoce perfectamente su destino.
De nuevo, se vuelven a instalar en la arena.
Un día el padre despierta enfermo, con fiebre,
y el hijo le hace una medicina con algunas hierbas.
Al día siguiente sigue igual. Por la tarde
llama a su chico y le explica la situación,
debe dejarle, debe buscar una salida, debe seguir
llevando el "fuego" él solo. Y si
no, debe hacer lo que le enseñó, debe
apuntar el cañón por debajo de su barbilla
hacia arriba, y apretar con decisión el gatillo.
Llorando, el joven permanece con su padre hasta que
su expresión se relaja y muere. Lleva así
dos horas, su padre no va a volver. Coge el arma.
Empieza a llover.
Una figura se acerca. Cambia el arma de posición.
Le apunta a la frente. Es un hombre con barba, como
su padre.
-¿Dónde está el hombre que te
acompañaba?- le dice y hace una pausa…-
Tienes que venir conmigo.
-¿Eres de los buenos? ¿Portas el "fuego"?
-contesta el niño-. Definitivamente, está
trastornado, piensa el hombre.
Finalmente, el niño mira atrás, baja
el arma y se va con el hombre.
Esta novela me ha gustado mucho, tiene una línea
diferente, que impacta, sobre un mundo quizás
no muy lejano, en el que la relación paterno
filial tiene un papel importantísimo y que
empuja a un padre a buscar un lugar mejor para su
hijo en un mundo post-apocalíptico. La escasez
de lirismo en el lenguaje, siendo éste parco
e incisivo, alejado de cualquier intento de embellecerse,
constituye un acierto ya que refleja cómo es
la novela y nos muestra cómo es un mundo sin
futuro.
El no nombrar a los personajes me parece otro acierto
ya que así se quita importancia a cosas tan
normales del "otro mundo" y se centra en
cosas más básicas como encontrar comida,
refugio o simplemente esperanza.
Si uno reflexiona después de leer la novela
verá que casi todo el libro es una sucesión
de buscar alimento, buscar escondite, caminar, descansar,
buscar alimento, buscar escondite, caminar, descansar…..etc,
pero organizado y contado de una forma que se devoran
fácilmente sus páginas.
Creo que es una novela que deberían leer los
jóvenes aunque, si no te gusta aunque sea un
poco este estilo puede parecerte un libro un poco
llano, liso. En definitiva, lo califico con un nueve
sobre diez.

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