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Red-acción
II Época / Nº36
Noviembre-Diciembre
2009
ENTREVISTAS / CUESTIONARIO 10

Ángel Luis Melgosa González, doctor y cooperante

Por Lara Allende, alumna de 4º de ESO del colegio Nuestra Señora de la Paz de Torrelavega.

El doctor Ángel Luis Melgosa González nació en Santander en el año 1948. A los diez años por motivos familiares se trasladó a vivir a Sevilla, donde estudió el Bachiller y posteriormente la carrera de Medicina y Cirugía, especializándose en Medicina Interna, en la Universidad de Sevilla. Además realizó estudios de Reumatología, Medicina Naturista y Medicina Tropical, ésta última le sirvió para acudir como médico cooperante a África. A su regreso trabajó en diferentes ciudades españolas como reumatólogo y médico naturista. En la actualidad ejerce como médico privado en Torrelavega, Santander y Madrid.

Nuestra reportera Lara Allende posa con Ángel Luis Melgosa.

Pregunta.- ¿Cuándo y cómo descubres tu vocación por la medicina?
Respuesta.- En un principio, desde la infancia quise ser médico. Nunca nadie en mi familia había mostrado ningún interés por la medicina y por entonces era la carrera que estaba de moda. Cuando comencé a estudiarla me di cuenta de que "esto era mi vida".

P.- Una vez finalizados tus estudios y tu formación, ¿cuál fue tu primer trabajo?
R.- Estuve en el Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla realizando las prácticas y más tarde me contrataron como médico en un complejo deportivo.

P.- En el año 1980 decides acudir voluntariamente como médico cooperante a África, ¿qué motivos te impulsaron a tomar esta decisión?
R.- Era una oportunidad que se le presenta a muy poca gente y pocas veces en la vida, y por la ilusión de conocer otro continente y sus culturas.

P.- ¿Cómo afrontaste la separación familiar?
R.- Me resultó muy difícil, dejé a mi mujer y a mi hijo con tan sólo dos años.

P.- ¿En cuántos países africanos estuviste?
R.- En Guinea Ecuatorial fundamentalmente durante un año, y en Gabón y Camerún circunstancialmente.

P.- Principalmente desarrollaste tu labor en Guinea Ecuatorial, ¿por qué necesitó este país vuestros servicios?
R.- Porque habían sufrido un golpe de estado y el país estaba hecho una ruina, tanto a nivel económico, social como sanitario. Nosotros íbamos en misión humanitaria para organizar la sanidad del país.

P.- ¿Qué impresión te causó ver el hospital en el que ibas a trabajar?
R.- Estaba "comido por la selva", la gente estaba tirada por el suelo porque no tenían camas, ni siquiera había medicinas. Las raíces lo levantaban del suelo y las ramas de los árboles se colaban por las ventanas.

P.- ¿Cómo solucionábais la escasez de medicinas?
R.- A veces pidiendo medicinas a España, otras, tenías que "romperte la cabeza" para buscar la forma de administrarlas entre tantos enfermos. En ocasiones tenías que decidir a quien se las dabas y a quien no.

P.- ¿Cuáles eran las enfermedades más frecuentes?
R.- El sida, la tuberculosis y sobre todo la malaria, que es la enfermedad que a más personas mata en el mundo. ¿Y sabes cuál es el animal más peligroso en África? El mosquito, porque es el que transmite esta enfermedad.

P.- ¿Cuánta mortalidad infantil existía?¿Cuáles eran las causas?
R.- Altísima. Alrededor del 75%, debido a la hambruna y a la falta de medios sanitarios. Los niños menores de 5 o 6 años son los que más riesgo tenían de morir, a partir de esta edad el porcentaje de mortalidad era menor. Una mujer en Guinea Ecuatorial si tenía cuatro hijos lo más probable es que a adultos sólo llegasen dos como mucho. La esperanza de vida rondaba los 55 años de edad entre los adultos.

P.- ¿Cuál era la principal alimentación?
R.- Lo que la selva les proporcionaba: raíces, frutos, semillas, tubérculos, y en ocasiones cazando algún animal.

P.- Dada la situación del país, ¿en algún momento te sentiste amenazado?
R.- No, nunca. La gente nos respetaba como españoles y como médicos.

P.- ¿Cómo conseguías estar en contacto con tu familia?
R.- Esporádicamente por teléfono. Para esto necesitaba seis conferencias: Guinea Ecuatorial-Malabo-Douala-Yaundé-Canarias-Madrid-Sevilla. Y por carta a través de la embajada. Transcurridos cinco meses recibí la visita de mi mujer.

P.- De todos los momentos vividos, ¿cuál fue el que más te sobrecogió o te impactó emocionalmente?
R.- Muchísimos. Pero sobre todo ver morir a los niños de hambruna.

P.- ¿Y el momento en que pensaste "ha merecido la pena venir"?
R.- Al ver la cara de agradecimiento, cariño y afecto de la gente.

P.- ¿Nos puedes contar alguna anécdota que refleje la situación del país?
R.- Sí, hay muchas, pero te voy a contar una relacionada con la hambruna. El primer día de trabajo en el hospital acudí a la zona de infecciosos. Me encontré con un enfermo de tuberculosis tirado en el suelo, a su lado había una rata muerta. Yo ordené que la retirasen, y cuando iban a hacerlo el enfermo se incorporó llorando y agarrándome por la camisa me suplicó "no la tire por favor, es la única comida que tengo".

P.- Si volviese la vista atrás, ¿volvería a África?
R.- Toda la gente que ha estado en África "le pica un bichito" que le tira a volver. Volvería encantado, es un continente donde se viven momentos especiales, difíciles de expresar.

P.- Para terminar, ¿por qué aconsejaría hoy en día estudiar medicina?
R.- Porque es la carrera más bonita del mundo. Para mí, es una satisfacción ayudar a los demás, aunque necesitas mucha vocación porque es una carrera muy dura, pero merece la pena.




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