El instituto Villajunco,
uno de los más populares de Santander, cumple
este año cuarenta años de vida y, como
no podía ser de otra forma, va a celebrar la
efeméride a lo grande. El centro, que dirige
en la actualidad José Ramón Garcia Bustelo
y que se encuentra en la calle Junco, cerca del Alto
de Miranda, cuenta con 320 alumnos y cincuenta profesores.
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José Ramón García Bustelo, ante el instituto.
SANE |
La celebración ya ha empezado. Desde este mes
de abril y hasta julio se mantendrá abierta
una exposición, en la planta baja del centro,
con fotos, trabajos, documentos, anécdotas...,
que recoge los cuarenta años de vida del instituto.
Además, se está preparando un libro
y se ha creado una sección en la revista digital
y en la web donde se informa de todos los actos a
desarrollar. El viernes 25 de junio, coincidiendo
con la clausura del curso 2009-2010 hay previsto otro
acto, esta vez con los padres, los alumnos de 4º
de ESO y 2º de Bachiller y los profesores.
Perfecto
Pereiro Lázara, profesor de Geografía
e Historia del Villajunco, ha trazado para el libro
un amplio recorrido por la vida del centro, desde
su fundación hasta nuestros días. La
historia del lugar en el que se asienta el Villajunco
comienza en 1903 cuando se concede el permiso para
construir una casa donde hoy se levanta el instituto,
junto a la calleja de La Encina. A principios del
siglo XX, El Sardinero, La Magdalena, Reina Victoria
y la zona del Alto de Miranda se convierten en lugares
muy atractivos para familias pudientes que quieren
una vivienda alejada del centro urbano. En esos años
comienza la construcción de varias viviendas
en la zona, influenciadas por el gusto inglés.
La
casa la la construyó Antonio Junco, el propietario
de la finca, que mandó grabar en grandes letras
de piedra, en lo alto de la entrada principal, el
nombre de Villa Junco. Y allí vivió
junto a su mujer, Manuela García Gutiérrez
y su hija Mercedes, hasta su traslado a Madrid. De
la familia ya no queda nadie, Antonio falleció
en la capital en el año 1936, con 53 años;
su esposa, a los 72, y la hija de ambos en junio de
2005. Todos están enterrados en Ciriego, en
un panteón familiar.
La
villa pasó después a manos de la Cámara
Agraria de Santander, dependiente del Ministerio de
Trabajo y del sindicato vertical, y sirvió
de centro de acogida de colonias veraniegas para jóvenes
procedentes de Madrid.
En
1967 la adquirió el Ayuntamiento de Santander
por cinco millones y medio de pesetas, y la cedió
al Ministerio de Educación con el fin de que
se destine a Instituto. La casa fue derribada y se
construyó el centro, que en 1970 pasa a ser
el Instituto Nacional de Enseñanza Media Femenino
número 2. En 1972 se transformó en instituto
Mixto. En 1980, el centro pasó a denominarse
Villajunco.
En el año 2005 se incorpora el Programa de
Educación Bilingüe.
DIEGO RUIZ | EL DIARIO MONTAÑÉS
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