Los niños de 5ºB de Primaria del CP Cisneros
no paran de crear historias. Esta vez son Eva y Daniel
los que nos envían sus cuentos, dos historias
en las que Ricitos es la protagonista.
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Cualquier personaje
tiene cabida en tu imaginación. |
Ricitos y la casa encantada
Por Eva López
Érase una vez una niña que se llamaba
Eva y la llamaban Ricitos por los largos rizos que
la caían sobre los hombros. Era una niña
traviesa y misteriosa, vivía en un pueblo llamado
Roquecer, un pueblo pequeño y bonito.
Ricitos siempre llevaba un lacito rosa, pero esa
mañana no lo pudo encontrar ni en su habitación
ni en el resto de la casa. Pensando llegó a
la conclusión de que sólo se lo podía
haber quitado o escondido su amigo Víctor,
que era tan bromista como ella. Entonces decidó
mirar donde su amigo solía esconder las cosas.
Al final fue a la casa tenebrosa del bosque, donde
no entraba ningún niño porque les daba
miedo. Como estaba oscuro encendió una antorcha
que estaba en la pared, ayudada por una cerilla. Con
la claridad de la luz se asustaron unos murciélagos
que salieron volando asustándola y agachándose
al pasar volando.
Después de mirar por todas las habitaciones,
salió sin encontrar el lazo y en la puerta
estaba Víctor que venía con el lazo,
descubriendo que había sido una broma de él.
Y nos fuimos juntos para el pueblo.
Colorín colorado este cuento he inventado.
Ricitos y los lobos
Por Daniel Salas
Érase una vez una niña que la llamaban
Ricitos de Chocolate y vivía en el bosque.
Tenía miedo porque vivían tres lobos
en medio del bosque: el niño, la madre y el
abuelo. El abuelo era un pesado y todo el día
estaba "Pipi comete el pollo".
Un día se coló Ricitos en casa de
los lobos y se comió todos los corderos que
tenían al lado del horno para comer. Cuando
volvieron Pipi le dijo a su abuelo "abuelo no
está el cordero". El abuelo todo mosqueado
que parecía una vaca burra gritó "quién
ha sido". Ricitos salió y dijo "he
sido yo".
El abuelo se sorprendió de que una niña
saliera dando la cara y le dio un desmayo, pero a
los cinco minutos ya estaba como un toro y Pipi dijo
"¡bien, una niña para jugar!"
y al final fueron amigos para siempre.

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