Cientos
de alumnos de colegios e institutos de enseñanza
secundaria, así como numerosas asociaciones
culturales, participarán a lo largo de este
otoño en la campaña de Reforestación
Voluntaria que promueve la Asociación Cultural
Bosques de Cantabria.
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Un
grupo de escolares participando en la reforestación. |
El proyecto, cofinanciado
al 50 por ciento por el Fondo Social Europeo, pretende
incrementar la masa forestal autóctona de la
región para lo cual se cuenta con grupos de
voluntarios que participan en las jornadas de plantación.
Para llevar a cabo esta acción
la asociación cántabra proporcionará
de forma gratuita a los participantes el asesoramiento
necesario y ayuda de personal técnico. También
se facilitarán los plantones de los árboles
y las herramientas necesarias.
Además, la campaña
de reforestación persigue sensibilizar a la
población cántabra sobre la importancia
de los bosques, donde se desarrollan multitud de especies
vegetales y animales, que difícilmente podrían
sobrevivir en otros ambientes.
De esta forma, robles, fresnos, hayas,
castaños, encinas, nogales, avellanos, sauces,
abedules y otros árboles autóctonos
van poco a poco recolonizando el paisaje que siglos
atrás ocupaban y del que desaparecieron.
Los principales destinatarios de
estas jornadas de reforestación son los alumnos
de colegios, institutos de enseñanza secundaria
y las asociaciones culturales, a quienes se ofrece
desarrollar esta plantación voluntaria como
actividad extraescolar o integrada dentro del programa
educativo o como actividad cultural de educación
y sensibilización medioambiental.
Este programa también va dirigido
a ayuntamientos y juntas vecinales que dispongan de
terrenos que deseen reforestar con especies autóctonas.
El tiempo estimado para una sesión con un grupo
de 20 a 40 participantes es de una a dos horas, más
el tiempo de desplazamiento.
Las ediciones anteriores de este
programa constituyeron todo un éxito. Participaron
numerosos centros de educación y otras instituciones.
Se plantaron más de dos mil
árboles autóctonos (robles, castaños,
abedules, fresnos, avellanos, arces, encinas, nogales,
sauces y pinos) y se actuó sobre una extensión
de unas cinco hectáreas repartidas en veintidós
emplazamientos diferentes de la geografía regional.
En estas actividades participaron
mil setecientas personas, la mayoría alumnos
y profesores de diversos centros educativos cántabros.
C.Y/ El Diario Montañés

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