La
muerte de un artista se está convirtiendo cada
vez más en un reclamo mediático y a
la vez un negocio para así alcanzar con ello
cifras totalmente desorbitadas gracias a distintas
maniobras.
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Flores junto a la estrella de Michael Jackson.
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Han pasado ya muchos meses desde la muerte de Michael
Jackson, pero a medida que pasa el tiempo los ingresos
crecen como la espuma y más aún tras
el reciente estreno de su documental 'This is It'.
Todo el "circo", o así es como a
mi entender se le podría denominar a todo lo
que rodea este hecho, comenzó el día
25 de junio del año pasado, fecha de la trágica
muerte del artista. A partir de esas primeras imágenes
tras la salida de su domicilio, atendido por los servicios
de urgencia de Los Ángeles, le acompañaron
las posteriores especulaciones sobre las causas de
una muerte tan repentina.
Tras todo el revuelo de los días siguientes
a la muerte vino el momento del multitudinario funeral
realizado en el Staples Center, el cual, en mi opinión,
se convirtió en un espectáculo más
entorno a la vida del artista, al puro estilo Hollywood
pero con un tono trágico añadido. Sin
duda alguna, los más dañados por este
hecho son sus tres hijos, los cuales están
siendo convertidos en una maniobra más de negocio,
tanto por parte de los medios públicos como
por la familia.
Por otro lado, está todo el negocio que tras
ello va a conseguir la discográfica que posee
los derechos de Jackson; Sony posee todos los derechos
de imagen del 'Rey del Pop', gracias a su compra por
una cantidad de 60 millones de dólares. Es
ésta quien se encarga ahora de mover todo lo
referente al artista, incluyendo el documental sobre
sus últimos ensayos, que fue estrenado el pasado
día 28 de octubre de forma mundial, permaneciendo
en cartel durante dos semanas. Visto el éxito
de los primeros días esa idea cambió,
ya que tan sólo el primer día de proyección
se llegaron a obtener entre los 15 países que
muestran en documental cerca de los 13,64 millones
de dólares. Cabe objetar que todas estas grabaciones
no tenían para nada el fin que han terminado
teniendo, ya que muchos dicen que lo más posible
es que al artista no le hubiese gustado que acabasen
siendo lo que han sido, pero a la vez han ayudado
a mostrar la imagen más humana de él.
Pero bien, ya no es sólo todo este dinero que
se ha ido acumulando durante las fechas posteriores
a la muerte sino también se está produciendo
la lucha por la gran e importante posesión
con la que contaba Jacko, como algunos de sus más
allegados le llamaban. Contaba con todos los derechos
sobre las canciones de los Beatles, los cuales adquirió
por un cifra de 47 millones de dólares hace
ya veinte años y las cuales han llegado a hacer
ingresar al cantante cerca de los 500 millones de
dólares, y es ahora, con su desaparición,
cuando comienza la lucha por recuperar toda esa fortuna
por parte del antiguo beatle Paul McCartney. Todo
esto sin duda alguna viene acompañado de todos
los trabajos musicales del artista que llegaron a
acercase a la cifra de 750 millones de ventas, lo
cual contribuyó en un aumento sustancial de
su patrimonio. Éste se calcula que llega a
los 1000 millones de dólares, aunque debemos
de tener en cuenta los cerca de 500 millones que el
artista acumula en deudas, muchas de ellas debidas
a juicios como los de las famosas acusaciones de pederastia
o incluso grandes derroches en ropa y su ya tan conocida
residencia de Neverland; deudas que pretendía
solventar gracias a esta futura y definitiva, pero
frustrada gira. Es a partir de cada una de estas causas
que están surgiendo negocios como el que pretende
llevar a cabo el padre de Michael: la creación
de su propio sello discográfico gracias a la
imagen y fortuna de su hijo.
Todo esto y muchas otras cosas más son las
que han convertido la muerte del artista en una muerte
muy rentable, con la cual se han disparado de nuevo
las ventas de discos, incluso de aquellos con menor
éxito en el momento de salida y con las cuales
se calcula que podrán alcanzarse lo mismo que
en los 10 últimos años posteriores a
su muerte.
Cabe objetar que, de todos modos, no es Michael Jackson
el único artista que sigue acumulando grandes
cantidades de dinero tras su muerte. Como ejemplos
más significativos están los casos de
músicos como Elvis Presley, hasta el momento
el muerto más rentable, que desde su muerte
en 1977 factura al año cerca de 30 millones
de euros; John Lennon, que acumula desde su muerte
en 1980 cerca de 15 millones de euros anuales sólo
de derechos de imagen, haciendo que su viuda Yoko
Ono cuente con cerca de 1000 millones de euros de
patrimonio; Kurt Cobain, cantante del grupo 'Nirvana'
muerto en el año 1994, el cual factura alrededor
de 10 millones anuales; Bob Marley, muerto en 1981
y que alberga al año cerca de 4 millones de
euros sólo con la venta de sus discos o Freddie
Mercury, cantante de 'Queen' que, a pesar de fallecer
en 1994, sigue siendo uno de los más rentables,
facturando cerca de los 3.5 millones de euros anuales.

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