|   Francia 
                            es uno de nuestros países vecinos, pero ¿qué 
                            sabemos de sus habitantes?, ¿qué pensamos 
                            de sus ciudadanos? Un repaso por los grandes logros 
                            de los franceses en diferentes ámbitos de la 
                            vida, la ciencia, la literatura, el arte o la gastronomía. 
                            ¿Por qué si no se les visita tanto? 
                            Este trabajo iba a formar parte del periódico 
                            'Red-acción Europa' pero por falta de espacio 
                            no pudo ser incluido. 
                          
                          
                          En Francia predomina mucho el turismo, llegando a 
                            ser la fuente primordial de la economía francesa. 
                            Es el país con más visitantes del mundo, 
                            aproximadamente ochenta millones de todo el mundo. 
                            Sus turistas provienen principalmente de América 
                            del Norte, China, Japón y otros países 
                            de Europa.  
                          Su gastronomía es muy conocida. Se caracteriza 
                            por su variedad, fruto de la diversidad francesa, 
                            tanto cultural como de materias primas, pero también 
                            por su refinamiento, y está considerada como 
                            una de las principales del mundo. Su influencia se 
                            deja sentir en casi todas las cocinas del mundo occidental 
                            que han ido incorporando a sus bases conocimientos 
                            técnicos de la cocina francesa y a través 
                            del renombre internacional de sus principales chefs. 
                           
                          También es muy representativa su cultura. 
                            En Francia han nacido grandes inventores como los 
                            Hermanos Montgolfier (inventores del globo aerostático) 
                            Joseph-Nicéphore Niépce (químico, 
                            litógrafo y científico aficionado que 
                            inventó, junto a su hermano, un motor para 
                            barcos y, junto a Daguerre, la fotografía), 
                            Clément Ader (inventor del avión, un 
                            micrófono y los primeros perfeccionamientos 
                            del teléfono), los hermanos Lumière 
                            (inventores del proyector cinematográfico), 
                            René Théophile Hyacinthe Laënnec 
                            (inventor del estetoscopio) o Louis Pasteur (la técnica 
                            conocida como pasteurización) entre otros cuyos 
                            aportes a la ciencia han sido decisivos en la historia 
                            de la humanidad.  
                          Su literatura también merece ser destacada, 
                            ya que es el país con más Premios Nobel 
                            de Literatura. Tanto los ciudadanos franceses, como 
                            los francógrafos de otros países (como 
                            el belga Maurice Maeterlinck, el senegalés 
                            Léopold Sédar Senghor o el luxemburgués 
                            Daniel Herrendorf) componen lo que se denomina como 
                            literatura francesa, que ha marcado la literatura 
                            de importantes autores, países y lenguas. Tal 
                            es el caso del cubano Alejo Carpentier o del denominado 
                            Boom latinoamericano.  
                          Las Bellas Artes en Francia son también algo 
                            destacable. Las primeras manifestaciones provienen 
                            del arte prehistórico, en estilo franco-cantábrico. 
                            La época carolingia marca el nacimiento de 
                            una escuela de iluminadores que se prolongará 
                            a lo largo de toda la Edad Media, culminando en las 
                            ilustraciones del libro de ‘Las muy ricas horas 
                            del duque de Berry’. Los pintores clásicos 
                            del siglo XVII francés son Poussin y Lorrain. 
                            En el siglo XVIII predomina el rococó, con 
                            Watteau, Boucher y Fragonard. A finales de siglo comienza 
                            el clasicismo de un Jacques-Louis David. El romanticismo 
                            está dominado por las figuras de Géricault 
                            y Delacroix. El paisaje realista de la Escuela de 
                            Barbizon tiene su continuación en artistas 
                            de un realismo más testimonial sobre la realidad 
                            social de su tiempo, como Millet y Courbet. A finales 
                            del siglo XIX París, convertida en centro de 
                            la pintura, ve nacer el Impresionismo, precedido por 
                            la obra de Édouard Manet. A estos siguen Toulouse-Lautrec, 
                            Gauguin y Cézanne. Ya en el siglo XX, surgen 
                            los fauvistas en torno a Matisse y el cubismo de la 
                            mano de George Braque y el español Picasso 
                            que trabaja en París. Otros movimientos artísticos 
                            se van sucediendo en el París de entreguerras, 
                            decayendo como centro pictórico mundial después 
                            de la Segunda Guerra Mundial.  
                          En Francia la escultura ha evolucionado desde antiguo 
                            por diversos estilos, sobresaliendo en todos ellos: 
                            prehistórico, romano, cristiano, románico, 
                            gótico, renacentista, barroco y rococó, 
                            neoclásico (Frédéric Auguste 
                            Bartholdi: Estatua de la Libertad), romántico 
                            (Auguste Rodin: El pensador), y los contemporáneos. 
                           
                          En lo que se refiere a arquitectura francesa, los 
                            celtas dejaron su huella también en la erección 
                            de grandes monolitos o megalitos, y la presencia griega 
                            desde el siglo VI a. C. se recuerda hoy en la herencia 
                            clásica de Massalia (Marsella). El estilo romano 
                            tiene ejemplos en la Maison Carrée, templo 
                            romano edificado entre 138-161 a. C., o en el Pont 
                            du Gard, construido entre los años 40 y 60 
                            d. C., en Nimes y declarado patrimonio universal en 
                            1985. En Francia se inventó el estilo gótico, 
                            plasmado en catedrales como las de Chartes, Amiens, 
                            Notre Dame o Estrasburgo. El renacimiento surgido 
                            en Italia tiene su estilo arquitectónico representado 
                            magistralmente en el Castillo de Blois o en el Palacio 
                            de Fontainebleau entre otros. El arte barroco (también 
                            de origen italiano), y el rococó (invención 
                            francesa) tienen obras extraordinarias en Francia. 
                            Tal es el caso del Palacio del Louvre y el Panteón 
                            de París entre tantos otros. El modernismo 
                            o arte moderno en arquitectura abarca todo el siglo 
                            XIX y la mitad del XX, y en él Gustave Eiffel 
                            revolucionó la teoría y práctica 
                            arquitectónica de su tiempo en la construcción 
                            de gigantescos puentes y en el empleo de materiales 
                            como el acero. Su obra más famosa es la llamada 
                            Torre Eiffel. Otro grande de la arquitectura universal 
                            es Le Corbusier, un innovador y funcionalista celebrado 
                            especialmente por sus aportes urbanísticos 
                            en las edificaciones de viviendas y conjuntos habitacionales. 
                             
                            La historia de la música francesa también 
                            es algo que no debe pasar desapercibido. En la música 
                            francesa desde antes del año 1000 se destaca 
                            el canto gregoriano empleado en las liturgias. En 
                            Francia se creó la polifonía. En la 
                            denominada Ars Antigua se le atribuye a Carlomagno 
                            el Scholae Cantorum (783). Los Juramentos de Estrasburgo 
                            es la obra lírica francesa más importante 
                            de la Edad Media, periodo en el que se desarrollan 
                            los cantares de gesta como El Cantar de Roldán. 
                            Francia fue la cuna de los trovadores en el siglo 
                            XII, así como del Ars Nova dos siglos más 
                            tarde. Durante el romanticismo, París se convierte 
                            en el centro musical del mundo y en la actualidad 
                            Francia mantiene un lugar privilegiado en la creación 
                            musical gracias a nuevas generaciones de compositores. 
                            Dentro de los exponentes de la música popular 
                            francesa se encuentran figuras como Edith Piaf, Dalida, 
                            Charles Aznavour y Gilbert Becaud. 
                          Mi opinión sobre los franceses es que gracias 
                            a ellos el mundo entero ha podido disfrutar de muchos 
                            avances de todo tipo. Su literatura es bastante buena, 
                            así como su gastronomía conocida en 
                            el mundo. Muchos científicos franceses han 
                            descubierto grandes cosas muy importantes en nuestra 
                            vida cotidiana. Gracias a ellos hay grandes avances 
                            arquitectónicos así como culturales. 
                            En conclusión, si no fuera por los franceses 
                            hubieran cambiado muchas cosas en el mundo. 
                          
                          
                            
                           
                          
                             
                               
                                    
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