El
doctor Ángel Luis Melgosa González nació
en Santander en el año 1948. A los diez años
por motivos familiares se trasladó a vivir
a Sevilla, donde estudió el Bachiller y posteriormente
la carrera de Medicina y Cirugía, especializándose
en Medicina Interna, en la Universidad de Sevilla.
Además realizó estudios de Reumatología,
Medicina Naturista y Medicina Tropical, ésta
última le sirvió para acudir como médico
cooperante a África. A su regreso trabajó
en diferentes ciudades españolas como reumatólogo
y médico naturista. En la actualidad ejerce
como médico privado en Torrelavega, Santander
y Madrid.
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Nuestra
reportera Lara Allende posa con Ángel
Luis Melgosa. |
Pregunta.-
¿Cuándo y cómo
descubres tu vocación por la medicina?
Respuesta.- En un principio, desde
la infancia quise ser médico. Nunca nadie en
mi familia había mostrado ningún interés
por la medicina y por entonces era la carrera que
estaba de moda. Cuando comencé a estudiarla
me di cuenta de que "esto era mi vida".
P.-
Una vez finalizados tus estudios y tu formación,
¿cuál fue tu primer trabajo?
R.- Estuve en el Hospital Universitario
Virgen Macarena de Sevilla realizando las prácticas
y más tarde me contrataron como médico
en un complejo deportivo.
P.-
En el año 1980 decides acudir voluntariamente
como médico cooperante a África, ¿qué
motivos te impulsaron a tomar esta decisión?
R.- Era una oportunidad que se le
presenta a muy poca gente y pocas veces en la vida,
y por la ilusión de conocer otro continente
y sus culturas.
P.-
¿Cómo afrontaste la separación
familiar?
R.- Me resultó muy difícil,
dejé a mi mujer y a mi hijo con tan sólo
dos años.
P.-
¿En cuántos países africanos
estuviste?
R.- En Guinea Ecuatorial fundamentalmente
durante un año, y en Gabón y Camerún
circunstancialmente.
P.-
Principalmente desarrollaste tu labor en Guinea
Ecuatorial, ¿por qué necesitó
este país vuestros servicios?
R.- Porque habían sufrido
un golpe de estado y el país estaba hecho una
ruina, tanto a nivel económico, social como
sanitario. Nosotros íbamos en misión
humanitaria para organizar la sanidad del país.
P.-
¿Qué impresión te causó
ver el hospital en el que ibas a trabajar?
R.- Estaba "comido por la selva",
la gente estaba tirada por el suelo porque no tenían
camas, ni siquiera había medicinas. Las raíces
lo levantaban del suelo y las ramas de los árboles
se colaban por las ventanas.
P.-
¿Cómo solucionábais la
escasez de medicinas?
R.- A veces pidiendo medicinas a
España, otras, tenías que "romperte
la cabeza" para buscar la forma de administrarlas
entre tantos enfermos. En ocasiones tenías
que decidir a quien se las dabas y a quien no.
P.-
¿Cuáles eran las enfermedades
más frecuentes?
R.- El sida, la tuberculosis y sobre
todo la malaria, que es la enfermedad que a más
personas mata en el mundo. ¿Y sabes cuál
es el animal más peligroso en África?
El mosquito, porque es el que transmite esta enfermedad.
P.-
¿Cuánta mortalidad infantil
existía?¿Cuáles eran las causas?
R.- Altísima. Alrededor del
75%, debido a la hambruna y a la falta de medios sanitarios.
Los niños menores de 5 o 6 años son
los que más riesgo tenían de morir,
a partir de esta edad el porcentaje de mortalidad
era menor. Una mujer en Guinea Ecuatorial si tenía
cuatro hijos lo más probable es que a adultos
sólo llegasen dos como mucho. La esperanza
de vida rondaba los 55 años de edad entre los
adultos.
P.-
¿Cuál era la principal alimentación?
R.- Lo que la selva les proporcionaba:
raíces, frutos, semillas, tubérculos,
y en ocasiones cazando algún animal.
P.-
Dada la situación del país,
¿en algún momento te sentiste amenazado?
R.- No, nunca. La gente nos respetaba
como españoles y como médicos.
P.-
¿Cómo conseguías estar
en contacto con tu familia?
R.- Esporádicamente por teléfono.
Para esto necesitaba seis conferencias: Guinea Ecuatorial-Malabo-Douala-Yaundé-Canarias-Madrid-Sevilla.
Y por carta a través de la embajada. Transcurridos
cinco meses recibí la visita de mi mujer.
P.-
De todos los momentos vividos, ¿cuál
fue el que más te sobrecogió o te impactó
emocionalmente?
R.- Muchísimos. Pero sobre
todo ver morir a los niños de hambruna.
P.-
¿Y el momento en que pensaste "ha
merecido la pena venir"?
R.- Al ver la cara de agradecimiento,
cariño y afecto de la gente.
P.-
¿Nos puedes contar alguna anécdota
que refleje la situación del país?
R.- Sí, hay muchas, pero te
voy a contar una relacionada con la hambruna. El primer
día de trabajo en el hospital acudí
a la zona de infecciosos. Me encontré con un
enfermo de tuberculosis tirado en el suelo, a su lado
había una rata muerta. Yo ordené que
la retirasen, y cuando iban a hacerlo el enfermo se
incorporó llorando y agarrándome por
la camisa me suplicó "no la tire por favor,
es la única comida que tengo".
P.-
Si volviese la vista atrás, ¿volvería
a África?
R.- Toda la gente que ha estado en
África "le pica un bichito" que le
tira a volver. Volvería encantado, es un continente
donde se viven momentos especiales, difíciles
de expresar.
P.-
Para terminar, ¿por qué aconsejaría
hoy en día estudiar medicina?
R.- Porque es la carrera más
bonita del mundo. Para mí, es una satisfacción
ayudar a los demás, aunque necesitas mucha
vocación porque es una carrera muy dura, pero
merece la pena.
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