Una alumna del CP Fernando de los Ríos de Torrelavega
nos cuenta las peripecias del estornino Sorino.
Había una vez un estornino llamado Sorino
que vivía con sus amigos muy feliz en Torrelavega.
Pero un día, los señores del ayuntamiento
pusieron unos altavoces para ahuyentarles porque hacían
mucho ruido y manchaban toda la ciudad con sus excrementos.
Sorino al oír ese sonido se asustó y
se fue volando a otros países.
Primero fue a Groenlandia, pero hacía demasiado
frío y no había ni insectos ni fruta
para comer. Como Sorino era muy listo, él y
sus compañeros se fueron a África y
allí vivieron para siempre.

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